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Marrakech, la ciudad roja
Marrakech llamada “la ciudad roja” debido al color rojizo de sus construcciones de adobe y tierra local, está situada en la parte meridional de Marruecos y está repleta de llena de palacios, mezquitas, mercados y jardines.
El centro neurálgico y centro de la vida pública de la ciudad de Marrakech es la Plaza Jamaa el Fna, un sitio único que no puedes perderte y donde podrás encontrar desde encantadores de serpientes, amaestradores de monos , aguadores o vendedores ambulantes hasta multitud de puestos de comida al aire libre que se van abriendo conforme va cayendo la noche.
Desde la plaza se puede observar el minarete de 66 metros de la Mezquita Koutoubia, la más importante de Marrakech y su nombre significa la "mezquita de los libreros" ya que antiguamente estaba rodeada por numerosos puestos de libros.
Visita a la Medersa o Madrasa Ben Youssef, una Escuela de estudios superiores musulmana construida en el siglo XIV donde no podrás dejar de admirar el patio central con sus paredes cubiertas de cenefas y de paneles del azulejo marroquí llamado zellige, cedro, estuco y mármol, todos ellos hechos a mano.
Las Tumbas Saadíes son otro de los imprescindibles de Marrakech, situadas en la parte derecha de la mezquita Moulay El Yazid. Cuenta con un espectacular mausoleo principal, conocido como Sala de las Doce Columnas, donde una docena de columnas talladas en mármol soportan una cúpula confeccionada a mano en madera de cedro. También destacan las salas de salas de Mihrab y la sala de los tres nichos. Los miembros de la Dinastía Saadí descansan dentro de las salas y las tumbas de los guerreras y sirvientes se encuentran fuera, en los jardines.
La antigua judería de Marrakech, el Mellah, se encuentra al lado del Palacio Real y está rodeada por una muralla que lo separa del resto de la medina. Su atractivo reside en las estrechas callejuelas, sus colores cálidos y su sorprendente mercado cubierto, donde podrás encontrar todo tipo de objetos a precios bajos.
La Medina de Marrakech se encuentra rodeada por una magnífica muralla de unos 17 kilómetros que separa su parte más antigua de los barrios nuevos, esta muralla fue construida con adobe y arcilla, su altura es de 10 metros y cuenta con 10 puertas, destacando la Puerta de Bab Agnaou, obra maestra del arte almohade. No en vano esta muralla fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985.
En medio del terreno árido de Marrakech encontramos los Jardines de Menara, lleno de olivos y los Jardines de Majorelle donde encontramos desde multitud de plantas acuáticas hasta actus, bambús, palmeras, bananeros o cocoteros.
El Palmeral de Marrakech otro oasis de vida con más de 100.000 ejemplares de palmeras distribuidas en un territorio de unas 13.000 hectáreas. Otro imprescindible en Marrakech es pasear por el Zoco, rebusca, regatea y encuentra ropa típica marroquí, seda, algodón o babuchas, artesanía, todo tipo de especias, cosméticos, comida y productos típicos de lo más variopinto.
Tu viaje a Marrakech no estaría completo sin adentrarte en el desierto del Sahara y sentirte como un auténtico nómada mientras realizas la conocida Ruta de las Mil Kasbahs, una ruta que nos permite descubrir exóticos paraísos y la forma de vida de los pueblos bereberes.