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Envuelta en la bruma, Brujas desdibuja los límites entre pasado y presente, fantasía y realidad. La novelesca capital de Flandes Occidental es uno de los tesoros mejor preservados de Bélgica y un destino que invita a soñar.

Brujas, un Cuento Medieval

El centro histórico de Brujas no es solo una ciudad medieval perfectamente preservada, sino también un sitio lleno de secretos, leyendas y rincones escondidos que despiertan la fantasía de sus visitantes. Resulta tan fascinante descubrirlo desde sus canales como a pie, en bicicleta, a caballo o en carruaje.

El recorrido puede comenzar en la Plaza Burg, donde se levanta el edificio gótico del Ayuntamiento de Brujas y la antigua Basílica de la Santa Sangre. Pero la iglesia más famosa de Brujas es la Iglesia de Nuestra Señora, la segunda construcción de ladrillos más grande del mundo. La Grote Markt, la Plaza Mayor de Brujas, tiene como protagonista al Campanario Belfort, con sus 47 campanas y más de 80 metros de altura.

Después de visitar los edificios más representativos, es hora de perderse entre callejuelas, puentes y canales en busca de tesoros. Brujas es reconocida por sus magníficos encajes. En la calle Peperstraat, todavía es posible contemplar a las ancianas tejedoras practicando este delicado arte. Los cisnes son parte del paisaje del centro de Brujas y objeto de numerosas leyendas. Otros íconos de la ciudad son sus sabrosos chocolates e infinita variedad de cervezas.

Brujas de Fiesta

En Brujas se celebran fiestas sorprendentes, como el Festival de Esculturas de Arena y otras más tradicionales, como la Procesión de la Santa Sangre. Durante las noches, no puedes dejar de disfrutar de un paseo a pie o en barco para admirar la escenográfica iluminación nocturna de Brujas.