Considerado el icono de la Ciudad Eterna, el Coliseo atrae a más de cinco millones de turistas cada año para descubrir los secretos que esconde entre sus piedras. Su tamaño y belleza sigue impresionando a medio mundo dos mil años después de su construcción.
Escenario de grandes acontecimientos, guarda en su interior la historia viva del Imperio Romano
Su construcción comenzó bajo el Emperador Vespasiano, en torno al año 71 d.C., en un espacio que había quedado liberado tras el incendio de un anfiteatro levantado casi cien años atrás. Inaugurado en el año 80 d.C. por el Emperador Tito, fue construido con el propósito de ser el más grande del Imperio Romano.
Su nombre real es Anfiteatro Flavio, aunque todos lo conocemos como Coliseo, en honor al Coloso de Nerón, una estatua que se ubicada cerca y que hoy no se conserva. De forma ovalada, contaba con cerca de 55.000 asientos para disfrutar de los espectáculos con los que los emperadores intentaban distraer al pueblo. Por supuesto, éstos y sus familias tenían reservado un sitio privilegiado, la Tribuna, mientras que los demás se posicionaban según su riqueza: a mayor nivel social, más cerca de la arena. Lo que queda claro es que la sangre derramada exaltaba a los espectadores, quienes sentían adicción por todo aquello que ocurriera en el coso.
Vista sur del Coliseo
Interior del Coliseo
Galería interior del Coliseo
Fue escenario de carreras, peleas de animales, ejecuciones (principalmente de cristianos) y, el plato estrella, la lucha entre gladiadores. Los animales que entretenían al público eran de lo más dispar: elefantes, leones, osos, gatos monteses, rinocerontes... Se calcula que entre 500.000 y 1.000.000 personas perecieron en su interior. Además de espectáculos sangrientos, se celebraban naumaquias, la práctica de batallas navales, en las que se debía inundar el Coliseo para su realización, tarea que se llevaba a cabo sin problemas gracias al sistema de canalización con el que contaba.
Las celebraciones de juegos y luchas se llevaron a cabo incluso después de la caída del Imperio Romano, si bien con el paso del tiempo adquirió nuevos usos, como refugio, fábrica o cantera.
Con el transcurrir de los siglos, el monumento romano por excelencia se vio dañado por un gran incendio y un terremoto, que obligaron a realizar diferentes remodelaciones en el mismo. Posteriormente, en el año 1349 un nuevo terremoto derrumbó la parte sur, lo que propició que las grandes piedras fueran reutilizadas para construir palacios, iglesias y hospitales. El expolio de piedras continuó hasta el siglo XVIII, en que Benedicto XIV consagró el Coliseo en memoria de los allí ejecutados. Y desde el año 2000 el edifico se ilumina durante 48 horas cada vez que se conmuta o aplaza una sentencia de muerte a un condenado en cualquier parte del mundo.
No fue hasta 1980 que el Coliseo y el centro histórico de Roma fueron declarados “Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO. Y hasta 2007 se le consideró como una de las Siete Maravillas del Mundo. Y es que es un lugar extraordinario que sigue maravillando a romanos y visitantes del mundo entero, por mucho que pasen los años.
Coliseo (Piazza del Colosseo)
En metro, estación “Colosseo” (línea B). En bus, líneas 51, 75, 85, 87 y 118.
- … las celebraciones con motivo de su inauguración duraron nada más y nada menos que 100 días?
- … para su construcción fueron precisos más de 15.000 esclavos?
- … su característica forma actual, con una parte destruida, es consecuencia de una bomba que le cayó durante la Segunda Guerra Mundial?
Descripción:Elegante hotel situado en una mansión del siglo XIX, se encuentra a sólo cinco minutos a pie del Coliseo.
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