Grand Central Terminal

Mucho más que una estación de tren, en los últimos tiempos Grand Central Terminal se ha convertido en una parada obligatoria para todos aquellos turistas que visitan Nueva York. Situada en la Calle 42, es la estación más conocida del país y, a su vez, la más grande del mundo en cuanto a número de andenes, exactamente cuarenta y cuatro.

Sin lugar a dudas, su interior es toda una obra de arte, y las dimensiones de su grandioso Hall, 1.100 m², no dejan indiferente a nadie. Destaca su decoración en general, sus suelos de mármol, las lámparas de araña y la cúpula central, todo ello un símbolo de modernidad y elegancia en la época en la que fue construida. Su fachada no se queda atrás y resulta todo un monumento, con un reloj de Tiffany rodeado de las esculturas de Minerva, Mercurio y Hércules.

La imagen de hoy en día de la estación corresponde a la última reforma de 1998. Como curiosidad, tan sólo un mes después de su inauguración, un viajero se percató de que el cielo pintado en la bóveda del gran vestíbulo estaba al revés.

Una estación peculiar y sobre todo, llena de rincones especiales. Uno de los lugares más curiosos es la conocida como “Galería de los Susurros”. Diseñada por el arquitecto español Rafael Gustavino, este arco abovedado tiene la singularidad de que una persona puede susurrar en una de las esquinas, mientras otra lo escucha en la esquina opuesta de forma alta y clara. Y entre las vías 39 y 42 se encuentra la “Galería de los Besos”. Su nombre le viene dado del hecho de que, antiguamente, era a donde llegaban los trenes de larga distancia y, por tanto, donde se despedían o se recibían las parejas que llevaban tiempo sin verse.

En el interior de Grand Central Terminal podemos encontrar infinidad de tiendas y restaurantes, entre los que destaca el Oyster Bar, uno de los más antiguos de Nueva York y lugar de encuentro para los protagonistas de la serie “Mad Men”. También la famosa pastelería “Magnolia Bakery”, que aparecía en “Sexo en Nueva York”, tiene aquí una sucursal; además de sus famosos Cup Cakes, la Pumpkin Cheesecake que preparan en otoño es, sencillamente, insuperable.

Su vestíbulo ha sido escenario de películas míticas como “Recuerda” o “Con la muerte en los talones” de Hitchcock, y “Armageddon” de Michael Bay, entre otras.

Construida sobre los cimientos de la antigua estación en 1913, el proyecto tardó en completarse unos diez años desde sus primeros bocetos. La historia de su construcción es bastante curiosa, y es que su origen se debe a un accidente que se produjo cuando un maquinista se saltó un semáforo y chocó con otro tren. Este hecho convenció a las autoridades de la necesidad de construir una nueva estación más moderna, soterrando las anteriores vías y jubilando los trenes de vapor.

Durante los años 60, con el boom del automóvil y la creación de nuevas zonas residenciales, la estación estuvo a punto de ser derruida debido al bajo uso del tren. Para salvarla, se decidieron hacer zonas comerciales dentro y vender las oficinas de la parte trasera, que actualmente conforman el conocido rascacielos de MetLife.

Como cualquier otro monumento, Grand Central se puede visitar por cuenta propia, con la aplicación oficial, alquilando la audioguía en las mismas taquillas o a través de un tour guiado - te recomendamos especialmente el conocido como “VIP Grand Central Catwalk Tour”, que te llevará a las mismísimas entrañas de la estación (sólo en inglés) -.