El Madrid de los Austrias hace referencia al desarrollo urbanístico de la ciudad durante el periodo histórico comprendido entre los dos “Carlos” con los que se iniciaron y concluyeron los reinados de esta dinastía en España, Carlos I y Carlos II, esto es, desde principios del siglo XVI hasta el inicio del siglo XVIII. Sin embargo, cuando utilizamos esa expresión en general nos estamos refiriendo a la zona capitalina que más o menos coincide con el trazado medieval que se encontró el primero de dichos monarcas cuando llegó a la ciudad, y la expansión que inició y que concluyó su hijo Felipe II.
El impresionante patrimonio monumental del Madrid de los Austrias trasciende el periodo histórico correspondiente
La concentración de puntos de interés es tal, que en la zona encontramos desde restos de la antigua muralla árabe (siglo IX), al modernista Edificio de la Compañía Colonial (a la altura del nº 16), pasando por otros de estilo mudéjar, renacentista o neoclásico. Se podría hacer una guía sólo para esta zona. Por ello, sólo mencionaremos algunos de los más destacados, en un itinerario que nos llevará a lo largo de la Calle Mayor, con algunas incursiones en sus alrededores.
Iniciamos nuestro recorrido en el Palacio Real. Construido por orden de Felipe V a mediados del siglo XVIII sobre los cimientos del antiguo Real Alcázar - destruido en 1734 en un incendio, y que a su vez se asentaba donde desde el siglo IX hubo una fortaleza árabe que fue ampliándose y reformándose con los años -, no fue habitado de forma permanente hasta la llegada de Carlos III al trono. El último monarca que residió en él fue Alfonso XIII.
Con 135.000 m2 y casi 3.500 dependencias, es el mayor de Europa Occidental y uno de los palacios más grandes del mundo. ¡Y en los planos originales iba a ser aún más grande!
Además de los bellísimos Jardines de Sabatini y del Campo del Moro, en su interior atesora importantísimas obras maestras, como 273 incunables; pinturas de Caravaggio, Goya y Velázquez, entre otros; los llamados “Stradivarius Palatinos”; una impresionante colección de relojes; valiosísimas piezas de la Real Fábrica de Tapices; las Joyas de la Corona - la Corona Tumular, el Cetro Real y el Toisón de Oro -; ¡y hasta una mesa para 120 comensales!
Dos edificios reclaman nuestra atención antes de adentrarnos en la Calle Mayor.
El Teatro Real se inauguró a mediados del siglo XIX. En su escenario han actuado las voces más prestigiosas de todos los tiempos, las óperas en él representadas han contado con la batuta de grandes directores de las mejores orquestas mundiales, y los ballets más prestigiosos han hecho sus pliés sobre sus tablas. Nombres como Felice Varesi, Adelina Patti, Cecilia Bartoli o Plácido Domingo; Barbieri, Richard Strauss o Rostropovich; las Filarmónica de Berlín y Leningrado, el Orfeón Donostiarra, o las Sinfónicas de Chicago y Londres; y Nijinsky, Stravinski y los Ballets Rusos de Sergéi Diágilev han contribuido al prestigio internacional de la institución.
Algunas piezas, como el “Rigoletto” de Verdi, han sido representadas cientos de veces. Pero el Teatro de la Ópera madrileño ha sido también escenario para estrenos internacionales, como “The Perfect American” (ambientada en la vida de Walt Disney) o “Brokeback Mountain”. Más recientemente acoge otros eventos como la entrega de los “Premios Goya” o el sorteo del Gordo de la Lotería de Navidad.
Por su parte, la Santa Iglesia Catedral Metropolitana de Santa María la Real de la Almudena o, simplemente, Catedral de la Almudena, tardó más de un siglo es ser completada. No es extraño, por tanto, mientras el exterior sea principalmente neoclásico, el interior lo sea neogótico y su cripta neorrománica.
La tradición cuenta que cuando los árabes estaban a punto de tomar la villa de Madrid, los feligreses escondieron una talla dedicada a la Virgen en el interior de la muralla. Cuando tres siglos más tarde el Rey Alfonso VI reconquistó la ciudad para los cristianos, durante una procesión pasaba por la Cuesta de la Vega, un trozo de la muralla cayó y dejó al descubierto la imagen, que no sólo había permanecido intacta, sino custodiada por dos velas prendidas.
La Catedral de la Almudena fue consagrada en 1993 por el entonces Papa Juan Pablo II.
Catedral de la Almudena
Interior Almudena
Ahora sí, ya estamos listos para comenzar nuestro recorrido por la Calle Mayor, tras echar un vistazo desde el Viaducto sobre la Calle Segovia. Aunque el devenir de la Historia le ha quitado cierto protagonismo, no hay duda de que sigue siendo uno de los grandes espacios de la ciudad y el corazón del Madrid de los Austrias, jalonado por numerosos edificios de interés.
El primero que nos encontramos es el Palacio de los Duques de Uceda, también llamado “Palacio de los Consejos”. Erigido en el siglo XVII, fue ejemplo para el resto de palacios barrocos que se construyeron en la ciudad. Hoy alberga el Consejo de Estado y la Capitanía General. Fue a esta altura de la calle donde el anarquista Mateo Corral hizo estallar una bomba camuflada en un ramo de flores al paso del carruaje que llevaba de vuelta al Palacio Real al Rey Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg tras casarse en la Iglesia de los Jerónimos.
Justo enfrente se encuentra el Palacio de Abrantes (siglo XVII), conocido por los frescos de la parte superior de su fachada, y que hoy es sede del Instituto Italiano de Cultura. En uno de sus laterales se encuentra la Calle Almudena, donde aún hoy se pueden ver los restos del ábside de la que fuera Iglesia del mismo nombre (busca la estatua de un turista de bronce mirando hacia una cristalera en el suelo).
A la altura del nº 84 se encuentra una de las tabernas más antiguas de la ciudad, “Casa Ciriaco”. Enfrente, la Iglesia del Sacramento o “Catedral Castrense”. Y no muy lejos, el Palacio de Cañete (siglo XVI), donde se dice que vaga el espíritu de un noble asesinado por uno de sus criados al enterarse de que trató de seducir a su mujer.
Llegamos al nº 61, donde se encuentra la Casa Natal de Calderón de la Barca. Por su parte, en una casa que hubo en el nº 46, nació Lope de Vega - la casa donde residió gran parte de su vida, sin embargo, se mantiene en la Calle Cervantes y se puede visitar -.
Unos pasos más y estamos en la Plaza de San Miguel. Antes de reponer fuerzas en el bello Mercado del mismo nombre, eleva tu vista a la altura del nº 3 de la Calle Milaneses para buscar la escultura “Accidente aéreo”. Por cierto que por esa calle se llega a la Iglesia de Santiago.
Iglesia del Sacramento
Mercado de San Miguel
Abandonamos momentáneamente la Calle Mayor porque desde esta última plaza sale la Cava de San Miguel que, a través de lugares emblemáticos como el “Mesón de la Tortilla”, “Las Cuevas de Luis Candelas” en el mismísimo Arco de Cuchilleros o “Casa Botín” - que, fundado en 1725, pasa por ser el restaurante más antiguo del mundo según el Libro Guinness de los Récords -, llegamos a la Plaza de Puerta Cerrada, donde da comienzo la Cava Baja y la zona de La Latina - todo un mundo de rincones por descubrir, como la Calle del Nuncio, la Calle del Conde o la Plaza de la Paja, que merecería una guía propia, y que te invitamos a descubrir por tu cuenta -.
De regreso a la Calle Mayor, y antes de llegar al final del recorrido y principio de la calle, tres edificios llaman nuestra atención: el ya mencionado Edificio de la Compañía Colonial (de 1909); la Casa Palazuelo (de 1921), levantada donde estuvo el antiguo Palacio de Oñate; y las Casas Cordero (de 1845) que pasan por ser el primer gran complejo de viviendas construido en la ciudad. Aunque quizás te llamen más la atención dos lugares bien distintos, sobre todo si eres muy goloso: las pastelerías “El Riojano” o “La Mallorquina”, fundadas en 1855 y 1894, respectivamente. Y ya que hablamos de dulces, escápate a la cercana “Chocolatería de San Ginés”, al lado de la iglesia del mismo nombre (siglo XVII), y que es todo un referente entre los trasnochadores madrileños.
Nuestro recorrido por el Madrid de los Austrias se completa con tres plazas emblemáticas.
La Plaza de la Villa data del siglo XV y recibe este nombre porque en el siglo XVII se construyó en ella la Casa de la Villa, que fue sede del Ayuntamiento de Madrid hasta su traslado al Palacio Cibeles en 2007, y que hoy se utiliza para actos y recepciones oficiales de la corporación municipal.
En la misma plaza encontramos otros edificios de gran valor histórico-artístico: La Casa de Cisneros (siglo XVI), y la Casa y Torre de los Lujanes (siglo XV), que pasan por ser de los edificios más antiguos de Madrid. La tradición cuenta que en la Torre estuvo cautivo el Rey Francisco I de Francia, tras ser apresado en la Batalla de Pavía en 1525.
La Plaza Mayor, por su parte, es uno de los espacios más conocidos e importantes de la ciudad, y data del siglo XVI. Ha tenido tantos usos como nombres a lo largo de su historia. Ha sido mercado, sede de juicios y autos de fé de la Inquisición (con sus correspondientes castigos públicos a los penados), plaza de toros y, ya más recientemente, sede de conciertos y del tradicional mercado navideño. Y se ha denominado “Plaza del Arrabal”, “Plaza de la Constitución”, “Plaza Real” y “Plaza de la República”.
Su diseño actual es fruto de diversas restauraciones, varias de ellas consecuencia de tres grandes incendios que casi acabaron con ella.
Entre los elementos más significativos de esta plaza porticada se encuentran la Casa de la Panadería, la Casa de la Carnicería, la Estatua ecuestre de Felipe III, y el anteriormente mencionado Arco de Cuchilleros. Aunque quizás lo más característico de la Plaza Mayor sean los bocadillos de calamares que se pueden adquirir en casi cualquier bar de la misma y sus alrededores. Un auténtico manjar apto para todos los paladares.
No muy lejos encontramos el herreriano Palacio de Santa Cruz, que desde su finalización en 1636, y hasta 1767, fue cárcel de la Corte por la que pasaron personajes ilustres como Espronceda, Riego o el bandolero Luis Candelas. Hoy en día, este bellísimo edificio es la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Finalmente tenemos la Puerta del Sol, punto de encuentro por antonomasia de propios y extraños, y Kilómetro Cero como lo atestigua la famosa placa situada delante de la Real Casa del Reloj. En este edificio es donde se alberga el reloj que marca el final de cada año y el inicio del siguiente cada 31 de diciembre.
Los orígenes de esta famosa plaza se remontan al siglo XV, concretamente a uno de los accesos de la cerca que rodeaba la ciudad, y que tenía un sol como adorno. Desde el principio fue lugar de encuentro, y en ella se asentaba uno de los principales “mentideros” durante el Siglo de Oro.
Varios puntos son de obligada pose fotográfica: la Estatua del Oso y el Madroño (símbolo de Madrid), el famoso anuncio de “Tío Pepe”, la Estatua de la Mariblanca, y la Estatua ecuestre de Carlos III (apodado “el Alcalde de Madrid”).
La Puerta del Sol es un perfecto punto de origen para visitar las comerciales Calles del Carmen y Preciados (y, por extensión, Arenal, Montera, Callao y Gran Vía), la animada Plaza de Santa Ana y la Calle Huertas, o el monumental inicio de la Calle Alcalá o la Carrera de San Jerónimo con el Congreso de los Diputados.
Real Casa del Reloj
Estatua del oso y el madroño
Km 0 Puerta del Sol
Estatua de la Mariblanca
Estatua de Carlos III
En metro, estación “Sol” (L1, L2 y L3). En bus, líneas 3, 50 y 51. En cercanías Renfe, estación “Sol” (C3 y C4).
- … Manuel Azaña, Presidente de la Segunda República, habitó en el Palacio Real, rebautizado entonces como “Palacio Nacional”?
- … en la Calle del Codo, que comunica la Plaza de la Villa con la Plaza del Conde de Miranda, el mismísimo Quevedo eligió un portal para aliviar la vejiga cada vez que regresaba a su casa con algunas copas de más?
- … hasta el siglo XX, los edificios de la Plaza Mayor en la zona del Arco de Cuchilleros eran los más altos de la ciudad?
- … el autor del Reloj de la Puerta del Sol fabricó más de 6.000 relojes a lo largo de su vida en su tienda de Regent Street (Londres)? Eso sí, ninguno tan famoso.
Descripción:Céntrico hotel refinado a escasos minutos de Tirso de Molina y La Latina.
Descripción:Muy cerca de la mítica Puerta del Sol, este lujoso hotel hará que te enamores de Madrid.
Descripción:Ubicado en el corazón histórico de la ciudad, en el Barrio de las Letras, queda muy cerca del "Triángulo del arte" madrileño.
Descripción:Clásico hotel ubicado en un palacio del siglo XIX está a escasos metros del Teatro Real.
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