Situada a unos 30 kilómetros de la capital portuguesa, Sintra es una pequeña localidad que parece sacada de un cuento, sus edificios y jardines le dan un aire muy peculiar y único que no deja de encantar a cualquiera que la visite.
Declarada Patrimonio de la Humanidad en todo su conjunto en el año 1995, Sintra está rodeada de un entorno completamente natural en el cual emergen varios monumentos de gran antigüedad e importancia histórica y variopintos palacios.
Sin duda, los palacios son la parte más llamativa de Sintra, siendo el Palacio da Pena el símbolo por excelencia de la ciudad. Sus coloridas paredes, murallas y torreones se ven desde cualquier calle, no solo por sus colores vivos y llamativa arquitectura, sino porque está ubicado en uno de los puntos más elevados de todo Sintra, lugar desde el que, además, se puede divisar una preciosa panorámica de toda la ciudad. Su interior está conservado exactamente igual a cómo estaba en el año 1910, cuando la clase alta portuguesa tuvo que abandonar y huir por culpa de la revolución. Todas sus instalaciones interiores con accesibles al público, incluidos los jardines, una visita totalmente recomendada e imperdible.
Sintra respira historia, naturaleza y color
Palacio da Pena
Castelo dos Mouros
Un poco más elevado que el Palacio da Pena se encuentra el Castelo dos Mouros de origen musulmán y construido en el siglo IX. El castillo en ruinas es una imponente figura que fue parcialmente restaurado diez siglos más tarde con la intención de convertirse en una pieza importante de los terrenos del Palacio da Pena. Existe un sendero que recorre la muralla y te lleva hasta un mirador desde el que se puede contemplar todo Sintra en su máximo esplendor.
En el casco antiguo se alza el otro monumento más importante de Sintra: el Palacio Nacional. Muy diferente al Palacio da Pena, este Palacio destaca por sus características chimeneas y porque fue el hogar de la nobleza portuguesa durante el siglo XII en las épocas estivales y de caza. Su excelente ubicación en el corazón de la ciudad facilita completar su visita con paseos por las adoquinadas y antiguas calles del casco histórico que, a su vez, está repleto de bares, tiendas y un ambiente que evoca a historia por todas sus paredes.
Quinta da Regaleira
Palacio da Regaleira
La otra joya de la corona de Sintra es la Quinta da Regaleira, probablemente uno de los jardines más bonitos que existen en la actualidad. Las grutas que se hunden en la tierra en una escalinata de arcos en forma de caracol es la experiencia más destacable de todo el recorrido, al que se le conoce por el nombre de Pozo Iniciático. El aspecto exterior de la Quinta parece sacado de un cuento de hadas, la muralla, la capilla, los torreones y los pequeños observadores rodeados de pura naturaleza y siglos de antigüedad ofrecen una vista embriagadora. Todo ello completado por el Palacio de la Regaleira, recomendable dejarlo como punto final de la visita.
Palacio de Monserrate
Palacio de Monserrate
Por último, el Palacio de Monserrate es otra de las construcciones especiales de Sintra, destaca por su curiosa arquitectura, en la que se puede apreciar influencia india, es pequeño pero está muy cuidado en detalles, tanto arquitectónicos como decorativos. El jardín que le rodea está perfectamente arreglado y cuenta con flores procedentes de todo el mundo.
Descripción:Alójate en el Hotel Arribas, con fantásticas vistas a la Praia Grande.
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