En el Barrio de Belém, a pocos kilómetros del núcleo central de Lisboa, encontrarás uno de los más importantes atractivos turísticos de toda la ciudad: El Monasterio de los Jerónimos (Mosteiro dos Jerónimos en portugués). Para muchos, de hecho, se trata de la visita más importante que se puede realizar en Lisboa. No en vano, se trata de una construcción monumental, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1983, que data de comienzos del siglo XVI y que con sus más de 300 metros de fachada transmite irremediablemente la gloria y la pujanza de los mejores tiempos de la historia de Portugal.
Fachada del Monasterio
Fachada del Monasterio
La construcción del Monasterio de los Jerónimos comenzó en 1501 a modo de homenaje y celebración por el exitoso regreso de la expedición marítima de Vasco de Gama que consiguió abrir una nueva ruta comercial a las Indias. La expedición zarpó del Puerto de Santa María de Belém con 4 embarcaciones y 170 hombres, y su éxito fue tal que a su regreso se decidió construir este imponente monasterio exactamente sobre el emplazamiento de la pequeña iglesia Ermida do Restelo, donde Vasco de Gama y su tripulación habían pasado una noche de oración antes de zarpar.
Una imponente herencia monumental que nos habla de la pujante Portugal de los Descubridores
Detalle del pórtico
Detalle del Monasterio
La relación entre el monasterio y las colonias portuguesas llega más lejos, pues no olvidemos que su construcción fue fundamentalmente financiada por los impuestos provenientes de las colonias, exceptuando los de algunos productos que los ingresaba directamente la Corona portuguesa. La magnificencia de la construcción requirió involucrar a varios arquitectos, siendo los más recordados: Diogo de Boitaca, Joâo de Castilho, Diogo de Torralva y Jerónimo de Ruâo; y no se finalizó hasta finales del siglo XVI, aunque también es cierto que algunas áreas, como el ala occidental o el campanario, no se construyeron hasta el siglo XIX.
El conjunto dispone de una iglesia de estilo manuelino que cuenta con una sola nave con 6 imponentes columnas talladas que se elevan hasta una bóveda enervada. Al entrar en la iglesia, presta atención a sus portales de acceso, sobre todo a la portada principal y la lateral, pues debido a sus decoraciones son uno de los mayores atractivos de la iglesia.
No obstante, la auténtica joya del monasterio es su claustro, que supera enormemente la belleza y el tamaño del claustro de la Catedral Sé de Lisboa. Recórrelo admirando a lo largo de su trazado sus abundantes decoraciones de estilo manuelino, con la letra “M” como elemento recurrente, así como las esferas armilares, cabos marineros, motivos religiosos y, en general, una gran cantidad de elementos que riman con la imaginería marinera. Desde su piso superior, además, es posible visitar la parte alta de la iglesia, donde encontraremos la tumba del escritor Fernando Pessoa. Encontraremos también un sala dedicada a la interesante comparación entre la historia del monasterio en comparación con la de Portugal y la del resto del mundo. Por último, el claustro también alberga las tumbas de Vasco de Gama, del poeta Luis de Camôes así como la de otros reyes de Portugal.
Claustro del Monasterio
Claustro del Monasterio
Claustro del Monasterio
Tumba de Luis de Camôes
Si eres aficionado a la historia, recuerda visitar el Museo Nacional de Arqueología, situado en un uno de las alas del monasterio, puesto que se trata de la más importante colección arqueológica del país.
Descripción:Muy cerca del conocido Monasterio de los Jerónimos, en un edificio restaurando de los años 40, se sitúa el contemporáneo Hotel Jerónimos 8.
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