Mijas

La riqueza minera de los alrededores de Mijas resultó interesante para fenicios, griegos y romanos, que se asentaron en la localidad durante mucho tiempo. Los árabes también dejaron huella en este pueblo blanco convertido hoy en un destino turístico reconocido de la Costa del Sol, que resulta muy interesante tanto por los atractivos de su núcleo costero como de su núcleo urbano.

El núcleo urbano de Mijas, que ocupa de lleno el corazón de la Sierra de Mijas, es el típico pueblo andaluz de casas blancas que contrasta con los colores vivos de las flores y macetas que adornan las fachadas. El centro de la villa fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1969 y está lleno de calles en pendiente formadas por casas de dos plantas qué representan la arquitectura popular de la zona.

De la época árabe todavía se pueden ver restos de la muralla y una de sus torres, que en su conjunto constituían el antiguo Castillo de Mijas. Muy cerca se sitúa la Ermita de la Virgen de la Peña, que se excavó en la roca por un monje carmelita en torno al siglo XVII y cuyo interior alberga la Virgen de la Peña, patrona de Mijas. Justo al lado está el Mirador de El Compás, desde el que se puede contemplar una de las panorámicas más bonitas de la villa. Otros de los edificios religiosos más destacados son la Iglesia de la Inmaculada Concepción y la Ermita del Calvario, que gracias a su ubicación a las afueras reluce como un manto blanco en medio del campo.

La Plaza de Toros de Mijas, que tiene su origen en el año 1900, es, gracias a su forma irregular, una de las construcciones más peculiares que pueden observarse en este destino. También existen otro tipo de edificios culturales como el Molino de Harina, que recrea el mecanismo original con piezas que tienen más de 200 años y algunos museos de visita obligada. Algunos ejemplos podrían ser el Centro de Arte Contemporáneo, que alberga una exposición que supera las 400 obras (de las cuales la mayoría pertenecen a Pablo Ruiz Picasso) y el Museo Histórico-Etnológico, que cuenta cómo era Mijas en el pasado.

Un poco más abajo de la zona reconocida como Mijas pueblo se sitúa su núcleo costero, que se ubica entre los términos municipales de Marbella y Fuengirola.

La Cala de Mijas está dominada por la Playa de la Butibamba, que se caracteriza por su tamaño medio y un oleaje tranquilo ideal para familias con niños. Su fácil acceso y la alta cantidad de servicios que ofrece hacen que sea una de las más frecuentadas de Mijas. Junto a ella está el Centro de Interpretación de las Torres Vigía, que además de ser la Oficina de Turismo de la localidad, es un museo en sí mismo que tiene el propósito de enseñar las antiguas funciones de estas torres y su historia en el tiempo.

Siguiendo la senda litoral de Mijas es posible llegar a otra de sus playas más populares, la Playa de Calahonda, pegando al núcleo costero de Marbella. Es una de las favoritas de los visitantes que apuestan por esta zona, pues destaca por sus tranquilas aguas cristalinas, rodeadas de vegetación en algunos puntos.

La sierra de Mijas es un cordón montañoso que abraza el núcleo urbano de esta localidad y debido a su posición paralela a la costa posibilita su función como mirador para contemplar el Mediterráneo. El mejor punto para divisar la costa es el Pico Mijas, situado a 1.150 metros.

Se trata de uno de los mayores enclaves naturales de la Costa del Sol, formado por una enorme cantidad de plantas y animales. Su flora va desde bosques de pinos hasta matorrales como el romero, el hinojo o el tomillo, especias típicas de la cocina española tradicional. El esparto, muy usado para la elaboración de productos artesanales, junto con la encina, el enebro y la orquídea, son otras de las tipologías de plantas que se pueden observar en esta sierra. Algunos ejemplos de animales que habitan en ella son la cabra montés, el cernícalo, el águila real y la gineta.

La red de senderos que conforman este paraje es ideal para descubrir su riqueza geológica y hacer deporte al mismo tiempo.