Málaga

Málaga es mucho más que la capital de la Costa del Sol, es un destino moderno donde turistas nacionales e internacionales disfrutan del ocio, la cultura y la gastronomía bajo las infinitas horas de sol que tanto encanto le aportan a la ciudad.

Málaga es sinónimo de historia porque ha viajado en el tiempo para dejar atrás a determinadas civilizaciones como fenicios y romanos para convertirse en una urbe cosmopolita que vive principalmente del sector servicios.

Málaga es sinónimo de historia porque ha viajado en el tiempo para dejar atrás a determinadas civilizaciones como fenicios y romanos para convertirse en una urbe cosmopolita que vive principalmente del sector servicios.

El casco histórico de Málaga no solo es su centro neurálgico, es el punto en el que nació la urbe para convertirse en una gran ciudad repleta de edificios procedentes de diferentes épocas y estilos artísticos.

Es imprescindible visitar su monumento más representativo: la Alcazaba, una fortaleza musulmana construida en ladrillo y piedra cuya función fue la de defender y servir de residencia al mismo tiempo. Este conjunto data del siglo XI, y además de ofrecer un bonito recorrido por sus salas y zonas ajardinadas, se ha convertido en uno de los miradores por excelencia de la ciudad malagueña.

A los pies de esta ciudadela se sitúa el Teatro Romano, el mayor monumento que el Imperio romano dejó en Malaca durante el siglo I d.C. Su descubrimiento no se produjo hasta 1951, un hecho que permitió ver que este presentaba unas dimensiones y características similares a las de otros teatros de la península ibérica, usado en ocasiones para celebrar espectáculos. Algunos de los materiales utilizados para su construcción también se emplearon en el levantamiento de la Alcazaba.

La Santa Iglesia Catedral Basílica de la Encarnación, también conocida sencillamente como Catedral de Málaga, es uno de los mejores ejemplos del Renacimiento español. Se construyó en diferentes etapas y por ello es considerada como una obra renacentista, barroca y gótica que se levantó sobre los restos de la Mezquita Mayor que había anteriormente. Muy cerca está ubicado el Palacio Episcopal, un edificio que representa mejor que ninguno la arquitectura civil malagueña. Se trata de un museo que depende del Obispado de Málaga en el que tienen lugar exposiciones temporales relacionadas con el Barroco y una exposición permanente de arte africano.

La Plaza de la Constitución es el corazón del centro histórico de Málaga, una zona exclusivamente peatonal que en un pasado también tuvo una función política por el simple hecho de que acogió al ayuntamiento, a la Casa del Corregidor o a la Audiencia, entre otros. De ella parte la Calle Larios, la principal calle comercial de este destino que acoge todo tipo de negocios, desde tiendas de moda hasta exquisitos restaurantes. La decoración que la compone y sus muchos visitantes hacen que sea una de las zonas más sofisticadas de la ciudad.

A las afueras del centro histórico y ubicado sobre una colina se encuentra el Castillo de Gibralfaro, uno de los principales atractivos de Málaga que actúa a su vez como un mirador porque ofrece una de las mejores vistas panorámicas de toda la ciudad.

Se trata de una fortificación árabe que fue construida en el siglo XIV con el objetivo de defender la Alcazaba, aunque se dice que los orígenes de este conjunto fueron obra de los fenicios, cuando había un faro en el recinto del que recibió su nombre. Finalmente fue utilizado por Fernando El Católico como residencia de manera temporal.

En la actualidad todavía pueden visitarse sus murallas y conocer su historia gracias al Centro de Interpretación con el que cuenta. De hecho, presenta dos líneas de murallas, de las cuales su parte exterior conecta con la Alcazaba, mientras que la interior permite recorrer todo el perímetro de la fortaleza. Sus partes más notables son la Torre Mayor, el pozo fenicio, el patio de armas y la Torre Blanca.

El 25 de octubre de 1881 Málaga, concretamente la vivienda ubicada en la segunda planta del número 15 de la Plaza de la Merced, vio nacer a Pablo Ruiz Picasso, donde residió sus primeros años de vida. Ahora este lugar es la Fundación Picasso-Museo Casa Natal, rehabilitada y adaptada para mostrar al público los primeros trabajos del pintor.

El Museo Picasso Málaga es otro de los mejores puntos de la ciudad para contemplar la obra de dicho artista. Está situado en el Palacio de Buenavista, originario del siglo XVI, y ofrece la posibilidad de hacer un recorrido cronológico por la vida profesional de Picasso, que pasó por varios periodos como el cubismo, el surrealismo o el expresionismo. Algunos de sus cuadros más relevantes como El minotauro y otros monstruos, Retrato de Lola y Regreso al Mediterráneo están aquí expuestos.

Hay otras calles que cuentan con monumentos también relacionados con la vida personal y profesional de Picasso, que fue el creador del cubismo junto a Georges Braque. Es posible conocer el templo cristiano más antiguo de Málaga: la Iglesia de Santiago, el lugar en el que fue bautizado bajo el nombre de “Pablo, Diego, José, Francisco de Paula, Juan Nepomuceno, María de los Remedios, Cipriano, de la Santísima Trinidad” Ruiz Picasso y que afortunadamente él mismo decidió acortar llamándose simplemente Pablo.

Es interesante saber que donde hoy se localiza la Casa Hermandad de la Cofradía de la Paloma, anteriormente se situaba el colegio donde estudió Pablo: el Antiguo Colegio de San Rafael, en el que daba rienda suelta a su imaginación con sus diversos dibujos. Otro de los centros educativos en los que el pintor desarrolló parte de sus estudios fue el Instituto Vicente Espinel, del que salieron otras celebridades como Ortega y Gasset o Severo Ochoa.

La Plaza de Toros de La Malagueta fue probablemente uno de los lugares de ocio favoritos del pintor, que fue un gran aficionado a la tauromaquia desde su niñez. El interés que los toros despertaron en él puede apreciarse en algunas obras como Corrida de toros, Picador o La minotauromaquia. En general, puede decirse que es uno de los atractivos más simbólicos de la ciudad, declarado Monumento Histórico-Artístico en 1976, que homenajea al artista con “la corrida Picassiana” celebrada durante la Semana Santa.

Málaga es una ciudad que ofrece un amplio abanico de posibilidades en cuento a museos se refiere, ya que suman un total de 40.

Los museos se han convertido en un auténtico reclamo turístico de este destino capaces de satisfacer desde las necesidades más básicas hasta las más peculiares ofreciendo oportunidades a los aficionados al deporte gracias al Museo&Tour Málaga Club de Fútbol, o, por ejemplo, a los aficionados al flamenco y a la música con museos como el Museo de Arte Flamenco Peña Juan Breva y el Museo Interactivo de la Música de Málaga, que cuenta con una colección compuesta de instrumentos procedentes de todo el mundo.

También tienen cabida otros temáticos como el Museo del Vino, el Museo Automovilístico y de la Moda, que expone sofisticados modelos de automóvil y exclusivas piezas de alta costura, y el Museo Nacional de Aeropuertos y Transporte Aéreo, que se dedica a mostrar la evolución de la aviación desde su puesta en marcha en los años 20 hasta la actualidad.

Todos ellos son importantes, pero hay algunos como el Centre Pompidou Málaga o el Museo Carmen Tyssen que son conocidos a nivel internacional. El primero es uno de los más innovadores e interactivos porque hace un recorrido por múltiples disciplinas artísticas, entre las que se encuentran por ejemplo el cine, la danza y la pintura de los siglos XX y XXI. Se nutre de exposiciones semipermanentes y temporales que resaltan los aspectos más relevantes de cada temática. El segundo está enfocado en mostrar la pintura andaluza del siglo XIX a través de una colección permanente que consta de 230 obras repartidas en 4 recorridos diferentes.

El Centro de Arte Contemporáneo de Málaga es otro de los más destacados que hay en la ciudad, una propuesta de cultura viva y dinamismo que apuesta por programas pedagógicos, exposiciones y conferencias sobre las tendencias artísticas del siglo XX. Cuenta con un repertorio permanente en continuo movimiento que se completa con las cesiones temporales que hacen coleccionistas privados.

Dejando un poco de lado el ámbito cultural, es importante resaltar que desde los años 60 Málaga es un importante destino de sol y playa de la Comunidad Autónoma de Andalucía, ya que cuenta con una sucesión de playas dotadas de todo tipo de servicios y bien comunicadas que suman un total de 14 kilómetros. Sus paseos marítimos son idóneos para pasear, ver las puestas de sol y pararse en algún que otro chiringuito o restaurante para deleitarse con recetas tradicionales malagueñas como los espetos de sardina y el “pescaito frito”.

La Malagueta es la playa más famosa y más accesible de esta ciudad, así que, en consecuencia, es la más visitada. Se extiende a lo largo de 1200 metros aproximadamente, goza de un ambiente sin igual y su cercanía al puerto hace que sea una parada obligatoria. De hecho, Málaga siempre ha estado muy vinculada al mar y recibe una enorme cantidad de turistas gracias a los cruceros que atracan en su puerto. Junto a ella se sitúa La Caleta, otra de las playas más concurridas debido a su longitud y a su cercanía con el casco histórico de Málaga, aunque las playas de Pedregalejo o San Andrés tampoco se quedan atrás, ya que su nivel de ocupación también es elevado. La Playa de Guadalmar es conocida por ser la única de carácter urbano que tiene un espacio dedicado a practicar nudismo.

Existen otras más retiradas del centro que se caracterizan por ser menos frecuentadas y, por lo tanto, son ideales para aquellos que buscan tranquilidad y un ambiente más relajado. Los mejores ejemplos de esto son la Playa El Palo y la Playa del Campo de Golf San Julián, ambas situadas en un entorno más natural.