Benalmádena

Benalmádena es un destino lleno de oportunidades porque, aunque en el mundo del turismo sea una localidad costera conocida fundamentalmente por sus playas, también ofrece espacios dedicados al conocimiento, a la historia y a la cultura.

El litoral de Benalmádena se caracteriza por contener un total de 20 kilómetros de playas, más amplias en su parte oriental y rocosas y más tranquilas en su parte occidental. Todas ellas son accesibles desde su animado paseo marítimo, que las conecta y rejuvenece gracias a los variados hoteles, restaurantes, chiringuitos y comercios que lo componen.

La Playa de Bil Bil es famosa por el castillo que la adorna de fondo y es muy querida por los que buscan un ambiente acogedor y familiar. Su vecina, la Playa Arroyo de la Miel, también es de carácter urbano y es una de las más frecuentadas de la localidad, sobre todo por familias que demandan un oleaje tranquilo para los más pequeños.

Justamente junto al puerto deportivo está la Playa de Fuente de la Salud, que a pesar de su pequeño tamaño es ideal para practicar deportes náuticos y avistar la fronteriza costa de Torremolinos.

En el lado opuesto se encuentran una sucesión de playas que gozan de un entorno más natural que las anteriores, como por ejemplo la Playa de la Viborilla, una pequeña cala a la que suelen asistir los aficionados al buceo y al snorkel porque sobresale por su rico fondo marino, y la Playa Benalnatura, una cala nudista rodeada de rocas que emana tranquilidad. La Playa de Torrequebrada también es pequeña, pero al mismo tiempo acogedora, un lugar retirado del bullicio de la ciudad ideal para disfrutar de la intimidad.

A pesar de que Benalmádena sea un destino conocido principalmente por sus playas, es una localidad que está repleta de edificios que atraen el interés de aquellos en busca de cultura.

El Castillo de Colomares es hoy uno de los principales símbolos de Benalmádena, construido entre 1987 y 1994 para conmemorar a Cristóbal Colón y el descubrimiento de América. Esta obra fue levantada por el doctor Esteban Martín Martín, que de un momento a otro dejó de lado la medicina para sumergirse en el mundo de la arquitectura con el propósito de contar a través de los ladrillos cómo fue la revelación del Nuevo Mundo. Para su creación se inspiró en el Monasterio de La Rábida (Huelva) y el Castillo de Arévalo (Ávila), entre otros inmuebles, y obtuvo como resultado un edificio repleto de elementos góticos, mudéjares y románicos. Su particular arquitectura deja ver las popas de las famosas carabelas La Pinta, La Niña y La Santa María, y presenta algunos detalles en memoria de los Reyes Católicos y otros humildes personajes que viajaron con Colón. Este monumento puede visitarse haciendo un recorrido por 16 puntos imprescindibles que cuentan cómo fue este importante acontecimiento desde el punto de vista de su creador.

El Castillo Bil Bil es un centro cultural desde 1980 en el que se celebran eventos de diversa índole, pero sobre todo es famoso en la provincia de Málaga por ser el lugar más elegido para la celebración de bodas civiles. El conjunto está compuesto de 5 salas y un patio central que presentan un estilo de origen árabe y que están decorados con azulejos, típicos de la tradición nazarí. Como curiosidad decir que, aunque se haya catalogado como castillo, no es ninguna fortaleza, sino que fue una residencia privada que data de principios del siglo XX.

Benalmádena cuenta con el templo budista más grande de occidente: la Estupa de la Iluminación, un monumento creado por la paz, la armonía y la prosperidad que automáticamente invita a desconectar y reflexionar. Los budistas creen que los deseos que se piden alrededor de las estupas se hacen realidad y para ellos estos templos tienen un valor tan sagrado que han hecho de la meditación un acto imprescindible en su día a día. Esta, inaugurada en 2003, acoge en su estructura interna una sala para meditar de más de 100 metros cuadrados y gracias a su posición en lo alto de una ladera ofrece una de las mejores vistas del litoral malagueño.

El Museo de Arte Precolombino Felipe Orlando es un espacio dedicado completamente a la cultura porque contiene piezas procedentes de la América Precolombina, concretamente artesanías de origen mexicano, colombiano, peruano, ecuatoriano y nicaragüense. El fondo del museo pertenece a la colección privada de Felipe Orlando García-Murciano, pintor, escritor y antropólogo mexicano, que a su vez fue el director del mismo desde 1970 hasta su muerte. En él se pueden observar piezas domésticas y de orfebrería de Mesoamérica y los Andes Centrales principalmente, aunque también es posible ver restos arqueológicos hallados en Benalmádena que explican a grandes rasgos la evolución de este municipio.

Por otro lado, Benalmádena también está formada de edificaciones más rústicas: la Torre Vigía de Torremuelle y la Torre Vigía de Torrequebrada. A pesar de que ambas fueron levantadas para vigilar la costa y comunicarse con otras torres vecinas, se dice que la primera fue construida por cristianos, aunque con posibles antecedentes romanos, mientras que la segunda le pertenece a los musulmanes.