Gastronomía

La gastronomía de la Costa de la Luz es muy rica porque ofrece sabores que son capaces de manifestar la auténtica tradición de Huelva y Cádiz, dos territorios que entremezclan productos del mar, de la huerta y de la dehesa para elaborar exquisitas recetas que deben probarse mientras se disfruta de unas vacaciones en esta parte del litoral andaluz. 

El cazón en adobo, las tortillitas de camarones, el choco o el “pescaíto frito” son algunos de los manjares que se deben probar en los bares y restaurantes de la Costa de la Luz. Es una maravilla comprobar que este destino cuenta con un amplio abanico de posibilidades gastronómicas que harán que el cliente sienta el verdadero sabor del mar a través de otros productos como la sardina, la corvina o la raya, preparados a la plancha o con sabrosos guisos marineros. 

Tampoco debe pasarse por alto una de las mayores delicias que cruzan por el Estrecho de Gibraltar: el atún rojo, el ingrediente estrella de la provincia de Cádiz que tanto reconocimiento internacional ha obtenido desde hace unos años y que ha permitido elaborar recetas japonesas como el sushi o el tataki y recetas españolas como el atún a la plancha o guisado con tomate. 

Igualmente, los mariscos forman parte de la cocina tradicional andaluza, que se caracteriza por conquistar a los clientes con materias primas como la gamba blanca de Huelva, una reliquia culinaria reconocida en toda España por su alta calidad y exquisitez, y la coquina, un bivalvo típico de la zona que suele prepararse al ajillo como sus compañeras las almejas, las chirlas y las navajas.

Además de una fuerte gastronomía marinera, la Costa de la Luz también propone alternativas para los más carnívoros, y es que la provincia de Huelva es muy famosa por su jamón de Jabugo, que proviene directamente del cerdo ibérico que campea a sus anchas por las dehesas de la zona mientras se alimenta a base de bellotas para así poder obtener el reconocido jamón de bellota. Otros productos de origen porcino como los embutidos (lomos, chorizos, morcillas, etc) y las carnes son a su vez un reclamo para los paladares más exquisitos. 

Las dehesas del sur de la península ibérica también son el hogar de la vaca retinta, una raza cuya presentación más habitual es el añojo, cuya alimentación a base de pastos naturales y piensos vegetales es capaz de otorgarle un distinguido sabor y suma ternura a la carne.

Es totalmente razonable pensar que un vino es la mejor forma de acompañar cualquiera de los platos más comunes de la Costa de la Luz porque es un brebaje que gracias a sus múltiples variables marida tanto con la carne como con el pescado. 

La región de Cádiz es tierra de viñas, principalmente Jerez de la Frontera, que vio nacer al vino de Jerez, un licor con diversos matices que puede degustarse en más de 40 bodegas de la zona. Se dice que hay un jerez para cada ocasión porque sus variedades son tantas que se dan el lujo de deleitar todo tipo de paladares.  

Estas uvas son de alta calidad y pueden producir bálsamos tan ricos como el vinagre de Jerez, un condimento único en toda España utilizado para aliñar ensaladas, preparar salsas y guisos de cualquier tipo. Sin embargo, esta fruta da tanto de sí que de ella también derivan otro tipo de bebidas como el brandy de Jerez, un licor que necesita ser envejecido durante años en botas de roble para conseguir un aroma único. 

La crianza del vino manzanilla se lleva a cabo única y exclusivamente en las bodegas de Sanlúcar de Barrameda, que tiene una tradición vinatera centenaria que se ha extendido por todo el litoral. Su origen se remonta al siglo XVIII, momento en el que comenzó la industria vitivinícola en la localidad y a partir del cual comienza a degustarse con todo tipo de recetes, especialmente las que se han preparado con productos que provienen del mar. 

El vino moscatel es una de las bebidas más comunes de Chipiona y ha marcado su desarrollo económico y social. Presenta muchas variedades y marida a la perfección con la repostería, aunque generalmente se suele tomar con productos salados.