Medina Sidonia

Es una de las localizaciones más antiguas de la provincia de Cádiz, pues la historia cuenta que fue una ciudad fundada por los fenicios, aunque hay claras evidencias en el entorno de la Laguna de la Janda que afirman una ocupación humana anterior correspondiente al Neolítico, al Paleolítico y a la Edad de los Metales. Posteriormente fue la residencia de múltiples civilizaciones hasta que con el paso del tiempo acabó convirtiéndose en la sede del Ducado de Medina Sidonia, un hecho que le permitió alcanzar su máximo esplendor y así llegar a ser el destino turístico que es hoy en día. 

Este castillo está situado en lo alto de un cerro de Medina Sidonia y sus restos arqueológicos han afirmado la existencia de 3 fortalezas superpuestas: una romana, una árabe y una medieval. 

Del castillo militar romano se ha heredado todo el perímetro amurallado que a veces supera los 2 metros de altura, 6 torres en el lado este y 2 torres huecas en la parte sur. En torno al siglo XI se construye un fuerte árabe, del que aún quedan algunos restos de muralla en la parte exterior, y ya hacia mediados del siglo XV comienza a construirse el castillo medieval por orden del primer Duque de Medina Sidonia con la intención de mejorar la defensa de la población. 

En los alrededores de este conjunto se han encontrado vestigios que evidencian la presencia humana en este cerro ya en la Edad de Bronce. 

Se trata de un templo religioso construido, en estilo gótico-renacentista, sobre lo que un día fue una mezquita y junto a los restos del castillo. Es originaria del siglo XVI aunque su torre se terminó en el siglo siguiente, lo que dio lugar a una obra formada por una planta de cruz latina y tres naves declarada Monumento Histórico-Artístico en 1931. Su elemento más característico es el retablo, presidido por Santa María la Coronada, de estilo manierista y plateresco y compuesto por 40 columnas que sostienen un total de 22 historias. 

La entrada más antigua y con más historia es la del castillo porque antaño era usada por los Duques de Medina Sidonia para tomar la ciudad. No menos significativas son las otras dos portadas, la principal de estilo herreriano y la del claustro de estilo plateresco. 

El Arco de la Pastora es una puerta de origen árabe compuesta por un arco de herradura y una escalinata procedentes del siglo X que dan acceso al recinto amurallado. Es un verdadero símbolo de Medina Sidonia que presenta una torre anexa que servía para defender dicha entrada. Una curiosidad es que su nombre se lo debe a la imagen que aparece en la hornacina que se preserva en uno de los lados internos del arco. 

El Arco de Belén es otra de las entradas al recinto amurallado que conduce directamente al corazón de Medina Sidonia. En el siglo XVIII se le conocía como Arco de los Gitanos aunque después adoptó su nombre actual debido a la imagen que tiene en su interior de María Santísima de Belén.  

La tercera y última puerta que existe para acceder a la medina se la conoce con el nombre de Puerta del Sol, que se lo debe a su orientación hacia el este y, por lo tanto, ve cómo el sol amanece todos los días. 

Nuestros antepasados los romanos bautizaron Medina Sidonia con el nombre de Asido Caesarina, una típica ciudad urbanizada al más puro estilo romano.  

Todo el conjunto arqueológico data del siglo I d.C. y en él se pueden observar construcciones hidráulicas con 20 metros de galerías subterráneas cuya función era ofrecer un sistema de alcantarillado a la ciudad. En la periferia están situadas las cloacas con unos muros construidos de piedra arenisca y unas bóvedas conectadas de forma directa con las viviendas. Otra construcción muy común en estas ciudades son las calzadas, y es que en Medina Sidonia se descubrió una en el año 1997 que discurre 4 metros por debajo de la Calle Álamo. 

En el interior de este conjunto se ubica el Museo Arqueológico, que ofrece una visita por la historia y evolución de Medina Sidonia.