El Algarve es una de las zonas más turísticas de sol y playa de Portugal. Gracias a su proximidad con España, más concretamente con las últimas localidades de la provincia de Huelva, hace que muchos de los visitantes de la costa onubense elijan algunas zonas del litoral oriental del Algarve para realizar estancias cortas o visitas de un día para complementar sus vacaciones.
Sol y playa a raudales a un pequeño paso del horizonte andaluz
Se trata del primer pueblo portugués que aparece nada más cruzar la frontera, donde se respira un ambiente tranquilo y relajado, incluso en las calles del centro, que albergan tiendas de textiles realmente atractivas por la calidad de sus productos.
Uno de los principales motores de su economía es el turismo y por ello está dotado de todo tipo de servicios: hoteles, comercios y restaurantes que dominan todo el municipio.
El río Guadiana también desemboca en este territorio y permite llegar hasta Ayamonte en un ferry. Ofrece enormes playas fluviales y marítimas con extensas dunas que son perfectas para las familias por su escasa profundidad. La Playa de Monte Gordo es una de las más representativas, acompañada de coloridos barcos y con buenas instalaciones, entre las que se encuentra un pintoresco casino. La Playa da Manta Rota y la Playa da Lota son más tranquilas y su entorno es mucho más virgen.
Plaza de Marqués de Pombal
Playa fluvial del Río Guadiana
La Reserva Natural de las Marismas de Castro Marim y Vila Real de Santo António es una zona pantanosa que hace de hogar para múltiples especies animales. Los alrededores de esta gran marisma se pueden recorrer a pie o en bicicleta para observar aves, que también representan el lugar donde se reproducen peces, moluscos y crustáceos.
Es una población con mucho encanto que resalta por albergar un centro histórico repleto de calles empedradas y casas adornadas con azulejos que transmiten paz y sosiego a simple vista. El río Gilão atraviesa Tavira, una localidad unida por un puente de siete arcos y que además alberga un puerto pesquero. Ambas orillas del río están repletas de restaurantes y terrazas que ofrecen comida tradicional, entre la que sobresale la cataplana de pescado o marisco.
El Jardín de Coreto es una zona que goza de un animado ambiente diurno y nocturno, y donde se sitúa el Mercado da Ribeira, un espacio dedicado completamente al ocio. Junto a este jardín se sitúa la Praça da República, donde pueden probarse deliciosos dulces regionales y asistir a espectáculos durante la época estival.
Por otro lado, es necesario recalcar la importancia de la religión en Tavira, pues cuenta con un total de 37 iglesias, aunque la más destacada es la Iglesia de la Misericordia, que presenta un portal renacentista. El Castillo de Tavira es un símbolo de la ciudad, un fuerte de origen musulmán del que solo quedan algunos restos de muralla, el Arco de la Misericordia y una pequeña parte de la alcazaba.
Praça da República
Iglesia de la Misericordia
Castillo de Tavira
Cementerio de anclas, Playa do Barril
Parque Natural de Ría Formosa
Generalmente en Tavira se respira tranquilidad, una calma de la que se puede disfrutar también en sus largas playas. La Playa do Barril es un extenso arenal blanco en el que se sitúa el Cementerio de las Anclas, aunque la más famosa es la playa de la Ihla de Tavira, a la que se puede acceder tomando un ferry desde la localidad y así disfrutar de todos sus servicios.
El Parque Natural de Ría Formosa es uno de los mayores atractivos naturales de este litoral, una zona de dunas que se entremezcla con marismas y canales y que sirve como lugar de paso a algunas aves migratorias.
Faro es la capital del Algarve, una ciudad universitaria que cuenta con un centro histórico amurallado conocido como Cidade Velha, en cuyo interior discurren calles peatonales de piedra, plazas, restaurantes y la Catedral de Faro, construida sobre los restos de una antigua mezquita. El Palacio Episcopal, el Arco da Vila y la Cámara Monumental son algunos de los atractivos más significativos del interior de la muralla.
Catedral de Faro
Arco da Vila
Iglesia Do Carmo
Capilla de los Huesos
Fuera de ella se desarrolló una localidad restaurada por la burguesía y la nobleza tras el terremoto acaecido en 1755, así que desde ese momento se levantaron edificios señoriales como palacios, teatros: el destacado Teatro Lethes e iglesias de estilo barroco y rococó como la Iglesia de San Pedro. A esta zona también pertenece la tenebrosa Capilla de los Huesos, decorada con las calaveras y huesos de los frailes que están en ella enterrados.
Al ser una ciudad universitaria, cuenta con un animado ambiente diurno y nocturno que puede vivirse de primera mano en los restaurantes y tiendas de la Rua de Santo Antonio, a cuya entrada está ubicado el Jardín Manuel Bívar, otro de los centros neurálgicos y punto de encuentro de los ciudadanos de Faro.
Las playas de Faro están en el territorio del Parque Natural de Ría Formosa, arenales que forman la Ihla da Culatra, la Ihla Deserta y la Ihla de Faro, donde convive la arena suave y dorada con un mar de oleaje calmado.
Se trata del destino de playa más popular de todo el Algarve, una zona realmente concurrida durante los meses de verano debido a su envidiable clima y a que goza de un divertido ambiente nocturno.
Ofrece un amplio abanico de servicios y actividades de ocio orientadas a satisfacer las necesidades de un público principalmente familiar: parques temáticos y excursiones para avistar delfines. A pesar de ello, también se considera un destino de gran tradición golfista y con un toque muy acogedor.
Albufeira le debe su verdadera fama a todas y cada una de sus playas, urbanas y vírgenes, decoradas con pequeños barcos de colores que reposan en la arena una vez terminada su jornada pesquera. Las más representativas son la Playa del Túnel, Playa Pescadores o Playa Oura, entre otras.
Aparte de esto, es posible recorrer las calles de su pintoresco centro urbano, abarrotado de restaurantes, pequeños locales comerciales y discotecas, y visitar su puerto pesquero, hogar de múltiples embarcaciones.
Colorida urbanización de Albufeira
Playa Oura
-La gallina sultana es el símbolo del Parque Natural de la Ría Formosa, una especie que no puede contemplarse en el resto de Portugal.
-Algarve deriva del término árabe al-gharb, que significa la tierra más allá.
-La Gruta de Xorino sirvió de refugio a los árabes en el siglo XIII, momento en el que se produjo la reconquista cristiana de Albufeira.
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