Llamada “La capital de la manzana” por sus extensas pomaradas, es decir, por sus manzanos, Villaviciosa se ha convertido en un magnífico destino turístico tanto para quienes buscan relajarse junto a la costa y las playas, como para los que quieren disfrutar de la naturaleza y de un auténtico entorno rural. Se trata de una bonita villa situada junto a la ría del mismo nombre que, además, cuenta con un valioso patrimonio histórico-artístico en sus calles y alrededores, ofreciendo al visitante la ocasión de disfrutar de la mejor gastronomía asturiana.
Los amantes de la costa encontrarán en Villaviciosa una buena cantidad de parajes marítimos y playas donde veranear o disfrutar de la proximidad del mar en cualquier época del año. Puede que una de sus playas más visitadas sea la Playa de Rodiles. Su arenal, de más de un kilómetro de largo, cuenta con una zona arbolada provista de mesas y sillas donde los visitantes pueden instalarse con toda comodidad. En la desembocadura de la ría encontrarás también la playa y el Puerto Deportivo de El Puntal, provista de buenos servicios de restauración. Los amantes de la naturaleza preferirán, quizás, la Playa de Misiegu, situada igualmente junto a la Ría de Villaviciosa, cuyo entorno natural destaca por la tranquilidad de sus aguas y por la belleza natural de esta zona protegida por el valor de su flora y de su fauna. La oferta de playas continúa con otros parajes como la playa y el Puerto de Tazones, un pequeño pueblo pesquero a 10 km. de Villaviciosa famoso por su oferta gastronómica, o la Playa de la Ñora, que cuenta con zonas de arena blanca y pozas aptas para el baño.
Iglesia de Santa María de la Oliva
Iglesia San Salvador de Valdediós
Villaviciosa también exhibe un notable patrimonio artístico e histórico donde destaca el Conjunto Monástico de Santa María de Valdedios. Se encuentra situado a 8 kilómetros de Villaviciosa y está formado por un monasterio fundado en 1200, de estilo prerrománico, la Iglesia de San Salvador de Valdedios (“El conventín”) y la Iglesia de Santa María de Valdedios. Villaviciosa forma parte, además, del Camino de Santiago que, a su paso por el municipio, invita a los peregrinos a conocer aldeas como la de Priesca, cruzar ríos como Sebrayu o Nebla, visitar el Templo de Santa María de Sebrayu, las caserías de Fresnu, etc. Por último, y de vuelta a Villaviciosa capital, recuerda recorrer el famoso “Paseo de la Manzana” que discurre por el casco histórico de la villa para conocer sus puntos turísticos más interesantes, y echar un ojo a la programación del famoso Teatro Riera, uno de los principales centros culturales de la ciudad.
Otra manera de recorrer los tesoros naturales del concejo de Villaviciosa es a lo largo de sus recorridos turísticos, como la Ruta de los Molinos del Ríu Profundu, que te descubrirá hasta 22 molinos de agua, o la Ruta Peña Cabrera para embelesarse con sus magníficas vistas sobre el Valle de Villaviciosa o de los Picos de Europa. A su vez, la Ruta del Azabache nos llevará a conocer la tradición de la extracción del azabache, una variante jurásica del lignito que tiene un enorme valor económico y artesanal, y que ya forma parte del pasado etnológico de la región.
¿Villaviciosa… gastronómica? No lo dudes. Tanto si te mueves por el centro urbano como por los alrededores, encontrarás docenas de restaurantes donde saborear lo mejor de la gastronomía de la zona: mariscos de primera calidad, pescados al estilo originario, fabadas, pote y una enorme oferta de postres y dulces al más autóctono estilo de la región. Mención aparte para la sidra que, viniendo de una zona famosa por sus pomaradas, frisa la excelencia como en pocos lugares. Todo un espectáculo para los amantes de la gastronomía más auténtica.
Lo que no te puedes perder
El Conjunto Monástico de Santa María de Valdedios, la Ruta de los Molinos del Río Profundu y las playas de Rodiles y Misiegu.
Temperatura media: 9º en invierno y 20º en verano.
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