Santuario de la Virgen de Covadonga

Si existe algún sitio especial en Asturias para sus residentes, éste no es otro que Covadonga, uno de los lugares más bellos a nivel visual y, al mismo tiempo, lleno de historia. Situado en el concejo de Cangas de Onís y rodeado de naturaleza salvaje por todas partes, el valle se convierte cada día en un lugar “mágico” ya que, gracias a su ubicación entre montañas y su proximidad al Mar Cantábrico, se crea una densa niebla matutina que le da un aura de misterio. Su construcción principal, situada en el mismísimo centro del valle, es el Santuario de la Virgen de Covadonga. 

El nombre de Covadonga tiene su origen en la expresión latina “Cova Dominica” que, muy acertadamente, significa “Cueva de la Señora”. Pero, ¿por qué el Santuario de la Virgen de Covadonga es tan importante para los astures? La estratégica posición de la construcción en el valle supuso una gran victoria para los astures frente a los musulmanes en el año 722, cuando se produjo la Batalla de Covadonga, hito que supuso  el inicio de la Monarquía Asturiana, primer Reino Cristiano de España.

Siglos más tarde, el complejo está formado por varias construcciones, entre las que destaca la “Santa Cueva” donde podemos encontrar una pequeña capilla y la imagen de la Virgen al fondo de la misma. Podemos acceder hasta ella, bien a través de la explanada de la Basílica, o bien mediante unas escaleras desde el propio monte donde está entallada la Cueva. Los más devotos, así como aquellos que desean la vivencia de una conexión más espiritual con la Virgen y el entorno, a menudo suben las escaleras de rodillas, con la esperanza de poder hacer una petición a la Señora de Covadonga y que ésta se cumpla.

Al lado de la Cueva se puede distinguir perfectamente la Basílica de Covadonga, que destaca especialmente por el característico color rosáceo de la piedra con la que está construida, extraída de la propia montaña. Como curiosidad cabe llamar la atención sobre “la campanona”, nombre que recibe una gran campana decorativa que encontraremos antes de entrar a la “Santa Cueva” y que con sus más tres metros de altura y más de 4.000 kg de peso, logró un primer premio durante la Exposición Universal de París en el año 1900.

Además, existen otros atractivos turísticos que merece la pena visitar, como el Museo, la Antigua Colegiata de San Fernando, la Estatua de Pelayo y el Parque del Príncipe, situados muy cerca del complejo principal.
 

Pensando en los amantes de la naturaleza, y sobre todo en los más aventureros, la zona dispone de lugares adecuados para la práctica de la escalada y otros deportes de montaña, aunque al tratarse de un precioso valle, lo mejor es dejarse encantar por la belleza de los parajes mediante rutas de senderismo o trekking. Así es cómo este entorno idílico asturiano se convierte en la mejor manera para desconectar del estrés de la gran ciudad.

Si lo deseas, y aprovechando que no se encuentran demasiado lejos en coche, puedes complementar tu visita con una excursión a los Lagos de Covadonga. Se trata de dos lagos, llamados Enol y Ercina, rodeados por montañas y alimentados por las fuentes naturales que les rodean. Los Lagos de Covadonga se integran en un precioso paraje natural que se ha convertido en uno los lugares más emblemáticos de la provincia. Excursión de naturaleza para disfrutar de la tranquilidad, de la belleza de su entorno y hacer ¡las mejores fotos!