Tamahuche

  • Hotel
  • 3 Estrellas

La Hoya 20, 38840 Vallehermoso

Valoraciones

4.0 sobre 5

Basado en 71 comentarios

  • Ubicación

    4.5 sobre 5
  • Calidad/Precio

    4.0 sobre 5
  • Habitaciones

    4.0 sobre 5
  • Limpieza

    4.5 sobre 5
  • Servicios

    4.5 sobre 5
  • Calidad del sueño

    4.0 sobre 5

Descripción

La casa rural está ubicada en un edificio que data del siglo XIX y que se restauró por completo en el año 2002. Los materiales utilizados para la renovación se eligieron cuidadosamente, ya que tenían que conservar el encanto histórico de la casa. ...

Disponibilidad

¿Cuándo quieres alojarte en Tamahuche?

Descripción general

La casa rural está ubicada en un edificio que data del siglo XIX y que se restauró por completo en el año 2002. Los materiales utilizados para la renovación se eligieron cuidadosamente, ya que tenían que conservar el encanto histórico de la casa. Ésta cuenta con un total de 10 habitaciones, repartidas en 2 plantas. Asimismo, también podrá tomar algo en la cafetería o en el bar, después de un día ajetreado. Además, tiene a su disposición el servicio de lavandería y la conexión a Internet inalámbrica. Podrá aparcar su vehículo en las plazas de aparcamiento.La decoración de las habitaciones consta de elementos típicos españoles, como por ejemplo las bonitas repisas de las ventanas, de madera trabajada. Desde las habitaciones podrá admirar unas vistas magníficas del paisaje de Vallehermoso. Además, están equipadas con secador de pelo, minibar y una caja fuerte de alquiler.

Información adicional

Check-in

Desde15:00h

Check-out

Hasta11:00h

Servicios

  • Acceso a internet

    • Acceso a internet de alta velocidad gratis
  • Aparcamiento

    • Zona de aparcamiento en las proximidades
  • Generales

    • Jardin
  • Servicios

    • Servicio de lavandería

Opiniones del hotel

4.0 sobre 5

Basado en 71 comentarios

  • Ubicación

    4.5 sobre 5
  • Calidad/Precio

    4.0 sobre 5
  • Habitaciones

    4.0 sobre 5
  • Limpieza

    4.5 sobre 5
  • Servicios

    4.5 sobre 5
  • Calidad del sueño

    4.0 sobre 5

Comentarios destacados

  • Prudol

    Gran ubicación.

    Nos alojamos aquí dos noches mientras camina en la isla. Las habitaciones son bonitas y están repartidas por encima de la zona de recepción. El lugar parece ser dirigido por un hombre. Nuestra habitación era estándar, pero no tenía una buena terraza mirando al Roque de Cano. Los desayunos eran Curiosamente peculiar - una buena selección inicial, pero luego no arriba de la entrega desinteresada anfitrión. Café sabía horrible. Podría ser mejor.

    3.0 sobre 5
  • Francisco M

    Buen ambiente en casa tradicional. Excelente ubicación

    Buena condición general. Las zonas comunes y las habitaciones son muy bonitas, con vistas a la iglesia. El encargado, Jordi, es muy atento, conoce la zona y puede recomendar visitas y excursiones. Háganle caso. La situación del hotel es estupenda, al lado de la estación de guaguas (el servicio de autobuses de Vallehermoso permite hacer muchas cosas). El barrio es muy tranquilo. Estuve en agosto de 2014.

    4.0 sobre 5
  • Jorge Angel G

    Muy simple, muy justo

    Dentro de un paraje incomparable, eso sí .. pero nada más .. Tranquilo, también .. hasta el punto de que al acabar la tarde ya no se oye un alma en el Hotel, puesto que el personal ha desaparecido .. No disponen de restaurante para almuerzos o cena .. una pena .. El desayuno está decente .. es variado y con productos naturales .. El wifi en las habitaciones a veces es casi inexistente (debido a la orografía del lugar, al parecer) .. Carece de zonas comunes para ocio y descanso

    3.0 sobre 5
  • Ramon C

    EXCEPCIONAL

    Somos una familia de bichos raros. No tenemos el más mínimo interés por los jacuzzis, por las piscinas climatizadas in/out dolor, infinity pools, camas balinesas, actividades organizadas o excursiones en rebaño, etc., etc. Si eres como nosotros, probablemente te guste este hotel. Un hotel rural, en el centro del hermoso pueblo de Valle hermoso (si se admite la redundancia). Ha sido tan bien adaptado a la actividad actual que conserva el encanto de las casonas antiguas típicas de la isla. Se encargó de ello, según mi padre, que lo conoció, el ya desaparecido, Sr. Enrique Amaya,. El hotel está distribuido en tres plantas, creo que son un total de nueve habitaciones, para dos personas cada una (llego a esta conclusión porque en la sala de desayunos hay mesas y sillas justo para 18 personas 4x4 + 1x2),aparcamiento justo enfrente, recepción en la planta 0,y comedor al lado de recepción, al menos estas son las estancias a las que accedimos por falta de tiempo, pero creo que hay alguna más. Todas con las habitaciones con baño y vistas espectaculares ( leí aquí en TA algún comentario al respecto de las vistas, donde el colaborador se quejaba de que su habitación daba a una cancha de entrenamiento para los chicos del pueblo, creo que es cuestión de actitud, a mí me tocó la misma habitación y con sólo elevar la vista 1 grado ves una panorámica del precioso valle o la trasera de la iglesia de San Juan Bautista,la subida a Garabato y el resto del casco antiguo, y si no mueres en el empeño y te quedan aún fuerzas para girar el cuello a la izquierda, una vista impresionante del Roque del Cano, cosa que creo poder justificar con las fotos que subiré) . Las habitaciones son básicas,tienen techos muy altos y son amplias. No están decoradas por Laura Ashley ni tienen ningún tipo de floripondio barroco, pero tienen todo lo necesario, secador, televisión, wifi, ropa de cama extra y más almohadas para que puedas ajustarlas a tus cervicales. A destacar la limpieza, exquisita, que para mí, sí es un condicionante. El desayuno es variado, y lo tienen abierto bastante tiempo. Bebidas calientes, zumos, cereales, bollería, repostería elaborada por ellos, galletas típicas, queso, embutidos, etc. Una vez más, destaca la limpieza, estaba impoluto. Por último, el personal, no tengo palabras. Tuvimos la oportunidad de alojarnos en este hotel el Viernes Santo a raíz de un hecho luctuoso, el fallecimiento de un familiar, y aunque mis padres son oriundos del pueblo y tienen una propiedad donde alojarse, nos resultaba más cómodo y cercano alojarnos aquí. María, la propietaria, nos atendió por teléfono la tarde anterior y al saber las circunstancias, y pudiéndonos confirmar sólo una habitación, habida cuenta de las fechas, se quedó bastante preocupada, y estuvo pendiente hasta última hora por si hubiera alguna cancelación. Así fue, hubo alguien que no pudo tomar el último ferry y así nos lo hizo saber ya a última hora porque había estado trabajando en ello. Hizo los cambios pertinentes para poder darnos habitaciones contiguas. Al llegar después de un día horrible y ya extenuados, nos dimos cuenta de que no le habíamos comentado que mis padres tenían la movilidad reducida, y ella nos había querido agasajar con las habitaciones de la segunda planta que tienen las mejores vistas y nadie por encima. Una vez más, sobre la marcha, y haciendo alarde de una profesionalidad increíble y unos reflejos que no le van a la zaga, María nos cambió a la primera planta, y así consiguió ajustarse perfectamente a nuestras necesidades y cederle las vistas a otros huéspedes que pudieran disfrutarlas mejor. Aun más, nos trató con tanto cariño y tanto respeto en unas circunstancias como estas que ya nos ganó sobre la marcha. A la hora del desayuno, nos esperaba para saludarnos y nos ofreció un mus de gofio que había hecho para nosotros y que estaba del 10, y conste que yo no como gofio porque no me gusta, pero esto era un bocado de cardenales, entiéndase. ¿se puede ser más acogedor?. Finalmente, tuvimos la oportunidad de hablar un ratito con María, que siendo catalana, se sentía tan bienvenida en el pueblo que ya los locales la llaman pantanera, que es el gentilicio de los nacidos en Vallehermoso. Mi madre le aclaró que no era por un pantano que hubiese habido, sino por el nombre de un vegetal que abundaba mucho, la pantana, con de la que se elaboraba el cabello de ángel. Así estuvimos un buen rato con mi padre contándole historias y anécdotas del pueblo y ella hablándonos de sus orígenes etc. Por cierto, su hija, que vive creo que en Girona, viene cada dos por tres sin avisar como quien va a tomar café, lo que da una idea más o menos aproximada de lo bien comunicada que se encuentra la Gomera actualmente. No llegamos a conocer a Jordi, pero mis referencias a cerca de sus consejos sobre rutas de senderismo lo convierten en un must. Con esta exposición tan larga, sólo quiero dar a entender, lo importante que es el trato personalizado e individualizado. Si habitualmente es impagable, en este caso, es lo que les hace dar el paso a la excelencia. María, si me leéis, un abrazo muy grande y gracias, muchas gracias. PD: Repito, es sólo cuestión la actitud.

    5.0 sobre 5
  • Anaconcep

    A este hotel le falta mimo

    Un hotel con unas instalaciones preciosas pero poco cuidadas. Le falta mimo. Las colchas son inapropiadas. Le falta almohadones o que pongan dos tipos de almohadas. La Tv parece de juguete, casi es mejor que no pongan ninguna. Los jardines en lamentable estado. Las plantas están secas!!! sin ningún tipo de atendimiento. Es una lástima, están dejando morir el hotel. Tiene unas posibilidades tremendas y no las explotan. El desayuno muy justo, faltan tipos de pan y que huela a cocina. Los zumos no son naturales.

    3.0 sobre 5