Residencial Faria Guimaraes

Comentarios destacados

• pasalodosj

  16 agosto 2017
  "NO VOLVERÍA NI LOCO"

  De todos los alojamientos en los que he estado en el mundo, a este no volvería ni loco. La señora que lo regenta es una soberbia y antipática. Nada más llegar con mi familia me espeto en la cara que esperaba que mi hijo de 20 meses no diese guerra que ella no estaba para aguantar a niños de nadie. La dije que en la reserva a través de la web puse la edad de los niños y ella acepto la reserva que si no estaba de acuerdo que me devolviese el dinero. Cada vez que salias, aunque fuese para coger algo del coche tenias que llamar al timbre y esperar a que esta señora bajase a abrirte. Llego un momento que ya era incomodo el tener que salir por no ver la cara tan desagradable que ponía la señora cada vez que tenia que abrirte.En fin, una mala experiencia en un lugar en el que no pienso volver y que no recomiendo para nada.

  

• cmar_ab

  16 abril 2018
  Pesima y ruidosa

  la ubicación esta a 18 min andando al centro a buen ritmo. el personal no es muy agradable. la habitación es pequeña, el baño es como encerrarte en un zulo de puerta de corredera, el secador del aseo no funcionada pero si hacia un ruido que parecia que iba a explotar, en el armario hay una nevera ruidosa. la calefacción es una estufa de aceite conectada a la corriente directamente con una conexión un tanto extraña. la cama tenia por cabecero una tira de polipiel con una caja fuerte y una puerta ventana, algo muy confortable dormir sobre una puerta ventana . tienes obligadamente que dejar las llaves siemrpe en recepción. se escucha muchos ruidos tanto de otras habitaciónes como de la calle y si a eso le sumamos el sonido de la estufa vieja de aceite y la nevera .... no volveré a este establecimiento.

  

• fiat_lux_88

  09 julio 2018
  ¡El PEOR alojamiento que visité en mi vida!

  El alojamiento no puede ser peor. Cuando llegamos nos topamos con una escalera que no sólo no se anuncia en la página en que hice la reserva, sino que la dueña no hizo el más mínimo intento de ayudarnos con las maletas (incluso cuando mí madre tiene 73 años, dificultades para moverse, etc: así que subí y baje dos veces). Al entrar a la habitación literalmente nos persiguió y se metió adentro para cobrarnos la tasa municipal. Le pedí que me permitiera dejar las valijas y acomodarme, buscar el dinero, pero no lo hizo hasta que le pagué. El baño tenía un olor a orina imposible, así que tuvimos que comprar un producto de limpieza. La señora, de pésimo carácter, se enojó cuando le pedimos un cambio de toallas, ya que las que teníamos estaban sucias y con pelos. Ante la solicitud su respuesta fue preguntarnos si "mirábamos las toallas con lupa". Las sábanas tenían pelos e incluso una araña. El piso del baño, por supuesto, también con pelos. Los picaportes sucios con mugre histórica. En el baño, que pierde agua, no se puede echar los papeles en el inodoro, sino en cesto totalmente antihigiénico (que tenía papeles de otro el primer día). La señora, en cada oportunidad, me recordó que las instalaciones eran así porque yo había pagado poco y era económica. El minibar de la habitación hace más ruido que un tren viejo a toda marcha, y compite con los ruidos de la calle que de por sí son ensordecedores. No obstante, lo peor es la cuestión entrada/salida. En cualquier momento del día, al salir hay que dejar la llave (esté ella o no, o sea que quien quiera puede hacerse de la llave y revisar o llevarse tus cosas) y al regresar hay que tocar timbre. Si ella no está, pues paciencia: si no te abre ella, no abre nadie. Mi madre salió a comprar un refresco, quise bajar a abrirle, y me topé con ella en la escalera que me gritó, mientras me golpeaba el brazo con el dedo índice, y me dijo que "sólo ella abría la puerta", a mi madre le dijo "irresponsable". El último día tuve que esperarla en la puerta pasadas las 22hs unos 10-15 minutos, porque no bajaba. Como corolario de una experiencia de terror, me exigió que dejara la habitación a las 11.30, cuando la reserva decía claramente que era a las 12.00. La verdad, no recuerdo un mayor maltrato como turista y huésped. Una completa maleducada. No volvería nunca y no lo recomendaría. Si se preguntan porqué algunos dejan comentarios elogiosos, permitánme resolver enigma: porque ella trata mejor a quienes eligen habitaciones superiores, y destrata abiertamente a los que pagan las "económicas". Viajeros/as, por favor, no gasten su dinero aquí, hará que arruine la experiencia. Mi único error en Porto fue elegir este alojamiento.

  

• diegof801

  16 abril 2019
  Un alojamiento para NO repetir.

  Las habitaciones superiores del alojamiento tienen todo lo necesario para pasar una buena estancia. La residencia está bien situada y comunicada. El problema principal es la dueña. Maleducada, agotada, ceniza y con ninguna gana de trabajar o satisfacer al cliente. Una vez has pagado tendrás la sensación de estar en la casa de tu madre en la peor época del año. Un marcaje continuo, derroches de gritos y ruidos (suyos) desde las 8:30 de la mañana y una actitud PÉSIMA ante los huéspedes que nos vemos obligados a depender de ella para entrar y salir, ya que las llaves te las pide cada vez que sales por la puerta (para entrar luego a mover y quitar cosas que ella considere. Limpiar no; eso lo hace sólo si te levantas a la hora que ella considera que le viene bien limpiar, es decir pronto). Buena experiencia en Oporto, pero no volvería a hospedarme aquí si esta mujer sigue siendo quién regenta el espacio.

  

• Alberto D

  28 julio 2019
  Horrible

  Fatal el servicio y el hotel. Dueña sin vergüenza y desagradable. Higiene un cero, huele a humedad y moho. En mi vida volvería a ese hotel que le sobran las tres estrellas. LO PEOR DE OPORTO ¡VERGONZOSO!