Rancho Quitapenas Lodge

Comentarios destacados

• edhainaut

  13 septiembre 2012
  Otra estadía en Rancho Quitapenas

  por segunda vez hemos pasado unos días maravillosos en este Rancho. Decidimos adoptar este lugar como destino propio. Lo acogedor de Jorge y su familia, la tranquilidad, el silencio, la independencia, las noches estrelladas, producen un enorme placer.

  

• Sergio M

  13 agosto 2014
  Buen lugar para hospedarse

  Agradable lugar, pero difícil de llegar. Sería recomendable que pusieran letreros en el camino para poder llegar. Además, si no traes carro, no es recomendable llegar ahí, pues está lejos del pueblo. Fuimos en invierno. Le hace falta una calefacción más eficiente, pues sí se enfrían los cuartos en la noche. Por lo demás todo bien. Los cuartos agradables y limpios, En las noches de luna nueva es espectacular la vista de las estrellas.

  

• María Ignacia R

  03 febrero 2015
  Excelente lugar para descansar

  Muy bien atendido por sus dueños, un ambiente muy acogedor, en un lugar ideal para descansar porque no se escucha ningún ruido, ideal para ir en familia. El único problema es que está alejado del pueblo y es un poco difícil llegar la primera vez, pero vale la pena. Si estás en auto, no hay ninguna complicación.

  

• Bibi1252

  07 noviembre 2019
  San Pedro soñado

  Hermoso lugar, increíble cabaña limpia, con toallas limpias, lugar seper fresco en el día y calientico en la noche,excelente la atención de los dueños del rancho, son super cálidos te sientes como en casa, tienen una terraza para hacer asados genial para compartir y tomarse un vinito.

  

• jorge_luis_lomello

  14 febrero 2016
  Tanta gracia natural no correspondida.

  Quizá haya que conformarse con poco, casi nada, en un sitio como San Pedro de Atacama. Esta humilde localidad, carente de servicios razonables para un lugar tan agraciado por la naturaleza y, por tanto, destino para el turismo internacional. Este rancho, literalmente rancho, no tanto por sí mismo sino por su entorno. Vd, yendo desde la plaza principal de la localidad, se hundirá en la maleza de senderos laberínticos donde la tierra suelta sin ningún mantenimiento y la carencia más absoluta de luz (de noche aterra porque podrá perderse o enterrarse en la arena con el vehículo, como nos ocurriera, quedando expuesto a cualquier fechoría). En cuanto la localidad sus restaurantes, con comidas de dudosa calidad, son atendidos por personal mal capacitado o mal dispuesto imponiendo propina pretendidamente basadas en disposiciones legales sin mínimo mérito. Una sola estación para la carga de combustible. Disponga de tiempo no sólo por la cola que tendrá que hacer para llegar al surtidor sino para lograr encontrarla, escondida como está en el lugar menos pensado. En resumen deberá conformarse con ser esquilmado, los precios caros no guardan relación con sus pobrísimas infraestructura y servicios, para disfrutar de un paraje paisajísticamente maravilloso. Ningún esfuerzo ni público, ni privado en favor del turismo.