Quinta De Santa Comba

Comentarios destacados

• Marta P

  21 septiembre 2015
  Tuvimos que cambiar de alojamiento

  Fuimos un grupo de amigos (3 parejas y 2 bebés) a pasar dos noches. Cuando llegamos notamos que la actitud de los dueños era extraña y ni siquiera nos enseñaron la casa. Habíamos contratado 3 habitaciones dobles y ya desde el primer momento nos dijeron que las habitaciones que habíamos contratado no estaban disponibles. Nos realojaron en una habitación doble y otra en la que se compartía el baño y que se veía que no la ofrecían al público normalmente. Al día siguiente, por sorpresa, nos dijeron que había una equivocación y que no tenían disponibles nuestras habitaciones para esa noche, que como habíamos reservado por teléfono, no lo habían gestionado bien y que nuestras habitaciones habían sido reservadas después a través de Booking y que esas reservas tenían preferencia porque si no les penalizaban. Como alternativa nos ofrecían unos cuartos malolientes en una especie de pensión de carretera. Y, aunque al principio nos dijeron que podíamos usar la casa, la piscina e ir a desayunar, luego cambiaron de opinión y nos cobraban hasta el desayuno. Después de todo el día perdido, esperando a que nos dieran una explicación (ya que estuvimos varias horas esperando a que alguien viniera a hablar con nosotros), por casualidad, ya que viajamos uno de lo fines de semana más turísticos del año, nos aceptaron en un sitio donde dormir esa noche, ya que de esta quinta nos echaron directamente. Está claro que no son hosteleros, simplemente alquilan las habitaciones y tratan de sacar el máximo rendimiento posible.

  

• Angel P

  12 junio 2017
  Acogedor

  Reservamos en este Hotel porque estaba en nuestra ruta del Camino De Santiago portugués en bicicleta. Jorge Campos su propietario nos atendido con suma amabilidad estando pendiente de nuestras necesidades. Bonita Quinta del siglo XVII de estilo barroco que destina las antiguas caballerizas a alojamiento. Dispone de una piscina para darse un baño refrescante, y está rodeado de una pequeña viña donde producen sus propios vinos.

  

• Francisco Adolf... V

  31 julio 2017
  Tranquilidad

  La ubicación de la Quinta es muy buena y de fácil acceso. El edificio está bien conservado al igual que la finca y el área de la piscina. Las habitaciones son amplias y pero están mal equipadas, lo mismo que ocurre con los baños. El desayuno es tipo buffet es correcto, el café no es malo; el lugar donde lo sirven es muy agradable al igual que las personas que nos atendieron, que son los dueños. El área de la piscina es amplia y está muy limpia y bien conservada; no así las tumbonas y las sillas que al ser de madera están bastante deterioradas. El lugar es muy tranquilo; no disponen de servicio de cafetería ni comidas fuera del desayuno eso si se puede comprar una botella de vino de su cosecha "Vinho Verde" por 3,50 y tomarla allí charlando con Jorge, el dueño. Aceptan animales de compañía, tienen un área muy bien habilitada para ellos. Por el precio deberían ofrecer más calidad en las habitaciones y el desayuno. Los dueños son gente muy amable y el lugar es pefecto para descansar.

  

• RAMONrovi

  15 diciembre 2017
  Experiencia invernal con muchos pros y un gran contra.

  Casa rural, pazo o quinta (como queráis llamarle) única arquitectónicamente, posiblemente la mejor que he pisado en toda mi vida, quizá porque nunca tuve la oportunidad de dormir (aunque fueses en el edificio destinado a antiguas cuadras) en una casa del siglo XVIII, incluida una preciosa capilla, todo ello en arte gótico (creo) Amabilidad total de sus dueños siempre al servicio de los clientes. La gran contra: que en un lío de entendimiento entre Booquin y los dueños de la quinta llegamos en una noche a cero grados de temperatura y la calefacción apagada, en un edificio de piedra, que no se calentaban ni metiéndole toneladas de leña directamente en la habitación, por lo que tuvimos que meternos prácticamente vestidos en la cama. Dicho lo cual, supongo que en primavera y verano, será una auténtica gozada disfrutar tanto de sus "frescas" habitaciones como de su piscina y su entorno. Otros pequeños inconvenientes que limitan la calificación de excelencia del negocio hostelero, como puertas que no cerraban, pasos de la habitación al baño a través de un vestíbulo a cero grados, limpieza debajo de la cama justa, muy justa y sobre todo la lámpara del techo que de lo fea que es, te quita el sueño. No dudéis en comprar una caja (o dos o tres) del magnífico "viño verde" que venden a 3.5 la botella. Por el resto suscribo las opiniones de Francisco y Angel.

  

• Jchiva

  27 octubre 2019
  Calidad - precio estupendo

  Hemos estado este mes de agosto de paso a Porto, y el entorno, las instalaciones, y el desayuno de primera. Totalmente recomendable. Llegamos tarde y el propietario nos esperó sin ningún problema. Repetiremos.