Novotel Orleans Chemins De Sologne Demeure De Campagne

Comentarios destacados

• Daviddelbosque

  29 agosto 2017
  Buen hotel para ir con coche

  El hotel está bien situado para poder salir a visitar los castillos o pueblos de la zona y a 10 minutos del centro de Orleans. La habitación estaba bien equipada, buen desayuno y a pesar de que había muchas familias con niños no escuchamos ningún ruido. La única pega fue que al estar en uno de los extremos del hotel, la señal del wifi no llegaba del todo bien.

  

• bilbosman

  13 septiembre 2017
  Hotel de paso hacia Paris

  Hotel en las afueras de Orleans de 4 estrellas con piscina exterior. Está bien de paso no para visitar la ciudad, ya que está muy alejado del centro. Las habitaciones amplias, como la mayoría de los Novoteles. Un buen trato y atentos a los niños, con regalos a la entrada. Un muy buen desayuno buffet. Parking gratis exterior. Repetiré.

  

• GiselGordilloG

  22 mayo 2018
  De paso, aunque cuenta con muchos servicios para ser fijo

  Nos quedamos una noche de paso a hacia Paris. Muy buen hotel, desde su recepción hasta la habitación. Cómodo, limpio, bonito, con personal muy amable quienes hablaban español. Cuenta con wifi gratis; habitación amplia, con camas grandes y limpias. El baño muy completo. Nuestra habitación tenia vista hacia el jardin interno, incluyendo la piscina. El área de desaruyo muy amplia, estilo buffet, completo. La localización es en las afueras de Orleans, asi que quizás sea mejor para las personas con su propio automovil.

  

• Luis Francisco M

  27 julio 2018
  Rodeado de carreteras y no se oye ni un ruido.

  Todo bien. Desayuno estupendo. Cercano a carreteras y glorietas pero no se oye un ruido. Piscina agradable. Cancha de tenis y pingpong a disposición. Por decir algo a mejorar...podrían ir pensando en remozarlo.

  

• Isidro l

  04 septiembre 2018
  Uno de los más flojos de la cadena Novotel

  El hotel está bastante envejecido y no es fácil de encontrar. A la hora del desayuno, además, el servicio que estaba totalmente estresado, despejó el buffet a las once en punto, sin darnos el típico cuarto de hora de cortesía o, al menos, prevenirnos de que se iban a llevarlo todo