Myo Hotel Rocce Sarde

Comentarios destacados

• tamarasN1328OT

  16 julio 2018
  Precio razonable - Servicio regular

  Hotel bien situado, cerca de playas muy bonitas de la costa Esmeralda. Habitación grande pero antigua, plato de ducha viejo. No hay cobertura en todo el hotel y solo se dispone de wifi en la recepción, con lo cual te obliga a planificar tu día fuera de la habitación. El desayuno poco variado, con café y zumos de mala calidad. La fruta la sacaban de vez de vez en cuando (un solo día encontré plátano). Muchas de las mesas con las mejores vistas están reservadas y no sabes dónde te puedes sentar. Si bajas a las 7:30 puede que encuentres mesas con comida de la noche anterior sin recoger. Si solo llevas el desayuno incluido es mejor que evites comer o cenar en el hotel, el precio es desorbitado para la calidad y cantidad de la comida. Nos pusieron una de las peores carnes que me he comido en mi vida. Evitar comprar botellas de agua en el bar de la piscina, 3 por 500ml. Lo peor sin duda el trato gran parte del personal. Trato desigual entre turistas italianos y el resto de turistas y el personal hablaba poco inglés y nada de español así que se hacía difícil comunicarte con ellos o que te dieran cierta información. El encargado de los camareros muy desagradable y poco servicial para el puesto que desempeña. Ojo que hay que pagar a la salida tasas de turista. Por 2 personas 7noches pagamos 35. Cuidado porque las tarjetas MasterCard no funcionan.

  

• Pedro P

  28 agosto 2018
  Hotel Rocce Sarda

  Sin duda, calidad precio de lo mejor de Cerdeña. Lo fuerte de este hotel es la comida. Era espectacular, con unos platos exquisitos. Doy mi enhorabuena al chef. Lo que si que eche en falta fue la animacion para niños. Es nula. La zona de la piscina es bonita, y todo muy bien cuidado. Otro aspecto que se podría mejorar, es poder pagar en efectivo, ya que te lo cargaban todo a la habitacion, con los errores que conllevan, como fue nuestro caso, donde nos cobraron de mas. En general, aconsejo este hotel por su tranquilidad y por su comida. Gracias por todo

  

• NadinaBilbao

  19 marzo 2019
  Por dónde empezar

  Como dice el título... por dónde empezar. 7 meses después escribo esta crítica que espero sea constructiva y sirva para que se mejore el trato con el cliente. Comenzaré por la habitación con grandes vistas. Reservamos una habitación con vistas. Si estabas de pie en la terraza si, las vistas eran preciosas. Si decidías tomarte un aperitivo y sentarte como es lógico...las vistas se convertían en el muro de la terraza. La habitación muy básica. Armario con cortinas. El baño pequeño y por el que salía un olor a alcantarilla que me despertó un día a las 4 de la mañana. A la mañana siguiente fui a recepción y la solución que encontraron para el resto de los días fue echar unos polvos blancos por el desagüe de la ducha cuando hacían la habitación por la mañana. Cuando llegábamos a la noche parecía que olía mejor, pero en cuanto nos duchábamos los polvos desaparecían y volvía el problema del olor. Teníamos que dormir con una toalla tapando el desagüe. Un día hablamos con nuestros vecinos de habitación y nos dijeron que era un problema de la isla. Que depende de como sople el viento huele a alcantarilla. Continuo con el desayuno... que pelea. Lo voy a intentar explicar pero hay que vivirlo. Un comedor interior y una terraza con mesas con unas vistas maravillosas. El primer día al ir a entrar en la terraza nos paran y nos dicen que las mesas de la terraza están reservadas y que no podemos desayunar allí. Nos llevan a la mesa más lejana en el comedor interior al lado de los wc. Esa era nuestra mesa asignada. Según estábamos desayunando vimos que no fuimos los únicos a los que no se nos permitió la entrada a la terraza. Un dato muy curioso es que en la terraza preparan las mesas para una habitación y hasta que no llegan a desayunar la mesa permanece libre. Así que imaginaros nuestra cara cuando mientras desayunabamos veíamos el 90% de las mesas de la terraza libres. Hubiera dado tiempo a que todos los que nos alojábamos en el hotel hubiéramos desayunado en la terraza, siempre que los camareros se dedicaran a recoger y volver a preparar las mesas ( como en el resto de hoteles que conozco) en vez de estar 3 camareros de brazos cruzados protegiendo la puerta de entrada a la terraza. Cuando terminamos de desayunar nos acercamos dónde el encargado para decirle que queríamos reservar una mesa en la terraza para el día siguiente. Nos dijo que fuéramos a recepción y allí nos dicen que no se pueden reservar. Ahí comenzó la pelea. Nos indican que solo pueden disfrutar de la terraza los que tienen pensión completa. Le decimos que eso dónde está escrito y que cuando hicimos la reserva nadie nos dijo nada. Nos derivan al máximo responsable de la zona de comedor. Después de una charla en la que nos pusimos serios conseguimos poder desayunar en la terraza, no todos los días y sin mesa asignada, por supuesto. Mucha gente no protestaba... esos no pudieron disfrutar de la terraza. El desayuno muy muy básico. Lo salvaba las tortillas que hacían al momento. El trato por parte de las recepcionistas bastante mejorable. Estas cosas ya te crean un mal sabor de boca que hace que no disfrutes plenamente de la estancia. Una pena. La zona de la piscina tranquila y acogedora. Sólo hay wifi en la recepción. No repetiría.

  

• travelliiing

  28 septiembre 2019
  Hotel correcto, repetiríamos!

  Estuvimos en julio en este hotel, es recomendable y volveríamos. Teníamos media pensión que está muy bien porque hacen a la carta no en buffet. En buffet solo el anti pasti y postres. Para los niños se puede pedir lo que quieras y te lo hacen a medida, tanto pescado a la plancha, como carne, verduras, pasta ... todo fresco y de muy buena calidad. En el restaurante tienes una mesa asignada siempre y nosotros hemos pedido cambio a la terraza para que viéramos las vistas al desayunar y nos lo han cambiado los dos días sin problemas. También hemos decidido cambiar un día cena por comida y hemos comido muy bien era un menú más cerrado pero de muy buena calidad, muy buena presentación y muy buena también cantidad Nos atendió Salvatore un camarero muy amable seguramente la persona más atenta de todo el restaurante que hablaba un poco de inglés. Las instalaciones muy bien. La habitación muy amplia con una terraza bastante amplia y agradable. Toda muy limpia. El personal de housekeeping muy amable, enseguida te atendían siempre con una sonrisa. Quizás el punto flojo del hotel es el personal de recepción ya que nadie habla inglés ni castellano, con lo cual se nos complicaba bastante las comunicaciones incluso un chico muy joven me preguntó si hablaba holandés que como no lo hablo, allí se acabó la conversación. Otro punto a mejorar serían los horarios que no están hechas para los españoles. Los horarios de las comidas son algo justos y el horario de la piscina también solo hasta las siete en pleno verano. Pero la piscina está muy bien, las hamacas también y te dejan toalla para la piscina. Hay playas bastante chulas bastante cerca del hotel y también un pueblo muy encantador que se llama San pantaleón a unos 2 km y medio con lo cual bastante recomendable. Volveríamos sin duda!

  

• rafitarodri

  09 septiembre 2020
  Fantástica experiencia

  Desde que llegamos al aeropuerto tuvimos unos contratiempos con el vehículo de alquiler, y el gerente del hotel por teléfono nos ayudó y facilitó la forma de arrendatar otro. Una vez llegados al hotel pudimos percatarnos de la tranquilidad del lugar, perfecto para desconectar, con vistas hacia las peñas o al mar preciosas. La playa Renna Bianca preciosa de ensueños y solo a 5minutos en coche con servicio en el hotel para desplazarte gratis. Destacar la limpieza, el orden y la profesionalidad. La piscina de 10 y la atención en ella exepcional. El restaurante con muchísima clase y la comida en el hotel muy buena. Buffet libre para el desayuno con gran variedad de productos de alta calidad y un cocinero que te prepara los huevos a tu gusto al momento. Echaremos de menos mucho a su personal pues el trato durante nuestra semana desde el primer día hasta el último fue el mejor que nunca recibí en un hotel. Cordiales, familiares, educados y no olvidaré ese toque de sentido de humor que le daba a nuestros desayunos y cenas un camarero español llamado Mássimo. El servicio de habitaciones 10/10. Para mí todo el personal obtiene el 10 en servicio al cliente, sin ninguna duda. El wifi es verdad que no llega bien a todos los sitios del hotel pero junto a recepción, en la terraza exterior a la entrada, el restaurante y abajo en la piscina llega con buena calidad. Y no pienso que sea un defecto de cara a la puntuación del hotel ya que el lugar no te invita a estar pegado al móvil, automaticamente al llegar desconectas y disfrutas tomando el sol de la naturaleza sarda o bebiendo unos de sus ricos cóckteles mientras te das un chapuzón. En definitiva lo mejor que hay en relación calidad-precio en toda la Costa Esmeralda. Gracias a todo el personal de Rocce Sarde por hacernos pasar unas vacaciones perfectas en Cerdeña.