Komodor

Comentarios destacados

• Araser

  28 julio 2019
  Renovación urgente

  Lo mejor es su situación, delante del mar y con una parada de autobús al lado que te deja en Dubrovnik en 10 minutos. La comida no está mal del todo, está rica y es normal, casera. Quizás el café del desayuno sea lo peor, pero le damos dos estrellas solamente porque las habitaciones están en estado lamentable: moqueta, muebles viejos, olor a humedad, muy antiguo. Necesita una renovación urgente. Menos mal que está limpio, por lo menos. El colchón es también bastante incómodo, así como las almohadas, que son una auténtica "bacalá". El personal es bastante mayor, muy amables en su mayoría. La piscina es pequeña pero está bien, y ahí sí que está todo bastante nuevo.

  

• Cristina20b

  11 agosto 2019
  Lamentable

  Sin duda, uno de los peores donde haya estado, mobiliario viejo,necesita una reforma de urgencia, ademas de que las habitaciones no pueden ser mas pequeñas, no cabe mas de una persona en el baño, la nuestra daba a un patio interior que usaban de trasterl, tenia un refrigerador de aire acondicionado con un sonido insoportable por lo que resulto imposible pegar otro, intentamos de cambio de habitacion la primera noche pero nos dijeron que estaba completa, al dia siguiente lo volvimos a preguntar, pero nos vovieron a negar el cambio a pesar de ver a varias personas que se habian ido del hotel por la mañana, por lo el trato deja mucho que desear, de los peores hoteles en los que he estado y se me ha tratado. Nada recomendable

  

• Zigarrin

  25 agosto 2019
  Sin limpieza.

  La limpieza es inexistente. 3 Días conviviendo con insectos, pelos del anterior cliente ( adjunto fotos). No limpian las habitaciones ningún día aunque se lo digas a recepción y/o cuelgues en cartelito. No fregan el baño, le pasan una de las toallas usadas por el suelo, (visto por nosotros personalmente y también nos lo comentó una compañera del grupo de nuestro viaje con MAPATOUR). La aspiradora la pasean solo por el pasillo, la suciedad que se ve en las fotos estuvo con nostros desde nuestra llegada hasta nuestra salida. Tuvimos que retirar con un papel la roña de la taza del WC (adujunto foto de papel). Los insectos fuimos retirándolos conforme aparecían, contamos un total de 6 insectos, entre arañas y unas especies de palometas verdes. En recepción solo te piden disculpas y ya está, ni siquiera atendieron nuestra solicitud de cambio de habitación. SI ME LO CUENTAN NO ME LO CREO!!!!!

  

• Sonia T

  28 agosto 2019
  Malísimo

  Nada lo salva: habitación vieja y deslucida, toallas raídas. -algunas con agujeros- desayuno malo (poca variedad y calidad; ni tan siquiera hay tostadora), atención pobre (algún miembro del personal de recepción llega a la mala educación), baños minúsculos, un día no nos limpiaron la habitación (después de que una persona de limpieza hubiese entrado, sin llamar, por la mañana temprano a nuestra habitación para dejar una encuesta de satisfacción -con el susto consiguiente-). Hay un anexo en el que quizás las habitaciones estén mejor (al menos más nuevas), pero lo demás será exactamente igual, así que mejor busquen otro hotel.

  

• 76_lluvia

  30 agosto 2019
  Sentimientos encontrados...

  Hotel Komodor tiene la habilidad de devolverte veinte años atrás en el tiempo... Es decir nos podría llenar de melancolía (como fue mi caso) o nos podría dar esa sensación de pérdida al no saber en qué tiempo nos encontramos... Volvemos a la realidad al enterarnos que tenemos que subir cuatro pisos sin ascensor... Todo enmoquetado, decoración de apartamento de playa (se nos olvidan las tres estrellas) y vistas.... Bueno mirad las fotos para apreciarlas... Por delante la preciosa sunset beach por detrás... No segura cómo explicar el basurero... ¿La piscina? Pues el que hizo la foto de la piscina del hotel bien le podrían dar un premio... Yo no reconocí la piscina y pensé que me había ido a otro hotel... ¿Lo mejor? La preciosa playa a dos minutos y cuando digo preciosa, lo es, la mejor! ... y el espectáculo cómico de recepción... Imposible no echar unas risas con ellos... Y por supuesto, la sensación de volver a ese apartamento de playa de nuestra infancia...