Hotel Roger de Flor by Seleqtta

Comentarios destacados

• fernandodI2231UQ

  11 agosto 2020
  Inaceptable actitud ante un error en un convite boda.

  Celebramos nuestra boda allí el 27 de junio. En un momento dado del convite vi que el camarero estaba sirviendo vino de un Rioja joven. Lo contratado era un Ribera del Duero Catania. El precio del menú era de 118 euros (más IVA). Después de la boda reclamé. Me dijeron que en compensación me daban dos botellas de vino, u 8 euros y pico. Había 14 comensales en la boda. La directora dijo que el Rioja joven costaba 6 y pico (??!!), y que por lo tanto no correspondía mayor compensación. Considero muy baja la "compensación" y poco seria la actitud para ser un hotel de postín. La directora, además, estuvo evitándome durante días y días. Diciéndome que "mañana" lo estudiaría, y que me devolvería la llamada. Había que estar detrás de ella. Parecíamos el perro y el gato. Muy poca seriedad, por parte de la directora. No es de recibo.

  

• PORQUERES

  13 septiembre 2020
  NORMALITO

  El hotel Roger de flor es un hotel de gama media situada en la parte alta de Lloret de Mar. El establecimiento tiene cosas positivas y otras a mejorar, pero la relación calidad precio es buena. La primera impresión es buena, sobretodo por poder acceder hasta la puerta del hotel y aparcar gratuitamente delante de recepción. El puesto de recepción está en la parte noble del edificio, con muchos salones al estilo palacio medieval. Nosotros reservamos una suite junior, espaciosa y con unas buenas vistas al mar. Bastante correcta y con baño reformado. Nos trajeron una botella de cava helada al llegar, un buen detalle. Lo mas flojo del hotel son los servicios de comidas, se salva el desayuno, pero comida y cena muy justos en cuanto a variedad. En el caso de la cena bufete libre, mientras que la comida era bufete de primero y a elegir entre tres platos el segundo. La calidad no es mala, pero con escasa variedad. Como anécdota negativa del comedor, nosotros teníamos vino y agua en las comidas. Pedimos agua y nos trajeron dos botellines de 0,50 cl para 5. Cuando pedimos mas nos dijeron que solo entraban esas, o sea 0,20 cl por persona en pleno verano. Protestamos y la camarera nos trajo dos adicionales y debo decir que no nos las cobraron, o sea que todo arreglado, pero no deja de ser un punto negativo en el servicio. La piscina tiene unas buenas vistas, pero supongo que en un verano normal debe quedar pequeña para la capacidad del hotel. Protocolos COVID 19 bastante bien. Mucha señalización y gel en todas las estancias. Creo que el precio del hotel está acorde al servicio que presta, aunque flojean los servicios de comedor. Nosotros visitamos por primera vez este hotel debido al cierre por la pandemia del Monterrey y está a años luz en casi todo.

  

• pepec741

  27 septiembre 2020
  Correcto, sin más

  Para mi opinión no es un 4*. Habitación muy antigua y poco cuidada. Desayuno normal, bolleria industrial y fruta. La parte positiva seria que cuenta con piscina, la cama es muy amplia y hay parking gratuito

  

• Usuario6-1969

  18 octubre 2020
  Mas que normal

  A veces nos olvidamos de lo que pagamos. Es un hotel mas que correcto. Las habitaciones ( nosotros nos alojamos en la torre ) muy superior a lo esperado. Tuvimos un mal entendido en el comedor que se solucionó inmediatamente. El buffet es normal, pero ni mucho menos para los comentarios que se leen aqui. Una persona que no sea delicada a la hora de comer puede salir de alli mas que satisfecha. Nosotros volveremos antes de fin de año. Nos gustó el sitio.

  

• juancarlosmY1933EO

  18 octubre 2020
  La belleza NO está en el interior

  Buenos días, Llegar y poder aparcar se agradece. Edificio noble, regio y sólido. Vistas maravillosas a mar, azoteas y precipicios. Cuestionable trato del personal. La comida indescriptible, lubina al agua (el único sitio donde encontrarás este líquido tan cotizado en este hotel), una tosta de jamón más tiesa que la mojama. Decir que era jamón es un cumplido de agradecer. Patatas bravas de primero como opción en el menú, algo fabuloso si estuviéramos en un chiringuito en Punta Umbría. Pero no. Los postres, por nombrarlos de alguna manera, parecían más bien parte de la decoración del local (noble) que un grato final del menú. Medidas covid, las mínimas = ausentes. Las risas que toda esta experiencia negativa nos ha ofrecido es de agradecer a este hotel pretencioso, bello por fuera y desastroso en su interior. Recomendación: traed una garrafa de agua, no ofrecen en ningún momento y la botella de 1,5L cuesta 5 euros. Qué cutre... Un 10