Hotel De Campo

Comentarios destacados

• RafaelMTx

  30 diciembre 2016
  Buena opción, pero pueden mejorar

  En general el hotel nos gustó. Las instalaciones están bien cuidadas y las habitaciones son cómodas y limpias, además el personal que atiende el hotel son personas sumamente cordiales y agradables. Si les gusta observar aves, pueden encontrar algunas especies bonitas caminando por los jardines del hotel. Sin embargo, hay ciertos detalles importantes que nos hacen dar una calificación de 3. 1- Los precios del restaurante son demasiado caros para el tipo de comida que sirven y todavía más caros si se comparan con el promedio de un platillo en las sodas (En Costa Rica: pequeñas ventas de comida) cercanas. Recomiendo fuertemente comer en algún lugar fuera del hotel, pues son mejor opción en términos de precio/calidad. 2- No se cuenta con WiFi ni Televisión en las áreas comunes ni habitaciones. Esto sería un buen detalle a tomar en cuenta, pues creemos que es bastante útil tenerlos al menos en las áreas comunes para hacer más entretenidas algunas esperas o tiempos libres. 3- El espacio de parqueo necesita ser mejorado, porque cuando llueve se llena mucho de barro, y es imposible entrar al carro sin ensuciarlo considerablemente.

  

• Juan Manuel D

  13 abril 2017
  Agradable estancia en un lugar de naturaleza espectacular

  Claramente el atractivo principal es la Reserva Caño Negro, este lugar es como una laguna (humedal), alimentada por el Río Frío y navegable en bote; se encuentra repleto de aves de todo tipo y fáciles de observar, así como caimanes y tortugas, lo cual hace el recorrido una experiencia increíble. Ahora bien, el lugar es bastante lejano de la capital y aunque se llega muy bien en vehículo (solo el último tramo de lastre y en buenas condiciones), se toma su tiempo en llegar. Por lo anterior, es necesario un buen hospedaje. El Hotel de Campo tiene instalaciones muy bien cuidadas, habitaciones, amplias, limpias y bonitas, con ducha adentro y afuera en cada habitación y buena ventilación (aire acondicionado y ventilador de aspas fuerte), para el calor fuerte del lugar; podrían cuidar algunos detalles como que los paños sean más nuevos. No tiene televisor pero en nuestro caso nos pareció un plus pues nos desconectamos de ver tele en el paseo. Solo tiene Wi fi en recepción y eso podría mejorar para ponerlo en las habitaciones. Las instalaciones están llenas de árboles frutales y medicinales de la zona y bien rotulados, detalle agradable para entender de que tipo de especie se trata. En la misma propiedad hay acceso a una laguna la cual se puede recorrer en kayak pero solo en invierno (fuimos en verano y no pudimos hacerlo). El restaurante esta muy bonito como el resto de las instalaciones, la comida es rica y variado el menú pero cara, aparte no se encuentra más que un tipo de cerveza lo cual según nos explicó la dueña se debe a lo complicado de conseguir suministro constante. Aún así puede valorarse el tema de los costos en la comida, aunque se reconoce que las porciones son abundantes. De destacar las bebidas naturales y mermeladas hechas con frutas del lugar (gran variedad). Tienen una piscina bonita que se limpia a diario pero entre la mañana y la tarde puede verse algo turbia. Cuentan con una buena sala de fitness con excelente equipo pero se entiende que no sea muy utilizada por el calor del lugar y el tipo de visita que se hace (de descanso y esparcimiento). Los dueños son realmente amables y explican con detalle cómo es vivir allí y administrar el lugar. El hotel cuenta con otro espacio en donde hay senderos y pueden verse monos y ovejas. El servicio de tour a la laguna es coordinado con personal del lugar o conocidos pero es cerca, en buenos botes y con guías que conocen sobre las especies de aves y animales a observar, además se toman el tiempo para mostrarlos. El gran problema es que no hay muchas actividades para realizar después del tour en bote y si es invierno kayac, aparte de caminar los senderos e ir a la piscina o usar las máquinas de ejercicio. Para el turista que llega hasta allá (debe manejar pues no parece haber buses o tours directos), sería atractivo tener al menos actividades para llenar un día completo y quedarse dos, sin embargo de momento no alcanza para más. El dueño ha hablado de meter giras a caballo y eso junto con otras actividades (bicicletas, mesa de pool, televisión en áreas comunes) podría alargar la estancia de los visitantes.

  

• LuchoSanJos_

  19 octubre 2017
  Lugar especial para el descanso.

  Me hospedé en este hotel por mera casualidad. Al llegar me atendieron muy amablemente y aunque era temprano, como la habitación estaba lista, me permitieron usarla, lo cual agradecí mucho pues había manejado durante bastante tiempo. En cuanto a la habitación me gustó mucho su amplitud y su limpieza y el que tuviera afuera dos sillas para sentarse a contemplar el jardín (recomiendo eso sí, mucho repelente). El lugar es apacible y especial para descansar. No es un hotel de lujo, pero sus jardines están muy bien mantenidos y el entorno es muy agradable. El restaurante es agradable y sus platos dentro de lo normal, pero de muy buen sabor. Los precios asequibles. En resumen recomiendo este hotel para los amantes del descanso y la naturaleza (las habitaciones no tienen TV, lo cual se constituye en una ventaja para fomentar las conversaciones entre la gente o cultivar otros pasatiempos).

  

• scorralesh

  05 enero 2018
  Humedales en el patio trasero.

  Durante el año 2017 realicé con mi familia tres viajes al Refugio de Vida Silvestre Caño Negro, sitio declarado RAMSAR. Tuvimos la oportunidad de gozar del encanto de Caño Negro tanto en la época lluviosa, cuando los canales aumentan hermosamente su caudal, como en la época seca cuando la presencia de aves es mayor. Muy pocos hoteles en Costa Rica y el mundo gozan del privilegio de tener en su patio trasero, humedales de interés mundial, por ser sitio de protección de aves acuáticas. Gracias a esta facilidad en época lluviosa se puede iniciar el tour desde el embarcadero del hotel. En las tres visitas efectuadas nos hospedamos en el Hotel de Campo Caño Negro, lo elegimos como la mejor opción de hospedaje en la zona porque reúne comodidad, precio adecuado y cercanía al principal atractivo, pues a pocos metros se puede llegar caminando a la entrada del refugio. Mi padre, un adulto mayor, no tuvo dificultad para movilizarse y disfrutar del sitio. El diseño de la piscina permite descender por una rampa a mayor profundidad. El jacuzzi se disfruta en un panorama de mucho verdor. Las habitaciones son cómodas casitas dispuestas alrededor de la piscina, tienen como zonas verdes un jardín botánico bien cuidado y rotulado, de donde proceden algunos de los ingredientes que llegan a la cocina como es el caso del cacao y las frutas exóticas con las que se preparan las bebidas naturales. El menú del restaurante ofrece cocina italiana y típica costarricense, probamos platillos de ambas procedencias; como una pasta a la Arrabbiata y un arroz de maíz al mejor estilo de Guanacaste, ambas excelentes preparaciones. La presencia y el trato amable de sus dueños don Mauro y doña Patricia le da mayor calidez a la estancia. Cabe resaltar que ellos apoyan eventos artísticos del poblado, fue así como disfrutamos de un bello festival, que incluyó entre otras presentaciones, un concierto de cuerdas, un espectáculo circense y bailes típicos.

  

• LAO07

  27 junio 2019
  Habitación e instalaciones sencillas

  Llegamos desde el este y salimos hacia el oeste y en ambas direcciones hay que circular unos cuantos kilómetros por carreteras sin asfaltar y en no muy buen estado para llegar o salir del hotel. Las habitaciones son villas pareadas levantadas sobre una amplia extensión poblada por diferentes tipos de árboles y plantas junto a la laguna. No hay wifi ni en las habitaciones ni en las zonas comunes. Únicamente en el pequeño edificio de recepción. La habitación y el baño son muy sencillos sin ningún detalle fuera de lo imprescindible. Cenamos allí mismo, con una carta no muy larga. Cenamos bien. El desayuno se sirve en la mesa sin ser a la carta. No hay opciones. Hicimos una buena excursión para ver aves por el río.