Hotel Centro Naval Buenos Aires

Comentarios destacados

• Mariana M

  17 julio 2019
  Excelente ubicación y limpieza

  Lo más destacable del hotel es su magnífica ubicación a media cuadra de la Peatonal Florida y de las Galerías Pacífico, lugar muy transitado a toda hora. Valoro la limpieza de la habitación y del baño. Es un hotel antiguo, bien mantenido, sin lujos, pero con todo lo indispensable: secador de pelo, aire acondicionado, frigobar, cómodo sommier y todo estaba muy prolijo y pulcro. El desayuno no es muy variado pero destaco que todo el tiempo están reponiendo lo que se acaba: café, te, leche, jugos de 2 sabores, yogurt bebible, cereal, medialunas, pan, jamón, queso, manteca y mermelada. Actualmente tiene 2 obras en construcciòn a los costados, en una de ellas a las 8.30hs comienzan a martillar, ello no me molestó pues es la hora en la que me levantaba y luego salía, pero lo aclaro para todo aquél que pretende descansar hasta más tarde. Los 2 ascensores son escasos para la gran cantidad de huéspedes (tiene 14 pisos), recomiendo usar las escaleras para quienes se hospeden en pisos bajos, pues la espera por un ascensor suele extenderse. Igualmente, la relación costo-beneficio ha sido excelente pues debo valorar todos estos aspectos que señalé considerando el precio pagado. Volvería a hospedarme allí.

  

• 604angel

  17 agosto 2019
  No de dejen engañar por los precios!

  ¡¡Por su bien, no vayan!! Los precios y la localización pueden engañarlos. (¡No confundir con el Club Centro Naval, que aunque es el gestor del Hotel Centro Naval, no es el hotel, solo está enfrente de él. El hotel parece tener vínculos con la Marina Naval argentina, por lo que nos dijeron en el club, a donde fuimos a pedir explicaciones y reclamar una solución decente para las averías.) Teníamos reservada una habitación para dos en este hotel y asistíamos a Buenos Aires por trabajo. La reserva no la habíamos hecho nosotros sino la institución por la que habíamos viajado a Buenos Aires. Simplemente nos encontramos con las siguientes evidencias, sin aviso ninguno ni a nosotros antes de entrar ni a las personas encargadas de hacer la reserva (que enseguida nos cambiaron a otro hotel): -En el hotel no se podía entrar en la habitación antes de las 13:00h (llegábamos de viaje desde Montevideo a las 11:30) -Cuando llegamos ante su fachada (estrecha, pues aunque es muy alto, solo tiene 6 habitaciones por planta) vimos que tenía adosados a los lados los esqueletos de dos edificios con obras integrales, de tal modo que el ruido de perforadoras y martillazos se prolongaba de 8:00h de la mañana a las 18:00h de la tarde. El ruido fue tal que nos impedía el poder comunicarnos por teléfono con la recepción del hotel. - Cuando entramos en la habitación y fuimos a ducharnos, no salía una gota de agua. Según nos informaron ENTONCES Y NO PREVIAMENTE EN RECEPCIÖN, no habría agua hasta las 18:00h. (¡!) - Fuimos a encender una de las lámparas de las mesilla y aquello parecían las fallas de Valencia, chisporroteos, encendidos y apagados continuos. Volvimos a llamar a recepción y nos enviaron a un señor que se llevó la lámpara y al cabo de un rato la trajo con nueva bombilla, pero igual de dinámica: ¡lástima que no puedo incluir un vídeo que tengo sobre el relámpagueo continuo! Aquello parecía una discoteca (olvídense de poder leer tranquilos un rato. -Cuando bajamos al día siguiente desayunar (ya bajar es un número porque solo hay un ascensor y las esperas para pillarlo por la mañana son tremendas si estás en un piso alto; no sabemos qué se podría hacer en un sitio así en caso de incendio...). Llegados por fin al comedor, aún tuvimos que esperar para podernos sentar pues "pillar" una mesa para desayunar era también otra aventura. Tienen un comedor muy pequeño para la gente que trasiega por el hotel. El desayuno es muy pobre y los escasos productos no son de buena calidad. Fue el colofón, ¡menos mal que ya teníamos decidido marcharnos! No les faltan clientes, muchos son gente sencilla, de clase humilde, menos exigentes con el medio, pero igualmente sufrientes de un sin fin de incomodidades. -La fotografía con la habitación que muestran en su web no tiene nada que ver con la cruel realidad nuestra. Les incorporo una muestra fotográfica de las habitaciones, viejas, muebles desfasadísimos y moqueta de más de treinta años, por no hablar del clavo saliente de una puerta que me rasgó todo el anorack (única prenda de abrigo que llevaba, pues ahora es invierno allí; muestro fotografías de clavo y prenda a posteriori). Cuando reclamé una satisfacción por la rotura de mi abrigo (era viernes por la mañana), nos dijeron que el gerente no estaba en el hotel y que hasta el lunes no podrían darnos solución. Intentaron hablar con él desde recepción ante nuestra insistencia, pero el supuesto gerente no les cogía el teléfono (tenía su despacho en el piso 1º y resultaba extraño porque era día de trabajo y, si no estaba, ante las llamadas insistentes de sus empleados debiera haberles respondido por si el hotel estuviera en llamas(por poner un caso; los empleados estaban abochornados). Por suerte al día siguiente de nuestra primera estancia nos habíamos cambiado a otro hotel, porque íbamos a estar días en la ciudad. Volvimos el lunes y el "señor gerente", según parece capitán de la armada retirado, (el hotel debe depender de este cuerpo del ejército, por el club social que está enfrente y del que dependen, además de estar cerca del puerto) nos hizo esperar en recepción más de media hora hasta recibirnos, a pesar de que ya estaba de sobra avisado de que íbamos a ir. No demostraba mucha intención de escuchar, interrumpiéndonos constantemente cuando tratábamos de explicarle todos los problemas. Finalmente nos dijo que volviéramos al día siguiente a una hora concreta que nos iba a resarcir de la avería con el clavo. Cuando al día siguiente fuimos, no nos recibió y les entregó a los empleados de recepción un sobre para nosotros -que ni siquiera abrimos,- donde, según decía la nota que debíamos firmar al cogerlo, había introducido 850 pesos ( a día de hoy 13'961) en resarcimiento de la prenda que habíamos malogrado; obviamente no nos merecía la pena ni siquiera abrirlo y allí se lo dejamos. Era una prenda de plumón que podría valer unos 150 y que nosotros hubiéramos aceptado la mitad del precio al no ser nueva totalmente, pero no teníamos otra. Obviamente ni firmamos, ni abrimos el sobre, ni lo cogimos. Nos pareció una tomadura de pelo en toda regla. Dimos parte de las irregularidades al propio Club Centro Naval, del que dependía el hotel y a las autoridades correspondientes, que tampoco fueron muy sensibles al principio sobre las reclamaciones. Pero a la vista de nuestras evidencias fotográficas y físicas prometieron tomar cartas en el asunto. Nuestro consejo: Seriamente, a no ser que estén en una situación extrema de necesidad, no se alojen en este hotel. Las obras a los costados de hotel van a durar un año como pronto y no se trata solo nuestra experiencia que fue desastrosa, sino la de muchos otros que confirman nuestra opinión y que pueden confirmar lo aquí dicho. Sí, también nosotros hemos leído alguna crítica buena, pero en nuestro caso la limitaríamos a decir que las personas de recepción fueron encantadores a pesar del chaparrón, que fue firme, pero no incorrecto. Ellos nos trataron siempre con amabilidad y entendieron la frustración que nos produjo la estancia y los motivos aducidos. Dedujimos por su actitud que se encontraban con situaciones similares todos los días. Un cordial saludo a todos.

  

• Caro T

  15 noviembre 2019
  Buen lugar, atencion y ubicacion.

  Excelente lugar y atencion. Ubicacion privilegiada. Cerca de varios medios de transporte. Excelente trato. Desayuno abundante. En los pisos bajos se escuchan ruidos de contrucciones vecinas. Buena limpieza.

  

• Pablo Hernan S

  05 enero 2020
  Muy bueno!

  Nos alojamos en el Hotel Naval dos a tres veces por año. Habitaciones espaciosas, buen baño con ducha potente, camas súper cómodas, muy limpio. Sus instalaciones tienen sus años pero está muy bien mantenido. El precio es súper razonable. Gran opción en buenos aires.

  

• Noemi B

  24 enero 2020
  Pesima Estadía

  Nos alojamos 3 noches en el mes de noviembre en un viaje con amigas.El hotel, quizas en su momento fue un muy buen hotel, hoy está suuuuper deteriorado, muy venido a menos, colchones que son un desastre, moquete sucia, colchas que dan asco literalmente, mucho olor a encierro y a moho en los cuartos.Encima el ascensor nos pegó algún que otro susto ( estábamos en el piso 11). El servicio en general tambien es pésimo porque tuvimos que solicitar 2 veces que nos repongan Papel Higienico y jabones....el desayuno demasiado pobre tambien. Lo unico bueno era su ubicación y la presión del agua en la ducha.Lamentablemente también con la obra en construcción al lado tuvimos un andamio en la ventana de nuestra habitación y ruidos constantes desde temoprano, si bien se que esto es ajeno al hotel , igual lo menciono. Sinceramente con la cantidad de hoteles que hay en Buenos Aires no recomiendo para nada ir a este hotel