Hotel Carpati

Comentarios destacados

• Francisco A

  19 julio 2016
  Hotel Aceptable

  Las estrellas en muchos hoteles de Rumanía no coinciden con la idea que tenemos en España. No obstante, el hotel estaba aceptable aunque algo anticuadas las habitaciones. Nos invitaron en la cena con el licor de ciruelas "Palinca". La cena y el desayuno buffet, aceptables. Dispone de wifi y aire acondicionado. Aunque a mí no me afectó, por esta época, siempre hay muchas celebraciones de bodas en casi todos los hoteles, y como no, había una en el hotel.

  

• sandalio

  05 septiembre 2016
  Buen hotel pero sin pretensiones

  Podría estar mucho mejor este hotel si lo acondicionaran mínimamente. Aún así es un hotel en el que se puede estar agradablemente. Recepción bien atendida y habitaciones que podrían estar mucho mejor sin grandes inversiones. Limpias y bien insonorizadas. Restaurante para cenar bastante recomendable Wifi buena. Desayuno muy correcto Parking gratis A unos veinte minutos caminando del centro de la ciudad, pero merece la pena quedarse aquí por tranquilidad. Además el paseo es muy bonito. Creo que repetiría

  

• maritag

  24 agosto 2018
  Muy anticuado

  Hotel anticuado por donde se lo mire. La decoración es muy barroca y vulgar. Las habitaciones, utilizamos una twin, son pequeñas aunque con camas cómodas. El baño también antiguo pero limpio. Desayuno y restaurante aceptables. Wi fi y parking gratis. Buena ubicación.

  

• koldo k

  26 agosto 2019
  Hotel a 7-9 minutos al centro, mobiliario anticuado pero comodo, personal amable, desayuno a batalla, cafe no bueno..

  Hola Hace un tiempo estuve alojado en este hotel. Esta situado a unos 7-9 minutos del centro. El personal de recepcion y especialmente la chica que habla italiano del restaurante , es muy maja. Habitaciones, comodas, mobiliario anticuado. Tienen terraza, con vistas a la ciudad y al rio. El desayuno esta pensado para dar a gran cantidad de comensales a la vez, tiene una pequeña cocina que admite peticiones, correto para la categoria del hotel. El cafe... yo creo que ese dia no les salio bueno.. lo recuerdo.. malo, malo.. Justo para dormir un dia o poco mas.. Saludos

  

• Melquiades64

  03 diciembre 2019
  Un pésimo hotel...y mucho pero restaurante.

  Amigo viajero, si tienes la desgracia de entrar en este hotel y consigues salir indemne, date por satisfecho. Este hotel, me temo, debió ser construido en tiempos de Ceaucescu y en más de una ocasiones tienes la impresión de que el dictador rumano aparecera en forma de fantasma, agazapado tras cualquier esquina, de la mano de su "santa esposa", de Stalin, Tito y otros sátrapas locales. Ya desde la misma entrada, el hotel te da mala espina. Unas funestas escaleras te dan la bienvenida indicándote que la primera penuria por la que deberás pasar será la de llevar tus maletas hasta la recepción. En lo alto de la escalera, unos tipos de apariencia hosca te miraran y tú te preguntarás si son empleados o clientes. Ambas opciones te darán escalofríos. La recepción es la apoteosis de lo feo y anticuado. De colores marones y ocres y con espejos en las columna es un canto al mal gusto. Unos asientos de colores chillones son el ideal complemento del conjunto. Los espacios interiores y las habitaciones son aún peores. Moquetas viejas y sucias y un mobiliario de los años 70, siendo optimistas. Pero lo peor de las habitaciones es que están tan abarrotadas de trastos que a muy duras penas puede moverte. El colchón se hunde y el aire acondicionado, aunque existente no funciona. La puerta del lavabo de aluminio blanco y con "gralux" es para echarse a reír sino fuera para llorar. Preguntar por el wifi resulta de chiste. El personal del hotel está en consonancia con las descritas condiciones. Antipático y poco colaborador con el viajero. Ni se os ocurra comer en el restaurante. Aunque resulta pomposo y grandilocuente su comedor, al parecer se utiliza para boda y otros eventos - todos ellos desgraciados, por supuesto- la comida es infame. A nosotros no sirvieron una sopa que muy difícilmente superaría ni unos estándares de salubridad poco exigentes. De segundo, una carne de cerdo que haría las delicias de forenses, enterradores. estudiantes de medicina ávidos de cadáveres que diseccionar y profesores chiflados. Su contenido grasiento y de colesterol se presentaba como tan elevado que sobrevivir a su ingesta era imposible. Para rematar la faena, la camarera nos obsequió con el licor local. Al parecer también se utiliza para desengrasar motores y otras tareas industriales de limpieza. Su muy elevado contenidos alcohólico nos impidió ni olerlo. Pues bien, la misma camarera al finalizar el ágape paso con una botella a recoger los restos para futuros incautos. El almuerzo no era mejor en calidad. Pero al menos el pan y los embutidos resultaban comestibles. Debemos confesar nuestras cobardía: no probamos el café. En definitiva, un horror. Os adjunto fotos.