Henjokoin

Comentarios destacados

• plentiof

  07 noviembre 2011
  La experiencia merece la pena (la cena no tanto)

  Como parte de un viaje a Japón no hay que perderse la posibilidad de alojarse en un shukubo (templo que admite huéspedes). Este, en concreto, a pesar de su antigüedad, tiene unas instalaciones para huéspedes muy cómodas (excepto por la ausencia de ducha, que es comunal y a unas horas concretas) El servicio es extremadamente amable. Ofrecen además la posibilidad de asistir a sus cánticos matutinos (muy matutinos, 6:30 AM), lo cual redondea la experiencia El único pero es la cena. Ninguno de los 3 somos vegetarianos, a pesar de lo cual sabemos que hay platos preparados exclusivamente a base de verduras exquisitos. No es el caso. El menú se basaba prácticamente en tofu en distintos formatos (según leímos, era lo típico de la zona, pero si no te gusta...) Además, no sabemos si por el frío que hacía o porque tuvieron que atender antes a un grupo muy grande, pero el caso es que cuando nos llamaron para cenar la comida estaba helada

  

• mayram2406

  22 octubre 2012
  Una experiencia única en un entorno espectacular

  Estuvimos una noche y la experiencia mereció la pena. El sitio es idílico. El monasterio tiene mucho encanto aunque fuimos a finales de marzo y hacía muchísimo frío. Así que recomendamos ir con mejor tiempo ya que lo pasamos un poco mal porque las habitaciones y demás dependencias no disponían de calefacción suficiente. Las habitaciones disponen de baño privado sin ducha, ya que para ello tienen el baño típico común japonés, un onsen para mujeres y otro para hombres. Recomendamos este alojamiento porque poder disfrutar de una cena vegetariana tradicional de los monjes, poder asistir a una misa budista al amanecer y estar cerca del cementerio budista de Koyasan hace que valga la pena ir hasta este monte y pagar lo que vale alojarse en un monasterio. Cabe comentar que de todos los monasterios este es uno de los más económicos, sin ser barato y creemos que es una buena elección.

  

• soniawasabi

  26 abril 2017
  Espectacular experiencia para alojarse en un templo

  El servicio de reservas a través de Japanican resultó perfecto!. La ubicación del templo es sobre la calle principal de Koyasan en el centro de la localidad. Muy fácil llegar! Tienen horario de check-in y check-out y régimen de media pensión (cena y desayuno). Cierran el templo muy temprano y la cena se sirve a las 19 hs. El desayuno es a las 7:30 aproximadamente después del rezo de la mañana al cual invitan a presenciar. La comida es elaborada por los monjes y es vegetariana. Se sirve de forma tradicional en un salón hermoso. La habitación que nos dieron es muy amplia y cómoda, tiene vista lateral al jardín. Una calefacción excelente, un baño moderno y perfecto. La experiencia de dormir, comer y asistir al rezo de la mañana es inolvidable. Muy recomendable. Eso si, si no gustan de la comida tradicional lleven alguna vianda desde la ciudad de la que salgan, sea Osaka, Kyoto, etc. En Koyasan no hay 7 eleven ni ninguna tienda parecida. Como mucho un pequeño almacén y los restaurantes tradicionales de comida japonesa.

  

• MarienF7

  24 agosto 2018
  Una experiencia unica

  En todo viaje a Japon no hay que dejar de pasar la oportunidad de alojarse en un monasterio budista (Shukubo), es muy cómodo y limpio, por las instalaciones vas descalzo, los zapatos se dejan fuera, los monjes que hay son muy amables, el único pero es que los baños son compartidos. La cena y el desayuno no valen nada, bueno si te gusta el tofu si pq es lo único que ponen. Te dan la oportunidad de asistir a sus cánticos matutinos a eso de las 06:30h de la mañana, vale la pena. Esta situado en la calle principal de pueblo, aunque no hay absolutamente nada.

  

• MERCEDES R

  03 septiembre 2018
  Una experiencia que merece la pena

  Alojarse en un monasterio en Koyasan, yo creo que es una experiencia que no puedes perderte. Nosotros veníamos de Osaka. Nada mas llegar te quitas tus zapatos que dejas en la entrada y te pones una zapatillas, con las que estarás en los lugares comunes, al llegar a la habitación te las quitas y estarás con calcetines. Al entrar en la habitación es lo que te esperas. Es muy grande, claro el no tener camas despeja bastante. Tiene una salida al jardín. Claro como occidentales, cansados de un viaje de mil horas desde España, lo que hechas de menos es la cama para reposar un poquito, te das cuenta que habitación mas bonita, pero para descansar, si quieres hasta la hora de la cena, esta el suelito. La cena que te ponen como especial en unos comedores solo para ti, pues bueno, a nosotros nos gusta la comida japonesa pero es lo unico que nos decepciono un poco junto con el desayuno pero claro quiza si eres japones. te encantará. Lo demas genial la verdad, compartes con ellos la ceremonia que tienen eso si a las 6 de la mañana pero bueno. Toda una experiencia. Los onsen pues la verdad es que es muy curioso, las practicas que tienes que hacer para poder acceder al agua a mil grados. Yo no la pude aguantar. Dicen que nada mas son unos minutos pero yo ni eso, despues de tanto lio. Estaba yo sola. Lo unico que tengo que decir porque la verdad fue un poco feo. Es que teniamos un pequeño treking contratado y despues nos venian a buscar al hotel. Les pedimos el favor de que nos guardaran las maletas y nos dijeron que NO por mas que le pedimos el favor. Asi que nos tuvimos que recorrer medio Koyasan con las maletas hasta que encontramos un punto de consignas que no estuviera llemo. Aqui en Koyasan llevabamos una visita al cementerio por la noche que resulto interesantisima y el pequeño Trekking visitando el cementerio por el dia con un monje, el mismo que por la noche y luego teniamos un picnic que claro,acababamos de llegar a Japon y llevabamos la mentalidad occidental y la palabra picnic de hotel o de monasterio en este caso, decidme la verdad os sonaria a sandwichillo de cualquier manera y zumillo. Bueno pues flipamos porque llegamos a un mirador viendo un valle precioso no mas jajaja. Y entonces nos saca de debajo de la mesa unos paquetes que abrimos y que hay sushi delicioso, agua fresca tambien y por supuesto te. Fue extraordinario. Lo que no se deciros es el nombre de la empresa pero era de un monasterio cercano. La empresa con la que ibamos Yoitabi nos lo habia organizado. Desde luego fue una primera toma de contacto con Japon sencillamente maravillosa y que nunca olvidaremos