Finca Honor Vell

Comentarios destacados

• Helena_senderismo

  27 diciembre 2009
  Excellente en todos los aspectos!!

  Bellísimo entorno entre montañas y olivos centenarios, esmerada atención al cliente por parte de Victor, el encargado del agroturismo cuando fuimos nosotros, y la cocina deliciosa y bien presentada. Muy recomendable!

  

• ManuelaIbiza

  11 enero 2013
  Lugar para perderse cuando no quieres ser encontrado

  Pasamos una noche el pasado mes de mayo, con un tiempo espectacular. Trato familiar. Tranquilidad absoluta. Ideal para desconectar. El desayuno contemplando la montaña fue maravilloso.100% recomendable si buscas relax y naturaleza.

  

• Gabriel B

  01 mayo 2017
  Un entorno magnifico donde poder desconectar de verdad.

  Encontré lo que buscaba, un entorno rustico dentro de un valle precioso donde poder cargar pilas. objetivo más que cumplido. La finca es preciosa y el servicio muy bueno. El hotel es correcto con los servicios adecuados para su categoría. Me gustó el trato altamente profesional del matrimonio alemán que lo regenta.

  

• Rgp73

  11 mayo 2017
  Retorno a la niñez...

  Es como volver a la casa de tus abuelos, pero en mitad del campo. No hay tv ni niños, solamente el silencio cuidadosamente ininterrumpido por el sonido de los pájaros, de las hojas de los árboles agitadas por el viento, de unas ovejas por allí y unas cabras por acá, de un burro precioso que siempre arranca sonrisas con sus mimosos rebuznos, del croar de las ranas en su charca, de los grillos al anochecer... Estupenda estancia de tres días con un trato maravilloso por parte de sus propietarios. Muchas gracias por todo. Un fuerte abrazo

  

• MarianUU

  20 septiembre 2017
  Una casa tradicional con almazara en un lugar incomparable

  Hemos pasado una semana en la Finca Honor Vell, en la sierra de Tramuntana, pero cerca de Soller, Deiá y Palma. Es una casa tradicional, rehabilitada con un gusto exquisito, conservando aún la vieja almazara. Está rodeada de montes con bosques de pinos y alcornoques. El silencio es absoluto, solo roto muy esporádicamente por Tinto, el burrito de la finca. Sabine y Heiko, los dueños, son amabilísimos, siempre pendientes de las personas alojadas. Y los desayunos fantásticos. Totalmente recomendable!!