Da Fervenza

Comentarios destacados

• dafcog

  15 agosto 2020
  Comida

  Hoy he estado comiendo dos personas los diré que el trato a sido fatal muy poco tacto con el cliente la comida por lo que cobran muy mediocre te ofrecen productos que no están en la carta y los cobran a precio de oro, es para no volver ya que muy caro y tacto nulo al cliente, algo bueno tiene el paisajes

  

• R9797LDrosannam

  19 agosto 2020
  Muy bueno!

  Una experiencia enxebre buenísima que volvería a repetir con toda la familia. El trato del personal fue profesional, pero a la misma vez simpático. La única razón por la cual no he dado 5 estrellas es que la comida, aunque fantástica, tardaba mucho en salir.

  

• montserratf542

  30 agosto 2020
  Entorno idílico y trato excepcional

  Nos alojamos el 14 de agosto como parte de nuestra luna de miel y nos quedamos con ganas de más... El entorno es idílico, en plena naturaleza, perfecto para desconectar y disfrutar en pareja Por motivos laborales llevo mucho tiempo alojándome en alojamientos clasificados como categoría superior y por eso creo poder valorar con objetividad que el trato de todo el personal es excepcional y no tiene nada que ver con el trato de grandes cadenas hoteleras, especialmente de Beatriz y Ramiro que incansablemente están pendientes de atender todas las necesidades del huésped siempre con una sonrisa y calidez Profesionalidad y amabilidad son los adjetivos que en mi opinión mejor se adaptan a su atención Fue todo espectacular: la habitación trabuqueira muy amplia y luminosa... y el desayuno muy casero y con una gran variedad de productos acabaron de ponerle el broche final a la estancia Muy recomendable!!! De hecho, se lo recomendamos a unos amigos y quedaron encantados! Repetiremos seguro (Es aconsejable reservar con antelación porque tiene alta demanda de ocupación y nuestros amigos no pudieron reservar todos los días que querían)

  

• sucas24

  02 septiembre 2020
  Un paraíso con ángeles incluidos

  Nuestra estancia en Fervenza nueve días en agosto no ha podido ser más gratificante y vivificadora, gracias tanto a la excelencia del lugar como al inmejorable servicio de quienes llevan el Pazo: Ramiro, Thais, Nicole y Beatriz nos han atendido con un mimo exquisito, pendientes del más mínimo detalle, procurando nuestro bienestar en todo momento, con una simpatía y una amabilidad excepcionales, sin escatimar esfuerzos para darnos gusto. El entorno es una auténtica maravilla. Al pie de la casa como quien dice discurre el Miño en uno de los parajes más idílicos que pueda imaginarse y con el entorno de un bosque absolutamente encantador. Hay un molino antiguo que aprovechaba la fuerza de la cascada (eso significa fervenza) que puede verse allí (una preciosidad). Sin necesidad de coger el coche puedes hacer preciosas rutas de senderismo a lo largo de la ribera del río y en pleno bosque. Justo al lado del pazo hay parajes deliciosos para bañarse en las aguas del Miño, y además tienen una estupenda piscina. Con el covid-19 había que coger hora para acceder a ella, pero nunca tuvimos problemas para reservar hora, y eso nos daba el privilegio de disfrutarla para nosotros solos. La comida que cocina Daniela en el restaurante es estupenda y variada; además Ramiro nos proponía unos vinos muy ricos. Nos acogimos a la media pensión y disfrutamos de unas cenas magníficas. Y todos estos placeres sin tener que coger el coche en ningún momento y con una excelente relación calidad-precio. Unas auténticas vacaciones de descanso y maravilla. Estamos deseando volver a Fervenza.

  

• antia b

  13 diciembre 2020
  Una experiencia para repetir

  La habitación cumple con todas las características de un buen alojamiento rural, en un entorno increíble. Cama cómoda, calefacción tanto en la habitación como en el baño, que al estar cerca del río se agradece. En la casa hay lareira tradicional, que muy amablemente se encargan de encender los miembros del personal y donde puedes seguir la sobremesa tras la cena. El paisaje es idílico, con un encanto especial en esta época otoñal. Además puedes visitar el molino con tu propia llave si el caudal del río lo permite, disfrutando de un espacio genial conservado y que te hace viajar muchos años atrás. La atención del personal es de 10, siempre pendientes de cualquier cosa que necesites, preocupados por el estado de la comida, la temperatura de la habitación, etc. En el restaurante precios apropiados para menús con buen producto, más bien tradicional, pero con un toque moderno y unas presentaciones exquisitas. Especialmente recomendables las carnes, tratadas con mucho acierto, las croquetas de cecina, el arroz mar y montaña y la ensalada de otoño. Un acierto que repetiremos!