Baan Are Gong Riverside Homestay

Comentarios destacados

• villegasgj

  22 junio 2015
  vaya infierno de noche !!

  realmente no recomendable. Como bien dicen las habitaciones son de madera, con lo que literalmente escuchas cualquier cosa a los que duerman en la habitación de al lado (suerte que no eran escandalosos). Tienen perros en la misma pensión y otros tantos en los alrededores (soy Veterinario...) pero no pararon de ladrar hasta las 01:30 de la mañana y a las 5:30 ya estaban cantando todos los gallos de la zona...de verdad que no pudimos dormir nada en toda la noche. Otra cosa súper importante que no tuvimos en cuenta , y no es fallo del hotel, no se puede apenas dormir con el calor que hace con un simple ventilador. en resumen nada recomensable. hay muchas otras opciones mejores por calidad precio. la wifi apenas funcionaba con lo que era imposible mirar algo

  

• MariaDream

  23 agosto 2016
  Hotel con mucho encanto

  Nos alojamos una noche, el día que estuvimos visitando Ayutthaya. En la típica casa antigua tailandesa transformado en pequeño hotel. Tiene el río al lado y la zona del restaurante del hotel tiene vistas al río. Cuando hicimos el check-in nos dieron agua fresquita y una bolsa de patatas para la niña. Los baños son compartidos con todos los huéspedes del hotel y están bastante limpios. No se trata de un hotel 5 estrellas pero es una excelente que oportunidad de alojarse en una casa antigua y saber cómo viven los tailandeses este tipo de viviendas. Este hotel tiene un encanto especial. Repetiría indudablemente. El personal es muy amable. Y en el restaurante se come muy bien teniendo al lado las vistas del rio. Muy cerca del hotel también hay otros sitios para comer pero nosotros nos quedamos a cenar y desayunar allí.

  

• Querida P

  22 abril 2017
  Muy recomendable!

  Muy buen precio, y el hostal muy lindo. El restauran muuuuuy bueno, aunque un poco caro. Si bien hace muchísimo calor, las piezas cuentan con suficientes ventiladores, y la temperatura no se hace taaaan desagradable durante la noche. El personal no habla mucho inglés, pero es muy amable. Tiene una vista directa al río, muy bello!

  

• trujillanooooor

  03 agosto 2017
  La república independiente de LA SEÑORA

  El sitio está a tiro de piedra de la estación de ferrocarril, por lo que resulta perfecto si llegas cansado, sudoroso, hambriento y mugriento después de haber probado uno de esos vagones de tercera clase en los que no hay aire acondicionado y puedes hacer una tesis sobre las múltiples tipologías y matices del olor a sudor. Es un hotel construido en madera, muy pintoresco, con el restaurante al aire libre, al lado del río. Puede usted ver desde ahí pasar los barquitos de pescadores, de turistas y de mercancías mientras escucha el sonido de los grillos y de las cigarras. No sé si recordará el lector la apacible BSO de Jumanji. Pero si sonara por el altavoz, quedaría natural. Jungla, río, arroz dulce con mango, pad thai, pollo al curry verde, una señora mayor contando billetes con una calculadora de 1967, un viejo pescador de pelo blanco y botas de agua, enormes, insectos de agua dando saltos, un pajarillo canturreando al lado de la mesa. Podría aparecer de repente Tarzán, saltando entre lianas, y nadie se extrañaría. Muy auténtico. La habitación me costó 9 euros. Tenía cama doble, televisión de plasma, aire acondicionado, mesa, un par de sillas y uno de esos baños tan comunes en el sudeste asiático en los que la ducha y el váter comparten espacio vital. Desde la ventana, se veía un corral. Los gatos maúllan por la noche, el gallo te despierta por la mañana. El hotel está regentado por una señora de unos 50-55 años. Es amable, pero no la tosa: es la ama del lugar. En mi barrio mando yo y los míos, no cruces la calle sin mi permiso o tendrás problemas, amigo. Ella te gestiona el check-in, el check-out, la comida y hasta se permite el lujo de entrar en tu habitación cuando no estás. Así hizo conmigo. Un gesto inaudito, pero se ve que común en esta zona de la Tailandia rural. Al menos, en este hotel. No sé si lo he dejado claro, pero ella manda aquí. No ose contradecirla ni abroncarla. Por 180 baths, la señora te gestiona un paseo en barco de 2 horas en el que ver los 3 monumentos que están un poco más alejados del centro de la ciudad y que resulta más complicado ver en moto o en bici. El recorrido empieza a las 4 de la tarde y es muy recomendable. A mí, me engañó cuando le pedí ayuda para comprar un tren-cama para viajar a Chiang Mai. Me enseñó una página en tailandés en la que aseguraba que se habían agotado todos los asientos para el día siguiente y que la opción que tenía era contratar un bus-VIP por 1.000 baths. -Pero se llevará usted comisión, señora... -No, no. Tourist help, tourist help. Para mi sorpresa, al día siguiente, mientras comía, coincidí con un gaditano en un restaurante y me dijo que venía de comprar su billete de tren, que no había tenido ningún problema. Y, por la noche, cuando obtuve el billete del autobús en la estación (que está en medio de la nada, en una autopista en la que te llevan en tuk-tuk -con el absurdo riesgo que conlleva), observé que se había llevado 120 baths de comisión. Doble mentira. Gana la banca. La señora se siente aún más ama del cortijo. Total, como tú no vas a volver... El sitio es recomendable para viajeros que no exijan mucho, pero que busquen una mínima comodidad. Eso sí, al centro de la ciudad hay que ir en tuk-tuk o moto-bicicleta alquilada, pues está lejos. Por la noche, no sueñe usted encontrar la mínima vidilla en los alrededores. Sólo hay dos restaurantes: uno, vacío, que parece una caseta de la feria de Zahara de los Atunes, y que está lleno de moscas; y otro, que es a la vez hotel y tienda de alquiler de motos, regentado por una chica que no para de hacer la misma broma a todos los turistas sobre su poco dominio del inglés; y por otra que la última vez que sonrió fue cuando el ser que más quería en este mundo murió atropellado por una barca. Imposible encontrar a alguien menos amable. Lo dicho, contrate este sitio si quiere algo barato y cómodo. Eso sí, no deje las pertenencias en su habitación, que la DUEÑA y SEÑORA parece que entra cuando le venga en gana. Y, por supuesto, si es usted el típico turista que ya conoce Punta Cana y visita Tailandia para tatuarse y vivir una experiencia oriental, bebiendo mojitos en una piscina, como podría hacer en el bar de al lado de su casa en Marbella -el típico que lleva 'Despacito' y 'Súbeme la radio' en su lista Verano 2017 de Spotify-, casi mejor que no venga aquí. Esto es más para mochileros y gente que echa de menos a su madre en los viajes.

  

• Jaimemolinero

  13 enero 2019
  Bueno, bonito y Barato.

  Casa típica Tailandesa, habitaciones amplias y limpias. Las camas muy cómodas y muy buena recibida con botellita de agua por persona. El jardín, terraza súper bonito. Por el precio pagado es una maravilla. Lo recomiendo 100%.