¿Estás de paso por Vigo y solo tienes 48 horas para verlo o quieres hacer una escapada de fin de semana que incluya historia, playa, compras y una deliciosa gastronomía de alta calidad? No hay problema, a continuación, te contamos qué ver en Vigo, la ciudad más grande de Galicia; sus rincones con más encanto, sus zonas más animadas y dónde degustar unos de los mejores platos del país, en un fin de semana. ¿Comenzamos?
Lo mejor para empezar tu escapada de un fin de semana en Vigo y enamorarte de esta ciudad gallega; es dar un tranquilo paseo por el puerto, considerado una de las partes más bonitas de toda la ciudad. Si lo que quieres es comenzar el día desconectando, puedes caminar tranquilamente por el espigón hasta llegar al faro rojo, dentro del mar. El paraje es embriagador, un lugar perfecto para cerrar los ojos y escuchar el rugido de las olas.
Si te entra hambre, al otro lado del paseo hay varios bares, cafeterías y restaurantes, perfectos para desayunar con el mar, los barcos y un pequeño parque con árboles entre ambos como fondo. Apetecible, ¿verdad?
Y si te apetece un plan diferente en Vigo para acercarte a la naturaleza y conocer las tradiciones marineras; te proponemos un paseo en barco o velero por la Ría de Vigo. Una experiencia única para descubrir la ría de Vigo desde una perspectiva diferente y divertida.
Si necesitas hacer alguna compra, al final del paseo del propio puerto puedes encontrar el Centro Comercial A Laxe, distinguible muy fácilmente por su característico color negro y azul verdoso.
Otra opción es acercarse hasta el centro, en concreto la calle Príncipe y el comienzo de la calle Urzáiz, donde están desplegadas todas las tiendas de moda. Y lo mejor de todo es que está a tan solo 10-15 minutos andando desde puerto.
Vigo tiene un centro relativamente pequeño, pero donde puedes encontrar absolutamente todo, tanto en tema de compras como en ofertas de ocio y culturales. A la entrada de Príncipe podemos divisar “La Farola” punto de encuentro principal de los vigueses y el Museo de Arte Contemporáneo MARCO que, en sus días, fue el Palacio de la Justicia y la cárcel de la Ciudad Olívica. A día de hoy se pueden encontrar llamativas exposiciones, quizá la más conocida y “curiosa” fue cuando llenaron todo el edificio de globos. El resto de la calle está compuesta por tiendas de moda y cafeterías, además de un famoso puesto de gofres, hechos en el mismo momento, que llena la calle de un característico olor dulzón. ¡Cuidado porque te entrará hambre!
El final de Príncipe está marcado por dos iconos de Vigo: el Sireno y el Dinoseto.
¿Sabías que la calle Príncipe (Rúa do Príncipe) tiene su origen en la llamada Carretera de Castilla que comunicaba la ciudad de Vigo con Ourense y que se nombró así en honor al hijo de Isabel II?
Tras una mañana de paseos y compras, lo mejor es adentrarte en las que fueron las antiguas murallas de Vigo para descubrir, entre sus calles, la gastronomía más “enxebre” (significa puro, auténtico, típico en gallego) de Vigo y Galicia en general. Y es que Vigo es conocida por su rica tradición culinaria y sus productos típicos de alta calidad, no puedes perderte la oportunidad de probar sus deliciosos alimentos locales.
Las históricas calles del Casco Vello te ofrecerán marisco fresco de la Ría de Vigo, auténtico cocido gallego, pulpo á feira, vieiras al horno, zamburiñas a la plancha, pimientos de Padrón, empanada gallega, filloas… todo un festín de sabores. Como recomendaciones, acércate a A Regueifa, Retranca, La Mina, Lume de Carozo, Vaiche Boa, O Bar Chavolas o El Luis.
El caos que forman las calles del Casco Vello le dan un aire único y muy especial, tanto que en los últimos años se han hecho varias actividades de restauración de calles y edificios para volver a darle la vida que fueron perdiendo con el paso del tiempo. Su distribución es muy particular y, por supuesto, llena de cuestas. Si hay algo que caracteriza a Vigo son sus escarpadas colinas; pero merece la pena recorrer todas y cada una de sus –aparentemente– olvidadas callejuelas, plazas, fuentes, escaleras… el Casco Vello cambia por completo si se visita de día o de noche. De un paisaje precioso, tranquilo y morriñento durante las horas de sol, se pasa a un ambiente festivo y animado cuando cae la noche, sobre todo en la Praza da Constitución, lugar donde estaba situado el antiguo Ayuntamiento. Si puedes acercarte a tomar la última Estrella Galicia del día, hazlo.
¿Qué mejor que terminar el fin de semana en Vigo en la playa?
Independientemente de la estación del año en la que te encuentres, la zona costera de Vigo es digna de una visita, ver cómo el sol se esconde por detrás de la imponente figura de las Islas Cíes es un espectáculo para todos los sentidos.
Samil es la playa más conocida de Vigo, tiene un largo paseo que la recorre de punta a punta y la divide de otras zonas de ocio como pistas de patinaje, fútbol, baloncesto, piscinas, parques y árboles con mesas donde poder pararse a tomar un tentempié o hacer un picnic. La zona también está rodeada de hoteles, restaurantes y pubs. Por si prefieres alojarte por allí.
La playa contigua a ésta, El Vao, goza de una zona protegida de dunas, tiene un castro de restos arqueológicos y se une por un puente con la Isla de Toralla, a la que solo se puede acceder a las dos primeras playas, puesto que es una isla privada y se requiere de invitación expresa por alguno de los residentes para poder ver el interior.
Ver cómo el sol se funde con el mar desde cualquiera de las playas, es el broche de oro perfecto para llevarse un buen sabor de boca de la ciudad olívica que, ojo, todavía tiene mucho más para ofrecer. ¡Descúbrela!
¿Y tú? ¿Has visitado ya Vigo? No lo pienses más y planea ya tu fin de semana en Vigo en esta bonita ciudad portuaria en el noroeste de España.