Icono de la cultura americana e imagen de muchas películas, la Ruta 66 nos permite conocer, a través de un recorrido de más de 4.000 kilómetros por carretera, un total de ocho estados, con salida desde Chicago y final en Los Ángeles y, si nos atrevemos, en un solo viaje. Conocida como «The main Street of América» (“la carretera principal de América”) o «The mother road» (“la carretera madre”), formaba parte de la red de carreteras Federales de los EE.UU. Encuentra tu viaje por la Ruta 66 con vuelos, alojamiento y coche de alquiler.
Existen diferentes opciones de transporte que podemos elegir para realizar nuestra ruta 66, dependiendo del tipo de viaje que más nos apetezca hacer. Podemos, por ejemplo, alquilar un coche según llegamos al aeropuerto para comenzar el viaje. Es recomendable alquilarlo con navegador para poder guiarnos mejor por la carretera, y contratar el máximo de seguros, para estar cubiertos durante toda nuestra aventura.
El límite de velocidad en EE.UU. varía entre las 65 y 80 millas por hora en las carreteras interestatales, y entre 50 y 65 millas por hora en las interurbanas. Sii vas a realizar el recorrido en coche, es recomendable realizar previamente las reservas de los hoteles en las que nos vamos a alojar, para garantizarnos tener cubierta la pernoctación y, además, poder elegir los establecimientos con las características y calidades que más nos interesen.
Otra opción para organizar este viaje es mediante el alquiler de una caravana. Con ella nos podemos desplazar, y en ella podemos pernoctar durante todo nuestro recorrido en los lugares que más nos interesen sobre la marcha. Pero sin ninguna duda, la opción más característica, símbolo no sólo de la Ruta 66 sino casi de toda Norteamérica, es una moto Harley-Davidson que nos lleve a través de los estados de Illinois, Missouri, Kansas, Oklahoma, Texas, Nuevo México, Arizona y California sintiendo el «Espíritu del viento«.
Te proponemos un viaje por la ruta 66 de lo más auténtico ¿A qué esperas?
Como ya hemos comentado, lo más típico es comenzar la ruta en la grandiosa e imponente ciudad de Chicago. La “Windy City” o “ciudad del viento”, como se la conoce popularmente, es también la ciudad del acero, el cristal y la arquitectura, con su aire cosmopolita e innovador atravesado por los raíles de los trenes que comunican y desplazan a sus habitantes y visitantes de una zona a otra. Está ciudad nos adentra en la América más actual, siendo una de las más influyentes en cuanto a corrientes artísticas y arquitectónicas a nivel mundial.
No podemos pasar por Chicago sin disfrutar de un concierto de jazz en alguno de sus clubes nocturnos, ya que es la cuna de este maravilloso género musical que nació en el siglo XIX. Y tampoco deberíamos perdernos las impresionantes vistas de la ciudad desde lo alto de la Willis Tower o desayunar en el mítico Lou Mitchells.
Abandonamos Chicago para adentrarnos por fin en la Ruta 66. La imagen que tenemos todos de la Ruta 66, seguramente gracias al cine, es la de una larga de asfalto original de los años 20 que, con el calor, produce un efecto de espejo, y que se extiende por kilómetros y kilómetros en línea recta, sólo interrumpida, muy de cuando en cuando, por alguna curva.
Partimos de Chicago hacia Joliet, en el estado de Illinois, donde empezamos a encontrar los primeros atractivos, como el Route 66 Park, justo al lado del restaurante Kick’s on 66. Un parque concebido como centro de bienvenida a la histórica Ruta 66. En Joliet no te pierdas el famoso Teatro Rialto, abierto desde 1926 o la antigua prisión de Joliet.
También ene el estado de Illinois llegamos al Gemini Giant, una estatua emblemática de la Ruta 66 en la entrada de Wilmington. Con una altura de 9 metros y situada en la entrada del restaurante Launching Pad, representa a un gigante con un traje espacial y una nave plateada en sus manos con el nombre del programa espacial Gemini. La estatua del Gigante Gemini forma parte de una serie de estatuas repartidas por toda la Ruta 66 denominada los “Muffler Man».
Proseguimos hasta la región de Pontiac, región puramente rural con granjas dedicadas a la agricultura, donde en su capital, Pontiac, podemos disfrutar de un sorprendente museo ubicado en un antiguo parque de bomberos, pero el principal atractivo de Pontiac son la gran cantidad de murales pintados repartidos por las fachadas.
Continúamos con la ruta hasta llegar al pueblo de Atlanta, también en el estado de Illinois, donde aparte de visitar su preciosa biblioteca encontramos a otro de los gigantes de la Ruta 66, el gigante Tall Paul, colocado originalmente como reclamo en la puerta del restaurante Bunyon y que posteriormente se trasladó a Atlanta y lleva en las manos un perrito caliente gigante.
Llegamos al final de nuestro primer día de viaje, en la ciudad de Springfield, más conocida como el hogar de Abraham Lincoln durante 17 años y donde podrás conocer la Biblioteca presidencial y museo de Abraham Lincoln, la tumba de Lincoln, la segunda más visitada en el país o comer en cualquiera de los dos restaurantes: Cozy Dog Drive-In (Restaurante Cozy Dog) o The Chili Parlor donde podrás disfrutar de un estupendo perrito caliente de maíz o un famoso chili al gusto. Encuentra tu hotel en Springfield, Illinois y disfruta de tu primera noche en la famosa Ruta 66.
De un Springfield a otro, de Illinois a Missouri en un trayecto de unos 500 kilómetros en los que seguiremos recorriendo la mítica Ruta 66. Salimos de Springfield y nos dirigimos a Saint Louis y llegamos al Puente de Old Chain of Rock Bridge, puente de construcción metálica sobre el río que divide los estados de Illinois y Missouri. ¡Pasea por el puente, es una experiencia increíble, pero recuerda los coches no están autorizados!
En Saint Louis podremos admirar su arco Gateway, de 192 metros de altura y construido en la década de 1960 que rinde homenaje a las exploraciones de principios del siglo XIX. Esta parte del viaje la Ruta 66 va pararela a la autopista y quizás sea la más aburrida de todos el viaje.
Tras recorrer unos 160 kilómetros encontramos Cuba, otro pueblo lleno de murales y por donde podrás dar un agradable paseo y otra vez al coche, esta vez de camino a Lebanon a visitar el famoso Munger Moss Motel y hacernos las fotos de rigor en el luminoso del hotel ponemos rumbo al último destino de nuestro segundo día, Springfield, esta vez en Missouri. Descubre todos los hoteles donde alojarte en Springfield, Misuri.
De Springfield tomamos rumbo directo a la Station Sinclair en Everton, conocida como Gay Parita, antigua gasolinera fundada en 1934 que aunque actualmente no funciona como gasolinera, es una parada obligatoria en la Ruta 66. Y de ahí, en marcha hacia Avilla, a 40 kilómetros donde verás restos de una época diferente, con viejas gasolineras, talleres, edificios abandonados y el histórico banco de 1915 que actualmente es la oficina de correos.
De ahí partimos hacia el estado de Kansas, otro más para la colección, aunque en este estado solo estaremos unos 20 kilómetros, merece la pena visitar Four Women on The Route 66, un restaurante/tienda que en otros tiempos fue una gasolinera, y cuatro mujeres de Galena se hicieron con ella. Y en esta etapa, si te gusta la película de Cars estás de suerte, podrás ver multitud de camionetas parecidas a Tow «Mate» Mater, uno de los protagonistas de la película.
Llegamos al cuatro estado de nuestra ruta, Oklahoma, y nada más llegar encontramos el pueblo de Miami con su famoso museo de Motos Route 66 Vintage Iron, seguimos avanzando y nos desviamos para visitar el Ed Galloway’s Totem Pole Park, un parque con unas esculturas – tótem coloridas de hormigón y madera con bajo relieves de esculturas nativo-americanas, está situado en la State Highway 28A, a 3.5 millas al este de la ruta 66.
¿Estás preparado para ver una Ballena? La Ballena Azul de Catoosa es una estructura frente al mar, justo al este de la ciudad estadounidense de Catoosa y es una de las atracciones de nuestra ruta. Y antes de llegar a Oklahoma para descansar, visitamos Route 66 Interpretive Center, en Chandler, un museo dedicado a comprender la construcción y la historia de la Ruta 66.
Oklahoma City es una ciudad moderna y su espíritu innovador se mezcla con su profunda herencia sureña, creando un destino apasionante lleno de cultura y aventura, nuestro último destino del día.
¿Te gustan los aviones? Si la respuesta es afirmativa, en esta etapa estás de suerte, en Weatherford, a una hora aproximadamente de Oklahoma City, puedes visitar el Stafford Air & Space Museum, considerado como uno de los mejores y más completos museos aéreos y espaciales en el centro de los Estados Unidos. Proseguimos nuestro camino y a escasos 20 minutos llegamos a Clinton donde podemos entrar al museo dedicado a la Ruta, Oklahoma Rout 66 Museum, y en Elk City encontramos el National Route 66 Museum.
Partimos hacia Erick, donde si tienes suerte, podrás conocer al gran Harley en el City Meat Market, una persona especial que no te dejará indiferente, y desde aquí la ruta llega a nuestro cuarto estado, Texas, pasando por pequeños pueblos como Shamrock, McleanGroom, gasolineras abandonadas, granjas hasta que llegamos a la salida antes de Groom ¡una torre de agua inclinada! similar a la torre de Pisa, es la Leaning Tower of Texas y bien merece una parada.
Nuestra última parada del día para hacer noche es Amarillo, una ciudad con más de 200.000 habitantes. Paradas imprescindibles en Amarillo, el El Cadillac Ranch, una obra de arte urbano con 10 cadillacs enterrados parcialmente en el suelo apuntando con sus maleteros hacia el cielo, la tradición manda ir con un bote de spray y hacer un grafiti en los coches pero no te preocupes, forma parte del espectáculo. No te puedes ir de la ciudad sin visitar el Big Texan Steak Ranch, un restaurante-motel especializado en carnes donde ¡absolutamente todo es enorme!. El restaurante es famoso por su reto de «72oz Steak Challenge»: El bistec es gratis para cualquiera que, en una hora o menos, pueda comer un filete de dos kilos, un panecillo con mantequilla, una patata al horno, un cóctel de camarones y una ensalada; de lo contrario, la comida te costará 72 dólares.
De Amarillo partimos hacia Santa Fe en Nuevo México. En esta etapa llegamos al MID-POINT o mitad de nuestra ruta, que se encuentra en el pueblo de Adrian, este pueblo es geográficamente el punto medio entre Los Ángeles y Chicago, y no puede faltar una foto en el gran cartel que lo anuncia. Entramos en un nuevo estado, Nuevo México y nos dirigimos hacia Tucumcari, encantador pueblo en el condado de Quay repleto de gigantescos murales y donde podemos visitar el New Mexico Route 66 Museum.
Otra vez en marcha, esta vez hacia Santa Rosa, en el condado de Guadalupe, conocida como la capital del buceo del suroeste, donde podemos visitar el Route 66 Auto Museum, un auténtico museo de coches clásicos americanos. En Santa Rosa se encuentra el «blue hole», uno de los siete lagos hermanos conectados bajo tierra por un vasto sistema de agua famoso por sus actividades de buceo. Partimos hacia el último punto de nuestro quinto día, Santa Fe, capital de Nuevo México, enclavado en las laderas de la Sierra de la Sangre de Cristo, fundada como colonia española en 1610 y cuenta con una tradicional plaza y un estilo arquitectónico con construcciones de adobe.
Partimos desde Santa Fe hacia Albuquerque, ubicada en el desierto alto, es la ciudad más grande de Nuevo México. Fundada como colonia española en 1706. Alburquerque cuenta con un precioso centro histórico repleto de galerías de arte, museos, tiendas y restaurantes. Si te gusta la serie de Breaking Bad, la mayor parte de la serie se ha grabado en Alburquerque y hay muchísimas localizaciones que visitar.
Salimos hacia Grants, ciudad de Nuevo México a unos 60 kilómetros de Alburquerque. Esta ciudad tuvo su auge con la fiebre del uranio y actualmente es prácticamente un pueblo fantasma, una parada obligatoria en Grants es un «arco de neón» con el nombre de la ciudad. De Grants marchamos hacia Gallup, nuestro último punto del estado de Nuevo México, donde nos encontramos con el Rancho Hotel, inaugurado en 1937, otro mítico de nuestra Ruta 66 y fue hogar temporal de muchas estrellas del celuloide.
Entramos en el estado de Arizona, el estado con más lugares que ver fuera de la Ruta 66. Sin desviarnos llegamos a Lupton, donde podemos comprar souvenirs y artículos de los indios navajos en Tepee Trading Post y marchamos hacia Houck, pueblo en territorio navajo, donde podemos visitar sus puentes históricos que figuran en el Registro Nacional de Lugares Históricos: el histórico Puente del Cañón Querino y los puentes de 1923.
Parada obligada: Petrified Forest National Park, el parque nacional del Bosque Petrificado, situado entre Navajo y Holbrook, un bosque donde hace millones de años habían gigantescos árboles que con el paso del tiempo han ido cayendo y muriendo, fosilizándose en un arco iris de colores de madera petrificada.
Ya en Holbrook podemos alojarnos en un motel tan curioso como el Wigwam Motel, visitar y hacer compras en el Geronimo Trading Post, visitar el Museo Navajo o el rancho DoBell.
Salimos de la Ruta 66 y nos desviamos al Gran Cañón. De camino encontramos el pueblo de Winslow a 53 kilómetros de Holbrook, con visita obligada a la estatua de bronce en el Standing on the corner Park, dedicada al cantante, compositor y fundador de los Eagles, Glenn Frey. Al lado de la estatua encontramos una gigantesca señal de la ruta 66 pintada en el suelo.
Salimos de Winslow y vamos directamente al Cráter Barringer, también conocido como Meteor Mountain, un impresionante agujero en el suelo donde cayó un meteorito,llamado Canyon Diablo, y que cuenta con un centro de interpretación, teatro y tienda de regalos.
Pasamos la ciudad de Flagstaff, pequeños pueblos como Williams, Crookton, Seligman en la carretera I-40 W y nos desviamos hacia la salida 211 hacia el Gran Cañón, que se encuentra a hora y media de camino (unos 120 kilómetros). El Parque nacional del Gran Cañón, con combinaciones únicas de colores rojizos y formas erosivas decoran un cañón con un río de 446 kilómetros de largo, 29 kilómetros de ancho y kilómetro y medio de profundidad. Gran parte del cañón es Parque Nacional, con rápidos de aguas bravas en el río Colorado y unas vistas panorámicasi increíbles.
Salimos del Cañón del Colorado y a unos 115 kilómetros encontramos el pueblo de Kingman donde hacemos la parada para dormir. Ciudad ubicada en el condado de Mohave donde encontramos multitud de moteles y hoteles para descansar, como el Trovatore Motel o el Motel Route 66 y para cenar recomendamos el Mr. D’z Route 66 Diner, una típica cafetería de los años 50.
Otro de los desvíos obligatorios en nuestra ruta 66, nos dirigimos a la ciudad del pecado, Las Vegas. Cogemos la carretera US-93 N y llegamos directamente a la presa Hoover, Hoover Dam, una auténtica obra arquitectónica situada en la frontera entre los estados de Arizona y Nevada. Construida durante la época de la Gran Depresión, entre 1931 y 1936 y figura en el Registro Nacional de Lugares Históricos.
Entramos en otro estado, el de Nevada: Ocio, música, bodas, Elvis,… ¡eso es Las Vegas!
Con la frase ”lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas“ siempre presente en nuestra mente, nos adentramos en un mundo de casinos, espectáculos, conciertos y luces de neón. Alojarse en uno de sus maravillosos hoteles en las Vegas dispuestos, principalmente, a lo largo de su calle principal, “The Strip”, nos permite descubrir una ciudad creada para el disfrute del hombre donde poder vivir experiencias tan distintas como casarse en una de sus capillas vestidos de Marilyn y Elvis, o asistir a un concierto de grandes artistas como Celine Dion o Cher. Por supuesto, también podrás jugarte el dinero en alguno de sus casinos.
Retomamos la Ruta 66 tras salir de Las Vegas en el pueblo de Oatman, un pueblo que parece sacado del oeste, donde podrás ver hasta burros paseando por las calles. Seguimos hasta Newberry Springs, donde se encuentra el Bagdad Café, un sitio diferente lleno de recuerdos, donde podrás parar a tomar un café o comer algún sándwich.
Proseguimos nuestro camino hacia uno de los últimos destinos de nuestro camino Barstow, fundada en 1947, ciudad ubicada en el condado de San Bernardino en el estado estadounidense de California donde podemos visitar el Western America Railroad Museum, un museo del ferrocarril al aire libre o el Route 66 Mother Road Museum y de camino hacia Los Ángeles encontramos otra parada cuirosa, Elmer’s Bottle Tree Ranch, un rancho de árboles creados con botellas.
Terminamos nuestra ruta en otra gran ciudad, Los Ángeles, un lugar de cine para poner punto final a un viaje de película. La ciudad de Los Ángeles es un museo al aire libre, por lo que recomendamos perderse por sus calles y visitar, como no, una de las más famosas, Rodeo Drive en pleno Beverly Hills, donde realizar compras en las tiendas más exclusivas y de moda del momento.
Pero hablar de Los Ángeles es hablar de cine. Indispensable visitar Hollywood, pequeña ciudad que surgió a finales del siglo XIX, y que en 1929 se anexó a Los Ángeles, convirtiéndose en el núcleo de las productoras de música y cine de todo el país. Recorre su Paseo de las Estrellas y sácate fotos en las de tus artistas favoritos. En este símbolo de la meca del cine, con su color rosa característico, recuerda a los actores y actrices más famosos de la historia de esta gran industria.
En el Museo de Historia de la ciudad podremos ampliar nuestros conocimientos sobre el Séptimo Arte, ya que alberga una colección muy importante de joyas, vestidos y objetos de películas que nos ayuda a entender la historia y la evolución del mundo del cine. La entrada cuesta en torno a los 15 dólares. Pero Los Ángeles también son playas, de las mejores del mundo para realizar la práctica del surf.
¡Y por fin llegamos a Santa Mónica! En el Pier de Santa Mónica, una señal marca el final de la legendaria carretera y de nuestra ruta. Pero este no es el final original, durante el 83 aniversario se declaró el final oficial en el cruce entre las calles Lincoln y Olympic, pero no hay cartel alguno que lo indique.
¡Lánzate a la verdadera aventura de la carretera y conoce la auténtica Norteamérica de la mano de la mítica Ruta 66!