Viajar a la República Dominicana siempre es una buena idea, lo mires por donde lo mires. Sus paradisíacas playas, su naturaleza envolvente, sus atardeceres de película y su sabor caribeño, hacen de este lugar uno de los más visitados del planeta. Cuenta con fantásticos resorts que harán que te sientas en el edén, mientras el tiempo pasa sin prisa, a su propio ritmo. Si prefieres la aventura también tiene cabida en este viaje, ya que Santo Domingo tiene una ubicación perfecta y cuenta con una exuberante naturaleza que envuelve cada rincón de este lugar. Adéntrate con nosotros en este maravilloso rincón del mundo y conoce qué lugares no te puedes perder de República Dominicana.
Quizá lo más conocido para descubrir la República Dominicana es hacer un viaje a Punta Cana. Un paraíso terrenal de aguas transparentes y arena blanca se dibuja tras un estilo de vida pausado y caribeño.
Sus playas, Playa Bávaro, Arena Gorda o Cabeza de Toro son el mejor baluarte de esta tierra, icono de descanso y relax gracias a la naturaleza que las envuelve. Aquí, podrás visitar Altos de Chavón, con su Museo Arqueológico Nacional, sus galerías de arte, tiendas artesanales y descubrir por qué la llaman la “Ciudad de los artistas”. También hay hueco para los más aventureros gracias a la multitud de actividades que puedes practicar, como buceo, parasailing, surf, tirolina, recorrer sus playas en quad o caballo e incluso descubrir la selva en buggy.
Pero de noche, la cosa cambia ya que nos topamos con uno de los destinos más divertidos, sus calles se llenan de luces, música y bailes que te dejarán hipnotizado.
Visitamos la capital de la República Dominicana, la cuál aún conserva gran parte de las edificaciones coloniales. Caótica y vibrante a la vez, ofrece al viajero multitud de calles peatonales por las que pasear y así disfrutar de sus tiendas, restaurantes o cafeterías. Imperdible es la Catedral Primada de América, la más antigua de América; el Alcázar de Colón; la Fortaleza Ozama, la primera fortificación defensiva de América; el Monasterio de San Francisco o la Puerta de la Misericordia. Iglesias, callejuelas, conventos y edificios antiguos inundan esta zona colonial declarada Patrimonio Universal de la Humanidad.
Pero Santo Domingo también cuenta con una apabullante naturaleza como la Cueva de los Tres Ojos, gran lago de agua dulce ubicado en el Mirador del Este; El Parque Mirador Sur, con infinidad de fauna autóctona o un impresionante Jardín Botánico, catalogado como el más grande del Caribe. No puedes irte de aquí sin ver el atardecer en su maravilloso malecón, mientras paladeas, por ejemplo, un auténtico ron de la zona.
Situada al oeste del país es uno de los paraísos menos masificados de República Dominicana. Hace frontera con Haití y es la zona con mayor biodiversidad del país. Los amantes de los pájaros y las orquídeas tienen un rincón reservado en el Parque Nacional Sierra de Bahoruco. Cuenta con lugares tan increíbles como Isla Beata, Alto Velo o el bosque nuboso de Cachote.
Pero si hay algo por lo que se conoce este lugar es, el Parque Nacional Jaragua, rico en yacimientos arqueológicos precolombinos y cuevas y cavernas de distinta índole. Su apabullante flora y fauna atraen a los amantes de la naturaleza y entre sus joyas cabe destacar, la salada Laguna Oviedo y la playa virgen de Bahía de las Águilas, cuya deslumbrante arena blanca deja sin palabras a quien la visita.
Al sureste de República Dominicana localizamos la paradisíaca Isla Saona, incluida en el Parque Nacional del Este. Formada por tres grandes playas: Bonita, del Gato y Canto de la Playa, es sin duda un lugar de obligada visita si te encuentras en el país. Es el paraíso caribeño que a todos se nos viene a la mente por sus infinitas playas, arrecifes de coral y cocoteros que llegan hasta el mar; su blanca arena y aguas de colores turquesa y esmeralda te harán creer que estás en una postal.
El encanto también lo vemos en Mano Juan, el pequeño pueblo de pescadores que aquí encontramos. Recorrer sus dos calles te permitirá empaparte de la vida que llevan sus lugareños.
Para los más intrépidos las actividades en la isla son infinitas: desde recorrer las cuevas y grutas con hallazgos arqueológicos indígenas hasta hacer snorkel o descubrir el Centro de Recuperación de Tortugas.
Catalogado como uno de los lugares más sorprendentes de este país, la Península de Samaná se levanta como destino de obligada visita para todo aquel que se encuentre en el país. Su zona más visitada es Las Terrenas, con infinitas playas vírgenes de arena blanca y agua transparente.
Su riqueza natural se representa en la majestuosa Cascada Limón, una piscina natural de más de 50 metros de altura;¡Pero hay mucho más! podrás embarcarte en catamarán y conocer la espectacular playa de Cayo Levantado (conocida como Playa Bacardí); avistar delfines y ballenas jorobadas (entre enero y marzo) que llegan a estas costas para delicia de los amantes de estos animales, cruzar el espectacular puente de Santa Bárbara, capital de Samaná o incluso disfruta del paseo en kayak mientras recorres una de las reserva de manglares más impresionantes del Caribe, conocida como los Haitises.
Para aquellos que quieran hacer montañismo en el paraíso tropical, no pueden perderse el Pico Duarte, el más alto de todo el Caribe. Ubicado entre dos parques, el Parque Nacional Armando Bermúdez y Parque Nacional José del Carmen Ramírez, es el escenario idóneo para los amantes del senderismo y la naturaleza en todo su esplendor. El itinerario más popular es: Jarabacoa – Manabao – La Ciénaga – Compartición – Valle de Lilís – Pico Duarte. Pero de lo que estamos seguros es que el premio al esfuerzo está garantizado: unas vistas increíbles de la cordillera dominicana y los frondosos bosques tropicales que le rodean. ¡Impresionante!
A orillas del Mar Caribe, esta ciudad tiene mucho que ofrecer, más allá de playas y deportes acuáticos. Su interesante museo centro histórico Ron Barceló, ofrece a quien lo visita la posibilidad de conocer de primera mano cómo se produce el famoso ron.
Su bucólico Malecón proporciona unas vistas increíbles al mar y su Catedral se mantiene intacta desde su construcción allá por 1910. Si preferís la naturaleza, entonces imperdible es la Cueva Maravillas, de 25 metros bajo tierra y en la que encontraréis gran cantidad de pictografías y petroglifos intactos.
Para terminar, lo hacemos con un lugar idílico cuyas arenas fueron refugio de piratas y corsarios y que es llamada por los indígenas locales como Labanea o Ikiita, un paraíso deshabitado ofrece a sus visitantes un espectáculo visual de colores y paisajes incomparables. Un lugar evocador con playas de arena finísima y aguas tranquilas en cuyas aguas hay multitud de flora y fauna que hacen que esta isla sea Reserva Ecológica, formando parte del Parque del Este. ¿Quién no querría perderse en este paraíso y dejar que el tiempo pase sin preocuparse del reloj?
Sabemos que para animarte hacer un viaje a la República Dominicana no hace falta mucha carta de presentación ni explicarte más motivos, pero esperamos que te hayas convencido de que es una escapada que todos deberíamos hacer al menos una vez en nuestra vida... ¡Haz que pase!
Si, aun así, necesitas ayuda con tus vacaciones, puedes llamarnos al 91 33 00 732 para que uno de nuestros agentes te asesore personalmente o visitar cualquiera de nuestras oficinas. ¡Qué la organización de un gran viaje no te frene y deja la parte difícil en nuestras manos!