¿No lo habías pensado siquiera? La ciudad de Oslo es un espléndido destino turístico cada vez más de moda entre los viajeros europeos, que seguramente valoran la inagotable mezcla que propone su visita: museos donde admirar alguna de las pinturas más famosas de la historia del arte, parques escultóricos para pasear y relajarnos, barrios llenos de encanto por los que adentrarse, planes increíbles en exuberantes escenarios naturales, propuestas arquitectónicas de auténtica vanguardia, ¡y gastronomía!… Te contamos lo que DEBES visitar en Oslo.
Oslo es la capital y la ciudad más grande de Noruega. Se encuentra en la parte sureste del país, en la región de Østlandet, a orillas del fiordo de Oslo. La capital noruega cuenta con numerosas atracciones turísticas, incluyendo el Museo Munch, dedicado al famoso pintor Edvard Munch; el Parque Vigeland, con más de 200 esculturas de Gustav Vigeland; el Palacio Real, residencia oficial de la monarquía noruega; el Ayuntamiento de Oslo, conocido por su arquitectura distintiva y los Premios Nobel de la Paz. Veamos algunos de los imprescindibles en tu viaje a Oslo.
La Fortaleza de Akershus, en pleno corazón de Oslo, es un complejo de aspecto medieval con su propio puente levadizo en el que también se integra el famoso Castillo de Akershus. El conjunto data del año 1.300 aproximadamente, aunque el estilo del castillo fue reconvertido en clave renacentista hacia la primera mitad del s. XVII.
La construcción del castillo y fortaleza de Akershus se inició en 1299 bajo el rey Hakon V. El castillo medieval, que se completó en el siglo XIII, tenía una ubicación estratégica al final del promontorio y resistió varios asedios a lo largo de los siglos. El rey Cristián IV (1588-1648) hizo modernizar el castillo y convertirlo en un castillo renacentista y residencia real.
El Castillo de Akershus también fue utilizado como prisión antes de la Segunda Guerra Mundial albergando a prisioneros como los primeros socialistas noruegos, entre otros. La fortaleza alberga un castillo, una iglesia, el Museo de las Fuerzas Armadas de Noruega, un modelo de Christiania (antiguo nombre de Oslo) y un museo de la prisión. Además, en el mausoleo del castillo están enterrados muchos miembros de la familia real noruega.
No te pierdas su plaza mayor, en la que encontrarás el Monumento Nacional por las víctimas de la IIª Guerra Mundial, así como la belleza de las salas interiores del castillo.
Otro de los puntos imprescindibles de tu visita es la Catedral de Oslo. La Catedral de Oslo (anteriormente iglesia de Nuestro Salvador) fue inaugurada en 1697 como la tercera catedral de la ciudad. Originalmente construida en estilo barroco, la iglesia adquirió un interior neogótico en 1850. En 1950 la iglesia fue renovada nuevamente a su estilo barroco original.
Se trata de un edificio del s. XVII, construido con ladrillo holandés, sobre una planta de cruz griega. La parte más emblemática de la catedral es su sacristía —originalmente concebida como una sala capitular así como elementos concretos como el retablo barroco, el púlpito o la pila bautismal.
Hoy en día, la iglesia es la iglesia principal de la diócesis de Oslo y la iglesia parroquial del centro de la ciudad. También es la Iglesia Nacional de Noruega y sede de una larga serie de eventos nacionales y reales.
La del Parque Vigeland es una de las visitas más importantes de tu estancia en Oslo. No en vano, con sus cerca de 52 hectáreas, se trata del parque más grande de la ciudad, en donde disfrutar de un relajante paseo.
El parque Vigeland en Oslo se completó entre 1939 y 1949, y todas las estatuas se centran en el concepto de la condición humana y representan las relaciones entre hombres y mujeres, adultos y niños. La ciudad de Oslo fue uno de los principales contribuyentes a la financiación del parque.Todas las esculturas fueron modeladas en arcilla y artesanos profesionales realizaron el tallado en granito y bronce.
Las esculturas representan diversidad humanos en situaciones cotidianas, como caminar, sentarse, tomarse de la mano, hasta temas más simbólicos como “hombre atacado por bebés”, hasta obras altamente abstractas.
En su interior encontrarás muchas obras escultóricas del artista Gustav Vigeland, entre las que destaca el llamado “Monolito” (“Monolitten”), una columna de 17 metros de altura en torno a la cual se acomodan más de 121 figuras humanas desnudas que se elevan hacia el cielo y está tallado en una sola pieza de granito. Este monolito representa el deseo del hombre de acercarse al mundo espiritual y las personas se ayudan unas a otras para alcanzar la salvación.
Si tienes tiempo, y la idea no te parece demasiado macabra, también puedes acercarte al cementerio Vestre Gravund, el más grande de Noruega.
¿Quieres saber dónde van todos los turistas a hacerse una de las fotos más típicas de Oslo? No es que se trate de instagramear nuestro viaje, pero lo cierto es que la escultura del tigre de Oslo bien merece un posado para el recuerdo.
El tigre fue realizado por Elena Engelsen y un regalo a la ciudad de Oslo cuando celebró su 1000 aniversario en el año 2000. Se trata de una enorme figura de bronce de más de 4 metros de largo, con la forma de un tigre, que dicen que representa los viejos peligros de la vida en la ciudad… aunque eso debía ser en otro tiempo, porque Oslo es, hoy en día, una ciudad limpia, segura y muy ordenada.
El Tigre es el símbolo de identidad de la capital. Este animal evoca lo que Munch vivió y escribió en la segunda mitad del 1800, “Oslo es una ciudad fría y peligrosa como un tigre”. Pero dicen que está inspirado en el poema «Sidste Sang» (1870) del poeta Bjørnstjerne Bjørnson, donde se describe una lucha entre un caballo y un tigre; el tigre representa la ciudad peligrosa y el caballo el campo seguro.
Oslo no solo es una ciudad junto al mar, sino que la suya es una cultura, y una trayectoria histórica, de vocación marítima, como habrás descubierto por sus emblemáticos museos; no obstante, si quieres catar eso de lanzarse a la mar, ¡pruébalo cómodamente disfrutando de uno de los múltiples minicruceros por el fiordo de Oslo!
Podrás navegar entre multitud de islas, bahías, calas, etc., admirando las preciosas casas de verano de la zona, navegando frente al Edificio de la Ópera y recorriendo un fiordo que, en el caso de Oslo, se extiende casi hasta el mismo centro de la ciudad.
Puede que no vuelvas a tener la oportunidad de ver con tus propios ojos una de las pinturas más famosas de toda la historia del arte, como es el cuadro de El Grito, de Edvard Munch, así que te recomendamos que aproveches para visitar la Galería Nacional de Oslo. Inaugurada en 1837, su colección de obras clásicas y arte moderno suma 4.500 pinturas, 1.000 esculturas, miles de dibujos, grabados, etc. ¡Es la colección más grande de Noruega!
Y completa la visita artística en el Museo Munch, donde encontrarás hasta 28.000 obras de arte más, relacionadas con este que fue uno de los precursores del expresionismo. El Museo de Munch está situado en Toyen en el barrio de Game Oslo.
El Museo abrió sus puertas en 1963 y fue financiado por los beneficios que generaron los cines municipales, Cuenta en la actualidad con una colección permanente que alberga más de la mitad de la obra pictórica del artista, así como salones de exposiciones, fotografía y conservación de pinturas, escritorios, una biblioteca y salas de estar.
¿A que te apetece descubrir Oslo? No lo dudes, esta moderna, divertida y cosmopolita ciudad te espera...