Existen destinos como la República Checa que nos permiten disfrutar de una forma más pausada de su belleza, de sus paisajes envueltos en brumas, de sus ciudades históricas sin tumultos y de una cultura que rezuma en cada rincón. Recorrer las calles de Praga oyendo el sonido de tus pasos, tomar un chocolate caliente en uno de sus cafés históricos o pasar horas charlando en sus cervecerías son placeres que se saborean aún mejor en los meses más fríos. Viajar desde la capital a algunos de sus destinos más bellos es tan sencillo como aconsejable para conocer de primera mano la belleza de sus castillos y palacios, sus históricos balnearios y los numerosos rincones reconocidos por la Unesco. No te pierdas la magia que emana las ciudades de Karlovy Vary, Český Krumlov, Kutná Hora y Pilsen.
Comenzamos este post contándote, como no podía ser de otro modo, que la temporada de Adviento y Navidad en la República Checa es un impresncindible.
Y es que tanto en Praga como en Český Krumlov, Pilsen y Kutná Hora podrás despertar tu espíritu navideño entre el ritmo de los villancicos; puestos que ofrecen artesanía, vino caliente, galletas de jengibre y más repostería tradicional; pistas de patinaje; belenes y pesebres tradicionales; árboles de Navidad y por supuesto luces de colores que engalanan sus plazas y calles haciéndolas brillar más aún.
Las encantadoras ciudades de Bohemia del Sur te transportarán a un mundo de ilusión y magia, especialmente cuando la nieve cubre de blanco sus tejados, convirtiéndolas en auténticas postales; un plan perfecto.
¡No te pierdas los mejores mercadillos navideños de la República Checa y todo cuanto estas fascinantes ciudaDes tienen para ofrecerte. ¡Sigue leyendo!
La ciudad de Praga, con su porte monumental, histórico y majestuoso, oculta una vida moderna y palpitante que merece la pena descubrir. Camina, siente, escucha lo que quiere contarte en cada esquina. Cada detalle hará que te enamores un poco más de ella y de su faceta cosmopolita y romántica. ¡Reserva tu vuelo más hotel a Praga y recórrela a tu ritmo!
Un forma de fascinante de conocer su esencia es a través de rutas temáticas dedicadas a la música, las leyendas, la cerveza, el cine o el arte. Recorre Praga en un tranvía histórico o en uno de diseño. Disfruta de las increíbles vistas de la capital desde un barco navegando por el Moldava. Déjate embelesar con los espectáculos de ópera o ballet en el Teatro Nacional; y descubre su belleza de la ciudad a vista de pájaro desde una de sus numerosas torres. No olvides vivir la noche praguense en uno de sus clubs de jazz o rock tras saborear la gastronomía checa, ya sea tradicional o de autor.
Y es que la capital de Chequia es una excelente base donde alojarse para luego hacer excursiones de ida y vuelta pues aunque quizás lo intuyes, debes saber que esta ciudad no es la única piedra preciosa del país. Te animamos a descubrir otros tesoros que son auténticas crónicas vivas de la historia y cultura europeas. ¡No te arrepentirás!
Karlovy Vary es una ciudad que seduce con su ambiente señorial, sus elegantes columnatas con fuentes de agua medicinal, sus balnearios e, incluso, con las exclusivas piezas de cristal de Bohemia que crean en la cercana fábrica Moser,donde podrás descubrir cómo se elabora el “cristal de reyes”.
Pasea por las columnatas de Karlovy Vary, cata el agua termal de sus 12 fuentes, y prueba las ricas obleas locales, rellenas y calientes. Y reserva tiempo para visitar la cercana población de Loket, en cuyo castillo pasaba Carlos IV algunos veranos.
Tan bella y cercana a Praga Kutná Hora es una visita obligada que seduce por muchos motivos, entre ellos, su casco histórico, con la iglesia de Santa Bárbara y la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, ambas protegidas por la Unesco.
Además, esta ciudad alberga lugares tan curiosos como la antigua mina de plata que proveía de mineral a la Corte Italiana (la Casa de la Moneda) y el Osario de Sedlec que tiene más de 40.000 esqueletos humanos colocados de forma artística. Tampoco dejes de conocer el Museo Checo de la Plata, situado en una mina, donde aprenderás, provisto de una linterna, un casco y un blusón de minero, cómo se extraía el mineral.
¿Alguna vez has soñado con viajar a un lugar donde el tiempo se haya detenido hace siglos? En Český Krumlov, una ciudad de la región de Bohemia del Su; rtendrás la sensación de vivir dentro de un cuento de hadas que se desarrolla en plena Edad Media.
Esta ciudad renacentista, abrazada por el río Moldava y por un precioso castillo, el segundo más grande del país tras el palacio real de Praga; que observa desde lo más alto; está considerada una de las más bonitas del país.
Patrimonio de la Humanidad desde 1992, es, sin duda, un lugar perfecto donde disfrutar de la cocina medieval que ofrecen sus restaurantes, navegar por el río para obtener nuevas perspectivas y gozar de los miles de pequeños detalles de su casco antiguo.
Natural, fresca y marcada por la temporada, la cocina checa es, a pesar de su humildad, un pequeño compendio gastronómico marcado por notables influencias donde se puede disfrutar de la buena mesa en cualquier momento del año. Desde la frescura de su primavera hasta la rotundidad de su invierno, Chequia no defrauda a los que desean descubrir un país a través del paladar y degustar los mejores platos en sus regiones.
La calidad de la oferta gastronómica checa se puede descubrir tanto en los platos tradicionales servidos en sencillas tabernas como en las elaboraciones creativas de refinados bistrós y restaurantes con estrella Michelin.
La base de un almuerzo típico checo es la sopa, que se elabora con distintos ingredientes y que algunas veces incluso viene servida dentro de una hogaza de pan. Entre las más populares están la Kulajda (crema de setas) y la sopa de guláš.
Algunos platos tradicionales checos clásicos son siempre un acierto. Toman nota del pato asado, la carne de cerdo asada con col agridulce rehogada o la salsa svíčková con carne de ternera y knedlík, un acompañamiento habitual en platos que llevan carnes asadas o en salsa. Está elaborado a base de pan o patata y sustituye el pan en los platos principales.
Y si eres cafetero o muy goloso, te encantarán los cafés situados en establecimientos históricos o los ubicados en locales modernos o industriales con expertos baristas. La calidad del café, la atmósfera de estos lugares y sus variadas tartas (de frutas, chocolates, requesón) te seducirán desde el primer momento.
Si las tradiciones, la historia y la cultura de un país se pudiesen concentrar tanto que cupiesen dentro de un objeto, tendrías la compra perfecta en tu viaje a la República Checa.
Si ese souvenir, adquirido al pasar fugazmente por un taller, una tienda local, un mercadillo o una fábrica lograse trasladarte durante unos segundos a ese momento concreto del viaje, lo habrías logrado.
No es necesario que sea algo caro ni que te estreses para conseguirlo. Aprovecha la artesanía local, los objetos de cristal, las joyas con granates, los productos cosméticos naturales, las marionetas artesanas o unas compras gourmet y llévate un trocito de Chequia a casa.