¿Qué tendrá el Norte que tanto gusta? ¿Será su exquisita gastronomía? ¿Sus prados verdes y la tranquilidad que transmite respirar allí? ¿O quizá sus preciosos rincones que enamoran a quien los visita? Viaja con nosotros en esta ocasión hasta Cantabria, la tierruca infinita que te va a encantar. ¡Ahí va nuestra lista!
Cantabria es infinita, una región con cientos de alternativas para disfrutar, desde la costa cantábrica para disfrutar de sus incríbles playas a sus lugares de interior donde se dan la mano gastronomía, paisajes montañosos, arquitectura y tradición.
Empezamos por uno de los sitios más bonitos de Cantabria, según nuestra opinión: Santillana del Mar. También llamada “la de las tres mentiras”, porque ni es santa, ni es llana ni tiene mar. Tiene a sus espaldas más de 15.000 años, por eso, da igual por donde lo mires, sus calles adoquinadas, sus balcones engalanados con flores o sus casonas típicas harán que no quieras salir de allí.
Entre todo lo que te encontrarás, destaca la Colegiata de Santa Juliana, el monumento románico más importante de toda la comunidad. Pero es mucho más, ya que es una de las localidades con más actividades culturales de Cantabria, convirtiéndola en una villa abierta y moderna, llena de arte y cultura. No podemos olvidarnos de las Cuevas de Altamira, muy cerquita de esta localidad cántabra, catalogadas como las más famosas del mundo, si hablamos de pinturas prehistóricas, claro.
Viajamos ahora a la capital de Cantabria, un lugar donde sentirte tranquilo y relajarse mientras disfrutas de todas las cosas que tiene por ofrecerte. Su combinación de playas, naturaleza y abundante oferta de ocio, la convierten en la opción idónea para pasar unos días.
Destacan la playa del Sardinero; la playa de Matalañas o el Palacio de la Magdalena, famoso por ser la residencia estival de Alfonso XIII. Está rodeado de bahías y parques nacionales como el de Cabárceno -donde encontrarás elefantes, gorilas, osos o rinocerontes- y Parque Natural de las Dunas de Liencres, donde disfrutar de la naturaleza en estado puro. El Centro Botín, desde hace unos años se ha convertido en un espacio dedicado al arte y a la creatividad; la biblioteca Menéndez Pelayo o la Casa-Museo son dos edificios preciosos que tampoco te puedes perder, así como tampoco la cantidad de museos que abundan en la ciudad- el MAS, museo Marítimo, museo de prehistoria y arqueología, museo del agua o el museo del deporte- ¡Atrévete a conocer una de las ciudades más elegantes y bellas de la costa norte, que no te dejará indiferente!
A medio camino entre Bilbao y Santander, llegamos a esta villa que huele a brisa marina, con un puerto lleno de barcos pesqueros y deportistas practicando piragüismo. El corazón de este pueblo nos regala una postal que no olvidarás jamás. Su riqueza medieval también atrae a multitud de visitantes, ya que el pueblo está declarado como conjunto histórico artístico.
Muchos son los que pasean por sus calles disfrutando de lugares como la Plaza del Ayuntamiento, la ermita de Santa Ana, su puente medieval o la joya de la corona el Castillo y Faro de Santa Ana. Muy cerca, se disfruta de la Iglesia de Santa María de la Asunción, una de las iglesias góticas más importantes de Cantabria. Es por eso, que su interesante casco viejo y sus callejuelas invitan a disfrutar de uno de los mayores placeres de este lugar: su increíble gastronomía, donde destacan sus besugos, caracoles o anchoas en aceite.
Pero también hay lugar para el relax y sino que se lo digan a los centenares de turistas que desconectan en las increíbles playas con la cuenta Castro Urdiales: Playa de Ostende y Playa de Brazomar ¿suena bien, verdad?
Llegó el turno de la bonita Comillas, otra villa marinera que cuenta con un encanto especial. Y precisamente es porque en ella hay de todo: playa, naturaleza, historia, arquitectura tradicional y moderna y una exquisita gastronomía, como en todo el Cantábrico.
A medio camino entre San Vicente de la Barquera y Santillana del Mar, esta pequeña localidad se ha convertido en uno de los destinos favoritos de Cantabria. Si decides ir, no te puedes perder “El Capricho” de Gaudí, que, con sus tonalidades rojas y verdes, lo convierten en el edificio más emblemático de esta localidad. La visita a su interior es una auténtica pasada ¡muy recomendable! Como lo es el Palacio de Sobrellano (del Marqués de Comillas).
¿Sabías que fue el primer edificio de España en usar la luz eléctrica? O el Panteón de los Marqueses de Comillas, declarado Bien de Interés Cultural. Tampoco puedes perderte dar un paseo por la zona de la antigua Universidad Pontificia (que actualmente encontramos en Madrid), o si lo prefieres por su casco histórico, donde disfrutarás de plazoletas, del Ayuntamiento o de una gran cantidad de edificios históricos e increíbles casas. Para relajarte nada mejor que hacerlo en su playa o su puerto, o si lo prefieres disfrutar de las vistas que nos ofrece el Mirador de Santa Lucía.
Llegamos hasta otra villa marinera y una de las localidades más turísticas que tiene Cantabria: la preciosa Laredo. Solo os diré, que está ubicado en el Parque Natural de Marismas de Santoña, Victoria y Joyel. Lo cuál lo convierten en una localidad situado en una de las bahías más bonitas de toda España.
Su casco histórico medieval contrasta con sus preciosas playas. Por eso, si vienes a visitar Laredo, no puedes perderte la conocida zona de Puebla Vieja y el Arrabal, la más antigua, en torno a la Iglesia de Santa María de la Asunción. Así como las zonas del Primer ensanche (donde encontramos el mercado, el centro cultural o un precioso mirador) y el Puntal con su característico Club náutico.
Sus playas tampoco se quedan atrás, sino que se lo digan a todos aquellos veraneantes que disfrutan del buen ambiente cántabro en época estival. ¡Tienes que venir a conocer Laredo!
Si quieres sentirte en África, América, Asia o Australia sin salir de Cantabria, tienes que visitar este increíble Parque Natural, Cabárceno, donde los animales viven en semilibertad. Inaugurado en 1990 alberga en su interior un total de 1000 animales pertenecientes a 120 especies diferentes ¡y de los cinco continentes!
Es un lugar muy extenso – una antigua mina de hierro – que favorece que los animales vivan de la manera más parecida a su hábitat natural. Cuenta con la mayor reserva de osos pardos de Europa, pero también encontrarás animales como jaguares, leones, jirafas, tigres, antílopes o bisontes entre otros. Todo esto bajo un increíble telón de fondo natural: desfiladeros, lagos y figuras rocosas.
Tras visitar lugares con encanto, llegamos a la zona privilegiada de los Valles Pasiegos, rodeada de naturaleza y verdadera calma. Nos referimos a la famosa comarca formada por el Valle del Pas, el Valle de Pisueña y el Valle de Miera.
Se caracteriza por sus verdes paisajes y por sus “cabañas” ocupando las laderas. Esta ocupación se debe a la tradición ganadera donde las familias “mudaban” de cabaña en cabaña según la disponibilidad del pastor con su ganado. Ahora esta practica es solo un recuerdo del ayer.
Los lugares más recomendables si decides visitar estos valles son: en el Valle de Miera: Liérganes – Declarada de interés histórico artístico nacional- Pámanes y San Roque de Riomiera; en el Valle del Pas, imperdible Puente Viesgo y su balneario Palacio de Fuentes Pila, las Cuevas Rupestres de Monte Castillo, San Pedro del Romeral o Vega de Pas; y en el último el Valle de Pisueña: Villacariedo – y su palacio de Soñanes-, Selaya – con sus fábricas de sobaos y quesadas más famosas de Cantabria- y Castañeda.
Acabamos nuestra preciosa ruta en Bárcena Mayor ¡un lugar perfecto para desconectar! Aldea cántabra declarada Conjunto histórico-artístico en 1979. Situada en el Parque Natural Saja-Besaya, dicen que es uno de los pueblos más antiguos de España, y uno de los mejores conservados. Recomendable pasear por sus calles y disfrutar de la arquitectura típica cántabra: casonas de piedra con balcones de madera repletos de flores. Son muy pocos los habitantes de esta aldea, por lo que huirás de las grandes aglomeraciones, y disfrutarás de un día de los más tranquilo.
Si decides visitarla te recomiendo la Iglesia de Santa María, las pequeñas tiendas artesanas donde se trabaja el mimbre y la madera, visitar los lavaderos públicos, comer un buen cocido montañés en alguno de sus restaurantes o charlar con los amables aldeanos. Si la visita se te queda corta, podrás cruzar el puente de piedra sobre el río Argoza y comenzar una ruta de senderismo por el Parque Natural.
Si lo que prefieres es disfrutar de preciosos paisajes verdes, altas montañas y una arquitectura singular, tienes que conocer la comarca de Liébana. Entre todo lo que guarda este lugar destacamos dos rincones imprescindibles. El primero de ellos es la villa de Potes, que rodeada de montañas y huertas fue declarada Conjunto histórico artístico en 1983.
Enamora a sus visitantes con sus calles empedradas, su casco histórico o su conocida Torre del Infantado, fortaleza medieval recientemente rehabilitada. Para los más aventureros, destacamos los Picos de Europa, cuyas rutas dejan con la boca abierta a más de uno. En Fuente Dé, podrás coger un teleférico que te lleva a este lugar en menos de 4 minutos ¡solo queda relajarse y disfrutar de las espectaculares vistas!
No podemos pasar por alto, esta maravilla descubierta a principios del siglo XX por casualidad. Unos trabajadores de la explotación minera de la Florida, se toparon con esta preciosa cueva que muchos catalogan como “la Capilla Sixtina subterránea”.
Ubicada en la Sierra de Arnero, tiene una localización privilegiada que nos permite disfrutar de unas increíbles vistas de los Picos de Europa, los Valles de Nansa e incluso del Mar Cantábrico. Existen dos tipos de visitas en su interior: la normal (12€ aproximadamente) y la pensada para los más aventureros (32€ aproximadamente). Con la primera de ellas accederemos al corazón de la cueva gracias a un tren minero.
Después la visita se realizará a pie e iremos acompañados de un guía en todo momento ¡déjate maravillar por el espectáculo de luces y sonidos que encontrarás en su interior! Si prefieres la adrenalina, tu opción será la entrada para los aventureros: 3kms de recorrido, sin luz, con estrecheces y suelo irregular. ¡Tranquilo! Te ofrecen todo el material que necesites, y disfrutar de la experiencia sintiéndote un auténtico espeleólogo.