Lanzarote es mucho más que una de las islas más especiales del archipiélago canario. Además de ser un destino ideal para el invierno gracias a su clima suave, sus paisajes volcánicos únicos y sus playas de arena negra; la isla se ha consolidado dentro del turismo responsable, como un lugar comprometido con el cuidado del medio ambiente, así como con las prácticas sostenibles. ¡Sigue leyendo y descubre todo lo que puedes hacer en la isla!
Lanzarote es el destino perfecto para aquellos que buscan algo más que unas vacaciones tradicionales: brinda la oportunidad de conectar con la naturaleza y contribuir a la sostenibilidad de un paraíso único.
Nombrada en 2015 Destino Sostenible Biosphere, Lanzarote se posiciona como el primer destino a nivel mundial con este certificado, demostrando año tras año su compromiso y facilitando la adhesión de empresas locales y la puesta en marcha de diversos proyectos en materia de sostenibilidad.
Alojamientos, empresas de turismo activo, tiendas, cafeterías, o empresas de transportes por toda la isla ya se han sumado a esta acción y proponen alternativas para un turismo más consciente con el medio. A la hora de planificar las vacaciones y buscar alojamientos sostenibles podemos optar por hoteles que incluyen el uso de energías renovables y un uso eficiente del agua al tiempo que promueven la cultura y economía local, o pequeñas casas, fincas y villas restauradas en base a la arquitectura tradicional, que ofrecen una experiencia en completa sintonía con los parajes naturales que las rodean.
La isla, declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1993 y Geoparque en 2015, es uno de los destinos referencia del turismo sostenible, pues ha sabido combinar el crecimiento económico con la conservación de su entorno y tradiciones.
Con más de 40% de su territorio protegido, Lanzarote ha sabido focalizar sus esfuerzos en cuidar su rica biodiversidad y sus paisajes volcánicos, auténticas joyas de la geología. Figuras como el Parque Natural del Archipiélago de Chinijo, una auténtica reserva para gran variedad de aves y especies marinas; o el Parque Nacional de Timanfaya, cuyo máximo nivel de protección ha permitido conservas prácticamente intacto el resultado de las erupciones ocurridas en los siglos XVIII y XIX, son excelentes ejemplos de conservación ambiental.
Además, los increíbles paisajes de viñedos como La Geria que se extienden por los paisajes volcánicos, invita a sus visitantes a descubrir la isla de una manera respetuosa, poniendo en valor el consumo de productos locales como los quesos y vinos de la zona.
El ADN sostenible de la isla se ve reflejado en sus característicos paisajes desérticos y la ordenada arquitectura de sus tradicionales pueblos blancos, herencia del pensamiento pionero de su artista más conocido, César Manrique. El artista lanzaroteño, ya por la década de los 60, animaba el debate sobre el futuro de la isla y el diálogo con el medio natural, dejando una herencia que hoy se recoge en los Centros de Arte, Cultura y Turismo, una red de espacios únicos, visita obligada en Lanzarote, con iconos como los Jameos del Agua, donde el arte se integra con la naturaleza.
Con temperaturas que oscilan entre los 19 y 27 grados durante todo el año, Lanzarote es un destino perfecto para la práctica de deportes al aire libre en cualquier época. Famosa por acoger eventos deportivos de alto nivel como el triatlón Ocean Lava o el Lanzarote International Marathon, la isla es un punto de encuentro para atletas de todas partes del mundo.
Además, para los aficionados al ciclismo, Lanzarote ofrece rutas espectaculares que recorren sus paisajes volcánicos, pasando por pueblos tradicionales y la costa atlántica. El surf, el windsurf y el kitesurf también son populares en Lanzarote, especialmente en la playa de Famara, conocida por sus vientos constantes y olas perfectas para estos deportes.
Para aquellos que prefieren deportes más tranquilos, Lanzarote también ofrece una amplia red de senderos para el trekking y el senderismo, que permiten explorar el paisaje volcánico de manera cercana. Los corredores y caminantes pueden disfrutar de vistas impresionantes, desde campos de lava hasta espectaculares playas y piscinas naturales.
Influenciada por las tradiciones agrícolas y pesqueras de la isla, la gastronomía lanzaroteña, que fusiona tradición y singularidad, es sencilla y variada y refleja de maravilla el carácter de la isla y sus habitantes.
Basándose en el máximo aprovechamiento de lo que ofrece el entorno, destaca el cultivo de viñedos sobre las tierras volcánicas, algo inusual pues produce vinos excepcionales y únicos en el mundo agrupados bajo la Denominación de Origen Lanzarote. Sin duda, la zona de viñedos más espectacular es La Geria, en los límites de Timanfaya, donde las uvas de Malvasía volcánica se cultivan en hoyos excavados en el suelo y cubierto con la ceniza volcánica negra.
Tras un día descubriendo la isla, qué mejor manera de recuperar fuerzas que explorar los restaurantes de la isla y probar delicias locales como el sancocho, las garbanzas compuestas, las papas arrugadas con sus mojos o todo tipo de pescados frescos.