07 diciembre 2023

Islas Cícladas: Tinos y Siros

El Archipiélago de las Cícladas – que recibe este nombre de la palabra griega κύκλος (círculo) por la disposición de las mismas alrededor de la isla sagrada de Delos -, ofrece la imagen típica que de las Islas Griegas tenemos todos en la cabeza: casitas blancas con puertas y ventanas pintadas de azul, iglesias con cúpulas de ese mismo color, playas de arena dorada y aguas cristalinas, y fiesta, mucha fiesta. Y Mykonos y Santorini son su máximo exponente. Aunque esta imagen es totalmente cierta, no todas las islas que conforman este archipiélago siguen este patrón al pie de la letra. Y son tantas (más de 200 islas y otros tantos islotes) que tendremos que dedicarles varios posts distintos. Comencemos por unas de las situadas más al norte: Tinos y Siros; dos islas bastante desconocidas pero que merece la pena descubrir.

Tinos

Islas Cícladas, Grecia

Si hay un sitio en el que experimentar el auténtico sabor de las Islas Griegas es, sin duda, en la isla de Tinos. Alejada de los circuitos turísticos, esta tranquila y sagrada (luego veremos por qué) isla, es el entorno perfecto donde mezclarse con la población local para conocer de primera mano sus tradiciones y cultura.

Habitada desde la Antigüedad, aparece en escritos de Herodoto y Estrabón. Como casi todas las islas griegas, formó parte de la Serenísima República de Venecia (de ahí que cuente con una importante colonia católica) y del Imperio Otomano.

Montañosa pero fértil, la isla es famosa por su mármol y granito. También por sus cientos de iglesias y ermitas, así como por los más de 5.000 palomares tradicionales, todo un símbolo de Tinos. Lugar de nacimiento de importantes escultores y pintores griegos (entre los que destacan Yannoulis Chalepas, Nikolaos Gyzis o Nikiforos Lytras), también el actual director del Club de Baloncesto Panathinaikos de Atenas y anterior jugador de ese mismo club, Fragiskos Alvertis dio sus primeros pasos en esta isla.

Las granjas locales proporcionan la carne de cerdo que se usa en platos típicos como la Syglina o los Louzes, que se pueden acompañar con vino Askathari o Aspropotamisio. De entre los dulces, quizás el más destacado sea el lychnarakia, hecho a base de queso Myzithra, naranja o vainilla y canela.

En Chora Tinos se encuentra la famosa Iglesia de Panagia Evangelistria, eregida en el lugar que le fue revelado por la Virgen María en sueños a una monja, y donde se encontró un icono que representa a la Virgen de rodillas orando al Arcángel Gabriel, y al que se le suponen propiedades milagrosas. Quizás por ello, muchos de los miles de peregrinos que visitan la isla cada año (especialmente en torno al 15 de agosto, cuando se conmemora la Adormición de María) realizan de rodillas la ascensión de los 800 metros que separan el puerto de la iglesia.

Siros – Syros

Islas Cícladas, Grecia

Se tiene constancia de asentamientos en Siros de hace más de 5.000 años, concretamente de la Era del Bronce. Es más, se habla incluso de una “Cultura Kastri”, referida a la civilización cicládica que se asentó en la población de Kastri, al norte de la isla. Después vendrían los persas, atenienses, macedonios, egipcios, romanos, bizantinos, venecianos, franceses y otomanos.

En sus apenas 84 Km2 se distinguen claramente dos zonas diferenciadas: mientras el norte es árido y montañoso, el sur es más llano y fértil. Dos grandes bahías se abren a este (Ermoupoli) y oeste (Finikas).

Originarios de Siros son, entre otros personajes ilustres, el filósofo Ferécides (maestro de Pitágoras) y Stamata Revithi (la primera mujer que compitió en unos Juegos Olímpicos y en correr una maratón).

En Siros la gastronomía juega un papel muy importante, hasta el punto de contar con un festival gastronómico, “Syros GrEATings”. Como en todas las islas griegas, los quesos juegan un papel fundamental; en Syros destacan el Kopanisti y el San Michali. También las ensaladas, como la Kaparosalata (con alcaparras) o la Maintanosalata (con perejil). Atrévete a probar el llamado “licor de la abuela”, hecho a base de coñac, cerezas, especias y frutas fermentado al sol. Ideal para acompañar los Loukoumia (una especie de gominolas de distintos sabores).

La capital de la isla, y de todas las Cícladas, es Ermúpoli, una auténtica joya arquitectónica. Aquí las tradicionales casitas blancas dan paso a edificios de corte neoclásico (como el Ayuntamiento, en la siembre rebosante de actividad Plaza Miaouli o el Teatro Apolo), casas señoriales, palacios y grandes iglesias (como la Catedral de San Nicolás o la Iglesia de la Adormición de la Virgen). La arquitectura popular tiene su bastión en Vaporia, el barrio marinero. La parte más alta se encuentra la ciudad medieval, Ano Syros, de corte veneciano, en la que destacan varios edificios católicos, como la Iglesia de San Jorge, el Palacio Arzobispal, y los monasterios de los Jesuitas y los Capuchinos. Las vistas desde esta parte de la ciudad son insuperables. Para descansar y disfrutar de la ciudad al atardecer, te recomendamos el Asteria Bar, donde además podrás darte un chapuzón en el mar.

No debes dejar de visitar las villas de Chrousa y Kini. Desde ésta última, donde podrás disfrutar de magníficos amaneceres, parten los barcos que recorren las playas del norte de la isla.

Siros es cuna de un género musical llamado “rebético”, a veces comparado con otros géneros como el fado, el blues o incluso el tango por su melancolía y temática, generalmente marginal. Aquí nació el que muchos consideran mejor compositor de rebético, Márkos Vamvakáris, autor de una de las canciones populares más conocidas de toda Grecia, “Francosirianí”.

¿Y tú, has estado en Tinos o Siros? UnaS islas magníficas con un rico patrimonio que se refleja en el estilo de vida de sus residentes...Cuéntanos tus impresiones y recomendaciones aquí: